El dueño de la vivienda conocida como la casa de “los narcosatánicos” en Matamoros, Tamaulipas es Adolfo Constanzo, mejor conocido como “El padrino”, sus crímenes y asesinatos han sido inspiración para músicos y escritores que han hecho películas y canciones de los delitos que llevó a cabo.
“El padrino” nació en Miami, Estados Unidos y viajó a México supuestamente para realizar supuestamente una gira de modelaje; gracias a su padrastro se involucro al tráfico de drogas, dónde fungía como sicario y traficaba droga de México a EU.
En su camino por el país conoció a Sara Aldrete, quién se convirtió en su pareja y a la que apodaron “La madrina”, juntos se encargaban de liderar la organización criminal.
Creció su reputación como mago y santero
En su juventud, Constanzo laboró como monaguillo en la iglesia católica, pero también fue acompañante de su madre en un viaje a Haití en dónde aprendió sobre el vudú. Su madre ya estaba dentro del esoterismo, era sacerdotisa de la religión conocida como “Palo Mayombe”.
El dato...Constanzo no era satánico...
El dato. El palo (o Congo) es una religión ocultista proveniente de África, la cual está muy relacionada con los bantúes, siendo una vertiente de los Yoruba, provenientes del golfo de Guinea.El culto y la práctica del Palo se centran sobre el altar conocido como "Nganga" o "Prenda" (un caldero usado en ritos, del cual hablaremos en un momento). Es un espacio consagrado lleno de tierra sagrada, palos, restos humanos y otros objetos.
Se presume que al llegar a México, Adolfo Constanzo comenzó a adquirir fama con personas de la clase alta y altos mandos de organizaciones criminales de Tamaulipas, todo gracias a sus “dones espirituales”.
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Adolfo comenzó a ser un “informante místico”; daba información a los carteles sobre los ataques de organizaciones criminales contrarias e incluso llegaba a prevenir redadas policiacas.
Mark Kilroy, no fue una víctima más
En los años 80s, el norte de Tamaulipas, específicamente Matamoros era una ciudad muy turística; estudiantes estadounidenses cruzaban la frontera para visitar su playa durante la temporada vacacional.
Mark Kilroy era un joven estadounidense de 21 años que decidió viajar a Matamoros como diversión, sin embargo, fue secuestrado, torturado, sodomizado y sacrificado para un rito del Palo en el rancho de Santa Elena; cabe señalar que no era la primera víctima que era usada para un ritual así.
Según datos, Constanzo ordenó a sus seguidores encontrar a un hombre blanco y angloparlante para sacrificar, por lo tanto Mark fue elegido a ciegas.
Su desaparición tomó importancia rápidamente debido a que su tío, Ken Kilroy, trabajaba en la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza.
Se creían invisibles: el motivo de su captura
La fe que tenía la organización criminal era increíble, los integrantes de la banda llegaban a creer que eran literalmente invisibles al ojo de la ley.
La caída de la banda comienza cuando Serafín (Integrante de la organización criminal) al transitar por carretera de camino a Matamoros se topa con un retén de policías que había sido instalado para la búsqueda del joven estadounidense y se lo salta, ya que él creía que verdaderamente era invisible.
Gracias al pensamiento de Serafín, la policía lograron seguirle hasta el rancho de Santa Elena, lugar en el que se habían cometido un sin fin de delitos; los elementos policiacos llevaron a cabo la detención de Serafín y un velador que se encontraba en el rancho aquella noche, esto para cuestionarlos.
Después del interrogatorio, Serafín confesó que Mark Kilroy fue torturado y le sacaron su cerebro para hervirlo en una olla; además lo hicieron desenterrar 15 cadáveres mutilados que también se encontraban en el patio del rancho.
Constanzo murió en un enfrentamiento con la policía
En 1989, tras una exhaustiva búsqueda, las autoridades encontraron su departamento en la calle Río Sena de la colonia Cuauhtémoc, la vivienda estaba a unas cuadras del Ángel de la Independencia.
El enfrentamiento entre los elementos de la policía y Constanzo duró aproximadamente una hora.
En ese lapso de tiempo, Adolfo al mismo tiempo que disparaba lanzaba dinero y monedas a la calle, sin embargo, sus esfuerzos fueron en vano ya que terminó abatido dentro de la propiedad.