En una realidad distópica donde los criminales son autoridad y la autoridad es criminal, ¿dónde queda la esperanza?. Parte de la población civil en México ha buscado la respuesta a sus pesares en las mismas organizaciones delictivas que han sumergido a comunidades enteras en un interminable espiral de violencia, llegando incluso a sobrepasar la capacidad de las autoridades no sólo para frenarlos sino también para garantizar el acceso a la justicia.
Si bien existen casos en donde las fuerzas del orden se han antepuesto al control criminal, también hay territorios en donde la influencia y el poderío que los grupos delictivos han acumulado los ha vuelto ante los ojos de la sociedad civil mediadores o justicieros.
Dicho panorama ha quedado expuesto en los últimos años a través de publicaciones en redes sociales o solicitudes de ayuda públicas que, en lugar de ser dirigidas a alguna dependencia del Estado o funcionarios públicos, tienen como destinatarios líderes criminales.
¿Por qué la ciudadanía le pide ayuda a los cárteles?
"Es posible sugerir que el crimen organizado encuentra condiciones para operar cuando existen condiciones económicas adversas en la sociedad, además de los altos grados de impunidad y corrupción en las fuerzas de seguridad", reflexionan en un artículo de la Revista de Ciencias y Humanidades de la Universidad Autónoma de Chiapas los académicos Jesús Alberto López González y Mauricio Lascuráin.
En dicha premisa se gesta una de las respuestas más importantes al por qué la ciudadanía opta por pedir ayuda al crimen organizado en lugar de las autoridades: la debilidad institucional, o la ausencia propia del Estado.
Dicho contexto ha sido clave para que las organizaciones aumenten su capital criminal, es decir, la capacidad que tienen las organizaciones de controlar flujos de información, fortalecer sus capacidades técnicas y redes de apoyo social que facilitan sus actividades delictivas. La impunidad, refieren los investigadores, es el mejor escenario posible para los criminales y el peor para cualquier sociedad que aspire a llevar una vida civilizada.
En algunas zonas del país, las organizaciones han encontrado el terreno ideal para ejercer su capital criminal y, de este modo, controlar no sólo sus diversas economías y actividades delictivas sino también cada aspecto de la vida cotidiana de sus habitantes.
"Otro rasgo relevante del crimen organizado es su tendencia a delimitar y apropiarse del territorio [...] El territorio es la base de las organizaciones criminales para imponer sus propias normas y pautas de poder y a través de él aspiran a asemejarse a un Estado, mientras pretenden -y en muchas ocasiones logran- socavar y usurpar las funciones de los poderes e instituciones públicas", explicó el Doctor en Economía del Desarrollo, Isaac Enríquez Pérez, en un artículo publicado en la Revista e la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la Universidad Complutense de Madrid.
En ese sentido, las organizaciones criminales y sus líderes disponen de la capacidad suficiente para desplegar sistemáticamente la violencia contra aquellos rivales, traidores o autoridades que desafíen el monopolio en materia de actividades, servicios o bienes ilegales.
Es así como aquellas poblaciones o comunidades que han quedado en medio del crecimiento de organizaciones criminales ven en sus líderes la posibilidad de resolver sus demandas. Y, aunque en la mayoría de las ocasiones dichas peticiones surgen como resultado del mismo control que los actores delictivos ejercen en las comunidades, la impunidad que permea en sus casos por parte de la verdadera autoridad los orilla a depositar su esperanza en donde nunca debió haber estado.
La tregua de las madres buscadoras
Los alcances del amor que una madre tiene por sus hijos se refleja en una de las realidades más crudas del país: la crisis de desaparecidos. De norte a sur, y ante carpetas de investigación estancadas o la indiferencia de autoridades, diversos colectivos de madres buscadoras se han organizado para indagar por sus propios medios el paradero de sus seres queridos.
Arduas jornadas y la inseguridad que rodea su labor llevaron en 2023 a la entonces portavoz del Colectivo Nacional de Víctimas Diez de Marzo y Unión de Colectivos de Madres Buscadoras de Tamaulipas, Delia Quiroa, a dirigirse directamente a los cárteles del narcotráfico que durante años han estado detrás de decenas de casos de desaparecidos en el país:
"Yo, Delia, hermana de Roberto desaparecido el 10 de marzo de 2014 en Reynosa, Tamaulipas, he decidido hablarles directamente mediante este documento [...] nuestro colectivo anhela que nuestros familiares desaparecidos regresen, vivos o muertos, así como que esta práctica sea eliminada de territorio nacional y es por lo que necesitamos de su ayuda y colaboración", expresó la activista en una misiva.
La propuesta de la activista invitaba a las organizaciones delictivas a pactar una tregua que le permitiera a los colectivos de búsqueda continuar con su labor y encontrar a sus desaparecidos sin su asedio. A la iniciativa se sumaron otras madres buscadoras como Ceci Flores, quien incluso celebró que algunos de los líderes de los grupos criminales hayan aceptado su petición.
"A nadie le gusta verse en peligro, como ya lo dijeron los que respondieron al llamado, todos somos padres, madres, amigos, ya se derramó mucha sangre, las tierras que sean para sembrar no para dejar historias enterradas", dijo en un video difundido en redes la líder del colectivo Madres Buscadora de Sonora.
Aunque en su momento la petición de los colectivos de madres buscadoras generó eco en el país y dentro de las organizaciones criminales, dos años después las desapariciones continúan dejando lugares vacíos en miles de hogares mexicanos.
El Mencho y las mujeres wixaritari
En enero de 2024 un peculiar video difundido en redes sociales exhibió el grado de influencia que tiene Nemesio Oseguera Cervantes, El Mencho, en la zona norte de Jalisco. A cuadro, cinco mujeres wixaritari solicitaron la intervención del líder del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) para frenar los abusos que uno de sus jefes de plaza cometía en la comunidad.
"Señor Mencho, (por) un poco más de cinco años hemos sufrido atropellos en nuestras comunidades por cobro de piso, extorsión, asesinatos injustificados, desaparecidos, todo lo contrario de los principios del CJNG que usted comanda", se le escucha mencionar a la portavoz de dicho grupo.
La narrativa de las mujeres wixarikas apuntó a un jefe de plaza en la zona conocido como El Rojo, a quien acusaron de estar detrás de la peor ola de inseguridad que habían registrado. Incluso, lo acusaron de operar las policías municipales de la zona para cometer robos, además de que su esquema de extorsión llegaba a los alcaldes de la zona.
"Ante esta situación tan atroz le queremos pedir a usted nuestro regalo de Año Nuevo: nos quite a este vulgar ratero, bandido llamado El Rojo o a quien esté a cargo en la zona norte; córtele la cabeza, mata al bandido este. Con este gesto le da justicia a toda la gente de la zona norte", se le escucha mencionar a la mujer en otra parte del video.
Adicionalmente, el grupo de mujeres wixarikas solicitó al líder del CJNG ordenar a sus subordinados que respetaran su cultura, usos y costumbres toda vez que querían seguir manteniendo su estilo de vida y forma de gobierno de frente al avance de su organización criminal en la zona.
Tras la difusión y viralización del video, el entonces presidente Andrés Manuel López Obrador solicitó que se verificara su autenticidad pues, según declaró durante su tradicional conferencia matutina, su gobierno no contaba con ninguna solicitud de apoyo por parte de las comunidades.
Pese al panorama, el ahora expresidente recomendó a la población no apoyarse en ningún grupo del crimen pues su gobierno sí brindaría la ayuda necesaria.
La petición de insumos a El Ruso
La petición de ayuda por parte de la ciudadanía a líderes criminales se mantuvo vigente este 2025. Uno de los casos más recientes ocurrió el pasado mes de septiembre cuando a las afueras del Hospital General de Mexicali fue colocada una manta dirigida a quien es considerado como uno de los jefes delictivos más influyentes en la entidad: El Ruso.
Juan José Ponce Félix ha sido identificado en ambos lados de la frontera como uno de los principales aliados de la facción del Cártel de Sinaloa que ahora encabeza Ismael Zambada Sicairos, alias El Mayito Flaco, hijo de Ismael El Mayo Zambada.
Reportes del semanario ZETA Tijuana narran que el mensaje fue encontrado alrededor de las 17:30 horas cerca del área de urgencias del nosocomio. Además de dirigirse directamente a El Ruso como "quien tiene el poder en Mexicali", la manta fue una petición para surtir al hospital de insumos y medicamentos que, supuestamente, había sido resultado del desvío de recursos y mal uso del erario público.
Semanas antes, diversos trabajadores del sector salud se habían manifestado por las carencias de materiales en sus centros de trabajo, no obstante, al momento en el que se escribe esta nota se desconoce si dicho mensaje tuvo alguna respuesta por parte de las autoridades o del líder criminal para el que fue dirigido.
Más allá de una romantización de los líderes criminales o sus organizaciones, los llamados de auxilio de la población civil exhiben no sólo la influencia que han ganado en determinadas entidades sino también la desconfianza en aquellos actores gubernamentales encargados de atender sus necesidades desde la legalidad.
ATJ