La labor que a lo largo de décadas el Gobierno de México ha emprendido para pacificar al país ha llevado a grandes líderes de organizaciones delictivas a enfrentar su destino en prisión o, en algunos casos, a su extradición a Estados Unidos.
Los casos de éxito se han convertido en “medallas” que diversas administraciones se han atribuido pues, en su afán de evitar a la justicia, los cabecillas de grandes redes de tráfico de drogas han recurrido a múltiples prácticas para esconderse, evadir operativos o enfrentarse con violencia a elementos de los cuerpos de seguridad.
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Pese a sus intentos por mantener un bajo perfil, algunos líderes criminales o peligrosos lugartenientes cometieron errores que, aunque suenan absurdos, le dieron a las autoridades las pistas que necesitaban para dar con su paradero y aprehenderlos.
Poco a poco, aquellos personajes que en su momento encabezaron las listas de los fugitivos más buscados tanto por autoridades mexicanas como estadunidenses hicieron frente a su inevitable destino, dejando a su paso una serie de episodios que fácilmente pudieron formar parte de una película de ficción.
Las quesadillas de ‘El Chori’
La tarde del lunes 18 de marzo, una movilización policíaca al sur de la Ciudad de México presagió uno de los golpes más severos que ha recibido en los últimos años la Unión Tepito.
Fue en calles de la Alcaldía Tlalpan que personal de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) logró la aprehensión de Eduardo Martínez Tiburcio, quien fue identificado como uno de los principales líderes de la organización delictiva que asedia la Ciudad de México y Área Metropolitana.
En conferencia de prensa, el secretario de seguridad capitalino, Pablo Vázquez, detalló que la orden de aprehensión de El Chori -como también es conocido- se cumplimentó tras meses de trabajo de inteligencia que realizaron los agentes.
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En las diligencias, los agentes lograron seguir las pistas de Eduardo Martínez Tiburcio y su familia en distintas colonias de las alcaldías Iztapalapa, Venustiano Carranza, Cuauhtémoc, Gustavo A. Madero y el municipio de Naucalpan de Juárez en el Estado de México, donde se ubica la casa en donde se escondían.
Pese a que El Chori modificó su aspecto físico y se trasladaba escoltado, la estrategia de las autoridades capitalinas fue darle seguimiento a su esposa Emily Getzeman y al vehículo en el que solían movilizarse: una camioneta Jeep Blanca.
Aquella tarde noche, Eduardo Martínez Tiburcio, su esposa e hijo se disponían a comer quesadillas en la colonia Lomas de Padierna, un plan que parecía común para cualquier persona pero no para el hombre más buscado por las autoridades en la Ciudad de México.
En un eficaz operativo, agentes de la SSC lograron desplegar un operativo que culminó con la mediática detención de El Chori, cuya trayectoria criminal lo llevó a una celda del Reclusorio Norte, desde donde espera ahora enfrentar su respectivo proceso legal.
El día de compras de ‘La Kena’
A lo largo de su historia, Tamaulipas ha sido epicentro de múltiples episodios violentos al considerarse como un territorio de disputa por su zona fronteriza con Estados Unidos.
La posición geográfica del estado dio pie al surgimiento del Cártel del Golfo, una antigua y sanguinaria organización delictiva cuyos remanentes y escisiones continúan sembrando terror en cada uno de los municipios que componen el estado.
Uno de ellos, fue el secuestro de cuatro ciudadanos estadunidenses ocurrido en marzo de 2023, el cual no solo desató una crisis diplomática entre ambos países, sino que también consolidó a José Alberto García Vilano como un objetivo prioritario para las autoridades.
Mejor conocido como La Kena, el líder criminal encabezaba la facción de Los Escorpiones en Matamoros, una región que diversos grupos delictivos han buscado controlar por sus cruces fronterizos.
Poca era la información que se tenía sobre García Vilano, sin embargo, fueron sus ostentosos gustos los que lo tentaron a salir de su escondite. Nunca imaginó que aquel día no regresaría a su casa, sino que pasaría los siguientes meses y años de su vida en una celda.
Pese a que la Fiscalía General de Justicia de Tamaulipas ofrecía una recompensa de 2.5 millones de pesos por información sobre su paradero, La Kena no fue aprehendido durante alguno de los meticulosos y bélicos operativos militares con lo que habían intentado capturarlo con anterioridad.
Por el contrario, el líder de Los Escorpiones fue detenido al interior de un exclusivo centro comercial ubicado en San Pedro Garza García, Nuevo León, mientras se encontraba de compras.
El "verdadero gobernador de Tamaulipas", como era comúnmente apodado, fue identificado gracias a tecnología de reconocimiento facial, un detalle que movilizó a autoridades de los tres niveles de gobierno y, por el cual, también se encuentra enfrentando su proceso legal desde un penal de máxima seguridad.
El corrido de ‘El Nini’
“La ambición no es buena consejera”, suele decir Ismael El Mayo Zambada según una fuente militar consultada por el periodista Óscar Balderas para Milenio.
Aquel dicho del cofundador del Cártel de Sinaloa resonó entre los integrantes de su organización delictiva y la opinión pública luego de que en noviembre de 2023 fuera aprehendido Néstor Isidro Pérez Salas, un despiadado lugarteniente que hasta ese momento trabajaba para Los Chapitos.
Mejor conocido como El Nini, el colaborador de los hijos de Joaquín Guzmán Loera saltó a la fama nacional no solo al ser identificado como una pieza clave dentro de su red de tráfico de fentanilo internacional, sino también por sus excesos, lujos y supuestos vínculos con uno de los cantantes de corridos tumbados más famosos de la época: Peso Pluma.
Luego de que Estados Unidos “declarara la guerra” en contra de Los Chapitos y su lucrativo negocio, mantener en sus filas a El Nini suponía un gran riesgo no solo para la organización delictiva, sino también para los hermanos Iván Archivaldo y Jesús Alfredo Guzmán Salazar.
Y es que, tras la aprehensión y extradición de Ovidio Guzmán López, los hijos de El Chapo optaron por mantener un perfil bajo y frenar -en medida de lo posible- la producción y distribución del potente opioide sintético que ha dejado más de cien mil muertes por sobredosis en el país de las barras y las estrellas.
La instrucción fue clara, pero El Nini no la acató. De acuerdo con información obtenida por el periodista Óscar Balderas, Néstor Isidro Pérez Salas continuó llevando un estilo de vida llamativo y ostentoso e, incluso, se habría mandado a componer un corrido con la popular agrupación Los Tucanes de Tijuana.
El día que estrenó el tema, un intenso operativo se desató en Culiacán y El Nini fue aprehendido en ropa interior en el techo de una casa sin que ningún miembro de la organización de Los Chapitos disparara una sola bala para frenar su detención.
Aquel corrido y sus ambiciones fueron clave para que las autoridades lograran recluirlo en el penal del Altiplano, desde donde lucha una ardua batalla legal para evitar su extradición a Estados Unidos.
El pastel de ‘La Tuta’
Corría el año 2015 y Joaquín Guzmán Loera -quien fue considerado durante décadas como el narcotraficante más famoso y peligroso de México- se encontraba recluido en el penal del Altiplano tras haber sido detenido un año antes en Mazatlán, Sinaloa.
Con el otrora líder del Cártel de Sinaloa en prisión, el puesto de "El Más Buscado" por las autoridades lo asumió Servando Gómez Martínez, un ex profesor de Michoacán que conformó diversos grupos de autodefensas y que pasó de formar parte de la Familia Michoacana para fundar su propio cártel: Los Caballeros Templarios.
Con armas de alto calibre y la legitimación social a través de la religión, La Tuta -como también era conocido- logró tejer una meticulosa red de tráfico de drogas sintéticas que la cual no solo le dejaba millonarias ganancias sino también desató una ola de violencia en el estado.
Su carrera delictiva provocó que las autoridades pusieran sus ojos en él, al grado de seguir de cerca sus escurridizos movimientos por zonas rurales de Michoacán. Poco a poco, los agentes descubrieron que sus intermediarios solían acudir a una casa ubicada en una colonia a las afueras de Morelia.
Según refiere una reconstrucción de las diligencias hecha por Óscar Balderas, el inmueble ubicado en el número 49 de la calle Fidencio Juárez fue vigilado por meses hasta que llegó el 6 de febrero de 2015.
Agentes de inteligencia que tenían acceso al expediente de La Tuta sabían que el líder criminal cumplía fecha en ese día, por lo que aguardaron hasta encontrar cualquier tipo de movimiento que les confirmara su presencia en aquella casa.
Horas más tarde, allegados al líder criminal ingresaron al predio con un pastel de chocolate que de forma extraoficial se presume que llevaba la leyenda "Felicidades, profesor", un detalle que delató la ubicación del narcotraficante más buscado del momento y por el cual lograron reunir los elementos suficientes para ejecutar una orden de cateo y aprehender a Servando Gómez Martínez.
Hasta la actualidad, La Tuta se encuentra recluido en un centro penitenciario por aquel pastel de chocolate, mientras que Michoacán continúa padeciendo los estragos de su paso por el hampa del país.
ATJ