Fue la empleada de una tienda de conveniencia la que hizo sonar la alarma en la madrugada, cerca de las 04:00 horas, lo que generó la movilización improvisada de los vecinos del fraccionamiento Paseos del Valle I y II, en la ex Hacienda de Santa Inés, ante el derrame de gas de un ducto de Pemex que obligó al desalojo de miles de vecinos.
“De hecho sonó la alarma del Oxxo, una chica lo hizo, y luego los vecinos comenzaron a tocar puerta por puerta, informando: “que salgan porque hay fuga de gas”, y sí, ya olía, entonces con lo que pudimos, vámonos; sí estuvo feo”, dijo Mayra Ojeda Garduño, una de las vecinas afectadas.
Para contener el derrame se desplegaron unos 800 elementos en 90 vehículos, entre policías municipales, estatales y federales, además de soldados y marinos, así como bomberos y de Protección Civil local, de la entidad y federales.
Enfrentaron una fuga con una nube explosiva de un kilómetro, generada presuntamente por huachicoleros que confundieron gas con gasolina, en el ducto que va de Reforma, Chiapas, a Jalisco, en una extensión de mil 100 kilómetros.
Entre los elementos y vehículos movilizados estaban decenas de camiones de la Conagua, la CAEM y organismos municipales y de bomberos, que estuvieron transportando agua para crear una cortina en el punto y evitar que con el calor o una chispa propiciara situaciones de riesgo mayor.
Los vecinos destacaron que en un momento la situación crítica degeneró en caos porque al llegar la autoridad, “de hecho ya no dejaron a salir gente por el frente, sino por la parte de atrás”.
Sostuvieron que Nextlalpan es un municipio pequeño y muy pobre que no tiene patrullas, ni unidades de Protección Civil ni de bomberos y, peor, es una demarcación donde se practica el huachicoleo en forma constante.
Las vecinas mencionaron que tienen cinco años de haber recibido sus viviendas “y estábamos ignorantes de que tenemos ductos por todos lados; la unidad está rodeada por ductos de gas; estábamos ignorantes de esa situación”.
Por la noche, alrededor de las 21:00 horas, varios residentes comenzaron a regresar a sus hogares, en tanto que el lugar permanecía bajo resguardo de las fuerzas del orden.