Tribunal rechaza frenar orden de aprehensión contra Kamel Nacif

Actualmente, Kamel Nacif permanece escondido en el Líbano, motivo por el cual el gobierno de México lleva a cabo negociaciones diplomáticas para que lo entreguen.

El Segundo Tribunal Unitario con sede en Cancún, Quintana Roo, negó la protección de la justicia al quejoso. | Javier Ríos/ archivo
Rubén Mosso
Ciudad de México /

Un Tribunal Federal rechazó otorgar un amparo al empresario textilero Kamel Nacif, quien pretendía que se echara abajo la orden de aprehensión que hay en su contra por su presunta responsabilidad en el delito de tortura en agravio de la periodista Lydia Cacho.

Actualmente, Kamel Nacif permanece escondido en el Líbano, motivo por el cual el gobierno de México lleva a cabo negociaciones diplomáticas para que lo entreguen.

El Segundo Tribunal Unitario con sede en Cancún, Quintana Roo, negó la protección de la justicia al quejoso, porque consideró que no se advierten, hasta esta etapa procesal, que se le hayan vulnerado sus derechos fundamentales, como Kamel Nacif alegó.

Actualmente, el ex gobernador de Puebla, Mario Marín, enfrenta un proceso penal por dicho delito.

Lydia Cacho fue detenida el 16 de diciembre de 2005 por elementos de la Policía Judicial del estado de Puebla en Cancún, Quintana Roo, y fue trasladada a la capital poblana por vía terrestre.

El 23 de diciembre de ese año, la juez Rosa Celia Pérez Camacho determinó dictar auto de formal prisión contra Lydia Cacho por los delitos de difamación y calumnia, luego de ser denunciada por la publicación del libro Los Demonios del Edén, donde narraba sobre la existencia de un grupo de personas poderosas que son pedófilos.

El 17 de enero de 2006, la periodista fue exonerada del delito de calumnia tras un recurso de apelación ante el Tribunal Superior de Justicia del Estado de Puebla.

El 14 de febrero del mismo año, se dieron a conocer en medios de comunicación grabaciones telefónicas entre el empresario Kamel Nacif y Mario Marín, en la que el mandatario afirma que ya le había puesto un “coscorrón” a esta mujer, y que en Puebla se respetaba la ley.

JLMR

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