“Sigo con la fe y la esperanza de que mi hija pueda estar viva”: Blanca, mamá de joven desaparecida

La joven tenía 18 años cuando fue sacada a la fuerza de su casa en el municipio de El Salto; su madre comenzó un colectivo para buscarla, junto a su hermana y su cuñado, ante la falta de avances en la carpeta de investigación

Karey Franco Gutiérrez fue privada de la libertad en su en marzo de 2020 (Facebook Todos somos karey franco)
Karla Victoria Rodríguez
Guadalajara /

La recámara de Karey Franco Gutiérrez fue su lugar seguro durante dos años, donde soñaba y descansaba; hasta el 24 de marzo de 2020, cuando irrumpieron su espacio y se la llevaron de su casa en El Salto.


Blanca Gutiérrez, su madre, narró que todo pasó rápido, en un abrir y cerrar de ojos, exactamente a las seis de la mañana, mientras todos dormían. “Yo desperté cuando ya estaban tres tipos junto a mi cama, desperté por la luz que prendieron, la luz de la recámara, y me encandiló en los ojos; fue cuando volteo y los miré, sí me asusté, encapuchados, y pues me dijeron que eran de Fiscalía, se hicieron pasar por Fiscalía; su hermanita, ella escuchó cuando una persona dijo que la soltaran, que no era ella, que era la güera, pero pues se la llevaron… no les importó dejar tres hermanitos llorando, gritando, asustados, a mí, pues me golpearon, para podérsela llevar”, recuerda.

Inmediatamente tomó las llaves de su vehículo y, su primera intención fue perseguirlos, pero al bajar las escaleras se congeló. No podía dar un paso adelante o atrás. Ese lapso de segundos fueron los más estresantes de su vida. Ver cómo sus vecinos se quedaron mirando, sin apoyarla, sin siquiera llamar a la policía.

Blanca no se explica por qué a su hija se la llevaron, cuando era tan sociable, amiguera, humana, caritativa. Trabajaba como seguridad privada de un fraccionamiento de la zona, y en sus tiempos libres le gustaba ejercitarse en el gimnasio y bailar zumba.

A dos años de ese hecho, la familia de Karey, que tenía 18 años cuando desapareció, no busca culpables ni justicia, solo que se las regresen. A pesar de que es difícil para ellos, no pierden la esperanza.

Búsqueda de personas desaparecidas en Jalisco (Facebook Todos somos karey franco)


Blanca regresará a vivir al pueblo de sus padres, a una hora y media de Guadalajara, de donde, dice, nunca debió haber salido, pero lo hará de la mano de su hija. Su cuarto permanece intacto para cuando regrese, incluso le compró unos tenis que siguen en su caja.

María Ivonne Gutiérrez, tía de la joven, alentó a su hermana a fundar el colectivo Todos Somos Karey Franco para comenzar la búsqueda por su propia cuenta, ante la falta de avances en su carpeta de investigación.

Al inicio se enfrentaron con rechazos de la gente que temía unirse a las acciones, pero no por eso desistieron, y así, en junio de 2020 comenzó formalmente con tres integrantes: Blanca, su hermana y su cuñado.

“Tenían miedo, o más bien siguen con miedo aquí que en Jalisco de que les pueda pasar algo, pues no, nadie se quiso unir y empezamos a caminar mi hermana, mi cuñado y yo solos, en las brechas, en los montes, en la basura, buscándola, y pues nada hasta ahorita, no hay nada de rastro de ella, y pues seguimos con la lucha, sigo con la fe y la esperanza de que mi hija pueda estar viva”, expresó Blanca.

Tuvieron que pasar ocho meses desde que se fundó el colectivo para recibir a más personas interesadas en sumarse a las búsquedas; actualmente son 25 madres.


En la página de Facebook del colectivo tienen 967 seguidores y han publicado a más de 40 personas reportadas como desaparecidas. A decir de Blanca, sorprende la coincidencia en el modus operandi: “me he dado cuenta que la mayoría fue la misma, ha sido la misma estrategia con la que me arrebataron a mí a mi hija, haciéndose pasar por Fiscalía”.

Hasta este año por parte del colectivo se han realizado distintos hallazgos, entre los cuales destacan los del pasado 6 de marzo en un predio en la colonia Las Juntitas, en el municipio de San Pedro Tlaquepaque, donde localizaron varios restos óseos en un punto de inhumación clandestina; sin embargo, asegura Blanca, las autoridades no continuaron con las investigaciones. En El Salto, los días 14 y 16 de marzo, se implementó un operativo de búsqueda junto con personal de la Fiscalía Especializada en Personas Desaparecidas, pero los tres puntos sospechosos resultaron negativos.

Con el apoyo de Ceci Patricia Flores Armenta, presidenta del colectivo Madres Buscadoras de Sonora, se logró recibir más apoyo por parte de las autoridades para el acompañamiento en las labores, como ocurrió en la semana del 21 al 16 de febrero, cuando se logró la primera Brigada Nacional en Jalisco, con ayuda de colectivos de otros estados. De acuerdo con reportes de los activistas, de estas acciones se han localizado a más de 75 víctimas en Tlajomulco de Zúñiga, aunque la Fiscalía del Estado sostiene que, hasta el pasado 16 de marzo, se contabilizaban 45 cuerpos.

Sostener un colectivo no es una tarea sencilla debido a los gastos que representan los traslados, herramientas y víveres para seguir buscando a sus seres queridos, por lo que requieren del apoyo de la ciudadanía, ante la falta de ayuda gubernamental.

A pesar de la adversidad, la convicción del colectivo es permanente, siguiendo fieles a su lema: “Porque los amamos los queremos de regreso a todos, ni uno más”.

SRN

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