La Secretaría de Marina alista la producción en masa de drones de origen nacional con el objetivo de hacer más eficientes sus operaciones de inteligencia, vigilancia, búsqueda y reconocimiento en el territorio mexicano.
De acuerdo con un proyecto de inversión presentada por la dependencia federal ante la Secretaría de Hacienda, solicitó 42 millones 200 mil pesos para la producción en serie del Sistema de Patrullaje Autónomo de Reconocimiento Táctico Aéreo de la Armada de México (SPARTAAM).
Consiste en un sistema aéreo no tripulado de mediano alcance capaz de conducir operaciones navales, el cual está integrado por tres aeronaves, un vehículo en función de estación de control móvil y un sistema de operación compuesto por una antena de comunicación con la aeronave en vuelo y otra antena satelital para retransmisión de información al centro de mando.
Un documento elaborado por la Unidad de Investigación y Desarrollo Tecnológico, al que MILENIO tuvo acceso, señala que actualmente la Secretaría de Marina cuenta con cinco sistemas aéreos no tripulados, cada uno con tres aeronaves y de los cuales cuatro son de origen estadunidense y uno fue desarrollado por el Instituto de Investigación y Desarrollo Tecnológico de la Armada de México.
Este último es el llamado SPARTAAM, mismo que se encuentra listo para ser replicado y producido en serie; además, representaría el segundo sistema aéreo no tripulado renovado por la Marina, ya que su área de inteligencia cuenta con un proyecto de inversión en curso para la sustitución de otro, “por lo que el desarrollo del presente (proyecto) se considerará como un hecho”.
Los cuatro sistemas fabricados en EU con los que cuenta la Marina son los Arcturus T20, aeronaves de 5.33 metros de envergadura y 2.87 de longitud y los cuales, entre sus desventajas según el documento, están que “pierde la hélice dos de cada tres vuelos”, lo que genera un costo de 300 dólares aproximadamente.
Por otro lado, los SPARTAAM son más compactos al contar con 4.5 metros de envergadura y 2.66 de longitud; además, entre la adquisición de componentes, mantenimiento y operación, en comparación con el Arcturus, cuyo primer sistema es operado por la Marina desde 2014, genera un ahorro cercano a los 82 millones de pesos.
Desde ese año, los cinco sistemas a cargo de la Unidad de Inteligencia Naval acumulan más de mil 900 misiones de reconocimiento, vigilancia e inteligencia, sumando 11 mil 941 horas de vuelo.
“Sin embargo, los cinco sistemas aéreos no tripulados son insuficientes para cubrir las horas de vuelo que la Secretaría de Marina tiene que desarrollar debido al incremento de horas de vuelo requeridas, a la cantidad de sistemas que se tienen, a los años de antigüedad y el desgaste del material”, refiere el documento.
El aumento de misiones aumentaría la fatiga de los componentes de las aeronaves, así como el riesgo de accidentes, costos de reparación y mantenimiento, sumado a la dificultad de sustituir materiales, ya que cuatro de estos sistemas son de origen extranjero.
“Las misiones podrían verse continuamente interrumpidas, debido al incremento de fallas por el desgaste, situación que impactaría en los tiempos necesarios para alcanzar los objetivos definidos”.
Además, en el caso de los primeros sistemas adquiridos, al ser componentes de años anteriores, se pueden encontrar descontinuados u obsoletos, y en su caso, si existen, se adquieren a costos elevados y con un tiempo de espera de hasta seis meses.
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Entre los beneficios de este proyecto se detalla que la dependencia federal obtendrá inteligencia a través de diferentes sensores como cámaras diurnas y nocturnas montadas en aviones que realicen vuelos autónomos en las zonas marinas mexicanas y donde se requiera.
Según el calendario de inversión estimado por la Marina, de obtener los recursos, estos serían implementados durante todo este año.
DMZ