La familia de origen de Erik López, de apenas 18 años de edad, está a 12 horas de distancia. Ante la imposibilidad de escaparse para ir a abrazarlos ya se hizo de una nueva familia con la que comparte una ración de nostalgia y un cúmulo de anhelos.
Hace cinco meses por la misma puerta que hoy salen ingresó un grupo de aspirantes a soldados. Entre ellos estaba Erik López que recién había culminado su preparatoria y no estaba dispuesto a darse un año sabático así que se enlistó en el Ejército y de su comunidad rural del Istmo, San Juan Guichicovi, Oaxaca, vino a la Ciudad de México al Heroico Colegio Militar a estudiar el curso básico de Formación Militar.
Junto con él, mil 206 hombres y 449 mujeres cerraron está primera etapa de su trayectoria castrense y están listos para integrarse a uno de los 12 planteles donde continuarán su preparación especializada.
La cadete Heyde Rivera, quien obtuvo el primer lugar en aprovechamiento académico durante este curso, dijo que "los cinco meses que vivimos en este glorioso plantel reforzaron en nosotros los principios éticos aprendidos en el hogar. Con el adiestramiento y los valores castrenses que nos inculcaron los directivos de las escuelas instructores y cadetes antiguos paso a paso nos hemos transformado en militares disciplinados rectos y comprometidos”.
Además de recibir una intensa preparación física, los dientes, como se les dice a estos estudiantes en el argot militar, recibieron conocimientos tácticos como navegación terrestre, lectura de cartas y habilidades básicas del combatiente además aprendieron la legislación y el código de justicia militares, así como la historia castrense.
Sobre todo, aprendieron a forjar el carácter; es el caso de la cadete Ingeniero militar Leslie Reyes que antes de este curso era tan nerviosa que hasta hablar le costaba trabajo.
Durante este tiempo en el que muchos de sus compañeros desertaron, Reyes no sólo superó su inseguridad sino que tuvo que remontar una de las pérdidas más dolorosas que pueda sufrir un ser humano.
“En ese tiempo falleció mi mamá, sí fue una circunstancia muy difícil para mí, pero no me doblegue, le eché ganas y hasta el último momento estuve aquí. Tuve la fuerza de voluntad necesaria para seguir adelante y la verdad es que yo pretendo tener esa actitud hasta que yo pueda terminar mis estudios y pueda tener el grado que me satisface”.
El cadete ingeniero militar Erik López dijo que lo más difícil para él ha sido estar lejos de su familia. "Vivo hasta Oaxaca, son 12 horas de aquí para allá y pues ni en las franquicias ni en los puentes me alcanza el tiempo para ir allá y abrazar a mi familia y eso a veces de alguna manera le repercute a uno y le baja la moral pero siempre siempre aquí en la gran familia que es el Ejército mexicano siempre vas a encontrar a alguien que te ayude".
Cuenta que en su compañía "tengo dos hermanitos de pelotón, un médico y un heroico y me llevo muy bien con ellos, son como mi segunda familia por ellos no he sentido tanto eso”.
Con el propósito de celebrar este primer paso, en el Heroico Colegio Militar se llevó a cabo una ceremonia de graduación con las medidas sanitarias sin presencia de familiares, la cual estuvo encabezada por los generales David Rivera Medina, Fidel Mondragón Rivero y Miguel Eduardo Hernández, respectivamente, rector de la Universidad Militar, Director del Heroico Colegio Militar y Director del Colegio del Aire.
Cómo señaló el rector de la Universidad Militar acerca de este primer paso: “Aquí se forman los futuros mandos del ejército y la fuerza aérea, el sistema educativo militar aporta a los futuros oficiales jefes y generales que el día mañana conducirán a nuestra institución”.
JLMR