Gabo era fan del futbol y soñaba con sacar del trabajo a su papá; lo mataron en asalto en combi en la México-Puebla

Fue víctima de robo a transporte público cuando regresaba a Chalco; antes de morir pidió escuchar una canción y que le avisaran a su mamá.

Gabriel recibió dos disparos. (Especial)
Carlos Jiménez
Ciudad de México /

Gabo tenía 18 años y sueños profesionales y personales. Viajaba con ellos cuando fue asesinado durante un asalto a una combi el fin de semana pasado en la carretera México-Puebla, en Los Reyes La Paz, Estado de México

El joven era aficionado del soccer, jugaba los fines de semana como portero y delantero; era seguidor de los Tuzos del Pachuca.

Sin embargo, una de sus mayores metas era convertirse en licenciado en Informática y, con esa profesión, sacar del trabajo a su papá y ver siempre sonreír a su mamá. Pero su sueño lo truncaron las balas y la delincuencia que azotan a diario a los pasajeros del transporte público en el área conurbada del Valle de México.

Tres hombres subieron a la combi en la que viajaba el 19 de marzo. Fue a la altura del kilómetro 18 + 300 en dirección a la Ciudad de México, en el municipio de Los Reyes Acaquilpan. Los sujetos amagaron a las víctimas y pronunciaron frases que todos conocen, palabras con las que sustraen de sus pertenencias a los viajeros.

Gabo, como le decía su mamá de cariño, intentó enfrentarlos: recibió un disparo en el estómago y otro en el pecho que afectaron su intestino, riñón, pulmón y corazón. Fue llevado al Hospital General del ISSSTE de Zaragoza por el mismo chofer de la unidad de transporte público. Murió a las 5:30 horas del domingo. 

"Le pidió que le diera su mano y que le apretara y que le sacara una canción de su celular y se la pusiera y la chica así lo hizo y después le dijo 'háblale a mi madre, dale la noticia' y ahí se desmayó", relató su papá como una reconstrucción de los hechos según testimonios.

Él, el hombre que lo motivaba a alcanzar sus sueños profesionales, recordó cómo su hijo estaba expuesto a los crímenes diarios, cómo se despedían por las mañanas.

"Uno duerme porque tiene que dormir, pero despierta uno y ya no va a ver a ese chico que se iba temprano, me tocaba la puerta -'papá, ya me voy'- 'cuidado hijo'", lamentó.

Con información de Lizet González.


DMZ


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