La noche de este viernes fueron liberados Teófilo Pérez González, Pedro Sánchez Berriozábal y Rómulo Arias Mireles, los últimos tres de seis presos políticos de San Pedro Tlanixco, recluidos en el penal de “Santiaguito” en Almoloya de Juárez, esto después de haber sido acusados del asesinato de un empresario español en 2003, sin embargo, fueron puestos en libertad por la carencia de pruebas.
El pasado 17 de febrero fue dictado el auto de libertad de la primera mitad del grupo, luego de que el juicio fuera repuesto por el Tribunal Superior de Justicia del Estado de México (TSJEM), lo que invalidó las sentencias de 50 años de prisión de las que fueron objeto tras haber sido señalados de privar de la vida al empresario Alejandro Alejandro Isaak Basó.
El juicio fue celebrado nuevamente con un traductor indígena y la Fiscalía General de Justicia del Estado de México (FGEJM) retiró los cargos, ya que no se pudo comprobar su participación en el crimen.
Con este contexto, el Segundo Tribunal de Alzada en Material Penal de Toluca, del Poder Judicial del Estado de México (PJEM) puso en libertad a Teófilo, Pedro y Rómulo este viernes después de resolver un recurso de revisión extraordinario.
La dependencia judicial refiero a través de una ficha informativa que la liberación estuvo apegada al respeto de sus derechos humanos.
Dan un paso fuera de prisión
En punto de las 21:00 horas uno a uno los defensores del agua de la comunidad indígena marcharon fuera del centro penitenciario federal. Al exterior les esperaban cerca de un centenar de amigos, familiares y vecinos de la comunidad, quienes celebraron su puesta en libertad con globos blancos y pancartas, esto después de haber estado recluidos 16 años.
Entre la gente se encontraba Francisco Pérez, padre de Teófilo Pérez quien admitió en entrevista sentirse feliz por la liberación de su primogénito. “Yo me siento tranquilo, contento. Bendito sea Dios que le dan su libertad”.
Precisó estar agradecido con los abogados defensores quienes la noche de este 5 de abril hicieron posible reunirse de nueva cuenta, después de década y media de estar separados. “No estamos tristes o así, estamos contentos y con gusto porque les dieron su libertad”.
Con una jaula en mano estaba uno de los nietos de Teófilo. Al interior había un ave que dijeron pondrían en libertad, justo como su abuelo.
Rómulo Arias Jiménez obtuvo su libertad. Fue recibido con confeti y junto al resto de presos políticos y señaló la impartición de justicia, ya que a su sentir, fueron criminalizados por su calidad de indígena. “No aceptaron nada de testigos, nada, todo nos rechazaban. La verdad lo que presentábamos para ellos no servía. Pero tampoco estoy rencoroso que diga contra ley, simplemente que vea esos errores para la gente que son indígenas como nosotros”.
El caso de los seis defensores del agua atrajo la mirada de varias organizaciones protectoras de los derechos humanos del mundo, en especial de organismos defensores como la Organización de las Naciones Unidas (ONU); mientras que a nivel estatal la Comisión de Derechos Humanos del Estado de México (Codhem) y el Centro de Derechos Humanos “Zeferino Ladrillero” (CDHZL) apoyaron durante los trabajos. Estos últimos realizaron el acompañamiento legal.
KVS