"Los narcocorridos no narran las consecuencias del crimen organizado": experta explica los factores que facilitan el reclutamiento de menores

Tanto en los ambientes urbanos como rurales hay agentes que hacen pensar a las juventudes que la riqueza se alcanza en el mundo del narcotráfico.

Las letras de los corridos tumbados están cargadas de mensajes subliminales que los jóvenes pueden entender (Cuartoscuro).
México /

A mediados del año surgió una polémica luego de que el grupo musical Los Alegres del Barranco compartiera en algunos de sus conciertos imágenes y le dedicaran una canción al líder del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), Nemesio Oseguera González, El Mencho; situación que llevó a los gobiernos estatales a endurecer las medidas para frenar la apología del delito en los llamados corridos bélicos que se interpretan en eventos públicos.

Meses antes, MILENIO informó que gracias a un narcocorrido —titulado La People, autoridades federales identificaron a un importante operador de Los Chapitos, por lo cual, estas canciones ya no solo contaban las hazañas de los líderes criminales, sino que ahora revelaban detalles más allá de su estilo de vida extravagante.

En una plática con la doctora María Claudia Benassini Félix —catedrática de la Universidad de La Salle, con maestrías en Antropología Social y Técnicas de Investigación—, la experta recordó que, hasta hace unos años, los narcotraficantes utilizaban las canciones para mandarse mensajes; sin embargo, en la actualidad, este género se popularizó y afianzó en la industria musical. Aunque —para ella— estas letras no funcionan "de manera aislada" en la industria musical.

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Corridos tumbados, mediador entre la juventud y el crimen organizado

La entrevistada consideró que en la actualidad este género musical se popularizó porque narra las historias de criminales famosos —ya sean hechos reales o ficticios—, pero en un contexto en el cual resaltan que la riqueza se puede acumular a través del narcotráfico. Sin mencionar que por sí solas estas canciones son atractivas para el público joven.

"Hay que recordar que desde hace varios años se supo que los criminales utilizaban algunas canciones para mandarse mensajes en YouTube. Los narcocorridos servían como medio para enviarse claves; es decir, los narcos estaban manejando este contenido directamente. No mucho después, empezaron a popularizarse en la industria musical, en los cassettes, los CDs y demás plataformas", explicó la doctora Benassini Félix.

Aunque estas canciones podrían no parecer peligrosas en la superficie —resaltó la experta—, hay una serie de aspectos que se revelan en las letras que hacen pensar que no funcionan de manera aislada en la industria musical, sino que retratan personas y eventos que ocurren en la realidad.

Como evidencia de la opinión de la docente de La Salle está el corrido bélico ¿Van a querer más?: El Mencho, de Enigma Norteño, sobre el cual Rubén Oseguera González, El Menchito —hijo del líder del CJNG— confesó que él dio la orden de derribar el helicóptero de las Fuerzas Armadas con un lanzacohetes en 2015, hecho que después se inmortalizó en la mencionada canción.

Corrido del helicopterazo del 2015

Lo verdaderamente preocupante con los corridos bélicos —dijo Benassini— es que se han vuelto una forma mediante la cual los jóvenes se enteran de las 'hazañas' de los criminales y se interesan por el mundo del narcotráfico, sobre todo por la extravagancia y riqueza con la que supuestamente viven los capos. Para la socióloga, esto podría facilitar el reclutamiento de menores de edad. 

—¿Dónde está la línea entre lo correcto e incorrecto? ¿Todas las canciones que hablan del narcotráfico fomentan el reclutamiento de jóvenes?—, se le preguntó a la entrevistada.

"Depende de la letra y de la narrativa (...) Yo creo que sí, aunque no podría generalizar y decir que todo el mundo que escuche va a tener la misma repercusión, pero sí tiene que ver con los ambientes en donde estas personas están viviendo", contestó.

Para la experta, el problema radica en que las historias que narran los corridos bélicos encarnan y representan a un capo de forma errónea: "pueden mover fibras (alterar la percepción) de los criminales en las personas que escuchan los narcocorridos".

Los jóvenes se interesan por el narcotráfico por las historias que cuentas los corridos. 

Factores de riesgo que llevan al reclutamiento de jóvenes

María Claudia Benassini Félix detalló que existen muchos agentes que pueden llevar a que los jóvenes se unan al crimen organizado, pero los más importantes son el factor económico y familiar:

"En muchos casos vienen de ambientes muy desfavorecidos, económicamente hablando. Son gente que puede tener muchas carencias. Les parece que el dinero les permitirá resolver, a corto plazo, todos sus problemas. Piensan que cuando tengan mucho dinero lo podrán gastar en lo que quieran".

La maestra en Antropología Social por la Universidad Iberoamericana explicó que las condiciones socioeconómicas desfavorables en las que crece un joven pueden ser un factor de riesgo para ser blanco del crimen organizado; aunque —aclaró— no hay que generalizar.

También especificó que hay diferentes circunstancias que pueden llevar a los jóvenes a buscar unirse al mundo del narcotráfico, dependiendo de si crecieron en un ambiente urbano o rural:

  • Ambiente urbano (ciudad): La pobreza y precariedad en la que viven los jóvenes puede llevarlos por malos caminos para conseguir dinero
  • Ambiente rural (campo): Aquí el problema principal radica en que una de las principales actividades económicas es la agricultura, por lo que muchos jóvenes crecen viendo a sus padres cultivando mariguana o amapola. Piensan que el narcotráfico es el único camino para salir adelante

Hay que recordar que una investigación de la periodista Anabel Hernández reveló que Joaquín Guzmán Loera, El Chapo —cofundador del Cártel de Sinaloa— creció viendo a sus padres plantar mariguana y amapola en la zona del Triángulo Dorado (Chihuahua, Durango y Sinaloa).

Todos estos aspectos son muchas veces retratados en los narcocorridos, por lo cual los jóvenes que los escuchan inconscientemente pueden llegar a plantearse la posibilidad de salir adelante a través del narcotráfico y así satisfacer sus necesidades básicas, aseguró la entrevistada: "Se vuelven (los corridos bélicos) un motivador muy importante".

En los ambientes rurales, algunos jóvenes crecen viendo a sus padres plantar amapolas (Reuters).

No todo lo que brilla es oro... a veces son balas

La docente de La Salle recordó el reciente descubrimiento de un campo de reclutamiento forzado del CJNG en Teuchitlán, Jalisco, en marzo de este año. Se trataba del Rancho Izaguirre, donde la mayoría de la evidencia encontrada —zapatos y ropa— apuntaba a que las víctimas habían sido principalmente jóvenes. 

"Los jóvenes que fueron por su voluntad tenían la expectativa de que iba a salir todo bien. Pero... ¿Qué es lo que pasa, relacionado con los corridos tumbados?: dentro de la narrativa de esas canciones no está el precio que van a pagar. Piensan que los van a reclutar y que automáticamente van a tener una vida como la que muestran en los narcocorridos".
"Para que alguien pueda llegar a ese nivel de poder, tiene que pasar por un montón de cosas desagradables: violencia física, asesinatos, extorsiones (...) situaciones que no narran los corridos", enfatizó Benassini.

—Lo que está diciendo me recuerda a la famosa frase 'en el mundo del narcotráfico solo hay dos caminos posibles: la cárcel o la muerte'—

"Exacto. Eso no lo mencionan los corridos. El narcotráfico no tiene regreso. Los corridos representan una vida muy divertida, llena de aventuras y con mucho dinero, pero no dicen los obstáculos y el camino que uno tiene que recorrer para llegar a alcanzar ese nivel de vida".

La profesora de tiempo completo de La Salle explicó que este problema no es exclusivo de la industria musical, sino que también pasa con las películas y series de televisión que reflejan una realidad equivocada del narcotráfico.

Para ella, la narcocultura es una herencia de otros países, como Colombia, que comenzaron a sacar contenidos sobre el estilo de vida de los narcotraficantes, pero que en la actualidad se puede tener acceso a todo este material de forma muy fácil gracias a las redes sociales y plataformas digitales.

"Recuerdo estar con mi mamá en Sonora y estar viendo una serie en Netflix de un narcotraficante en Los Álamos: la serie era malísima, pero los actores eran jóvenes bien parecidos que viven aventuras en las que todo les sale bien. Muestran un ambiente de lujo, pero la realidad es otra".

—¿Los jóvenes que se unen al crimen organizado son víctimas?—

"No, yo creo que si uno lo hace conscientemente, uno sabe a qué se está enfrentando y cuáles son las consecuencias", respondió tajantemente.
Los jóvenes piensan que alcanzarán la gloria y riquezas si se unen al crimen organizado.

De la letra a los campos de cultivo

—¿Qué tan literal pueden los jóvenes interpretar las letras de los narcocorridos? ¿Pueden entender los mensajes subliminales?—

"Sí los pueden entender, incluso gente a la que no le interesa el tema. También hay personas que les gusta esa música, la consumen, les llama la atención, pero nunca van a inclinarse por ese camino; ese es otro tipo de público: el que es aficionado al género, pero que no piensa en volverse narcotraficante (...) Hay muchas personas que no saben de quién o qué está hablando la canción y aun así se les hace fascinante (...) Luego están los grupos interesados en practicarlo más allá de un género musical".

La entrevistada platicó a MILENIO una anécdota en la que durante un viaje a la Sierra de Guerrero, a lo lejos se apreciaban los campos de amapola y mariguana, lo cual indica que hay muchas personas que han optado por cambiar sus cultivos por el de plantas que pueden comercializar con los cárteles: 

"No sé si les pagan mejor, pero ellos son agricultores, no los capos (...) Lamentablemente, hay personas que están dispuestas a unirse a ese mundo porque piensan que es mucho más fácil la vida (...) Yo creo que estos contenidos mediáticos, entre ellos los corridos, contribuyen a pensar que esto es un proceso mucho más sencillo, pero que es muy peligroso cuando ellos (los cárteles) organizan campañas para reclutar a los menores".

Un ejemplo de esto es la canción Amapola de Natanael Cano y Brayan Quintana en la que explícitamente dicen que el dinero crece como la planta:

Me gustó esta vida, andar vistiendo Dior

Inhalando mucho perico

En los antros se asoma el pacón y unas Playboy

Y se nos dio, lo malandro siempre se nos dio

Bien jalado y bien pendiente estoy

A los güeros ahí les va otro gol, de lo mejor

Luces, champaña y bengalas, las noches son largas con un perishish

Vueltas allá por España, tengo a las morritas bien puestas pa mí

En los Amiri, la corta; en la bolsa, la otra y el cuello bling-bling

La amapola crece y crece como los billetes, puro Benjamín

Corrido que hace apología del delito

Sanciones más severas para los intérpretes

En cuanto a los intérpretes de los corridos bélicos, la entrevistada pidió estudiar a fondo cada caso, sobre todo en los que sus canciones llevan a las autoridades a detener a un capo importante.

—¿Podría existir una complicidad entre el artista y los narcotraficantes?—

"Esa pregunta es complicada de contestar. Podría en algunos casos ser que sí, pero en otros no (...) Tiene que ver con procesos muy determinados y con historias de vida muy precisas (...) Ellos también son personas que tienen familia por la que tienen que ver", respondió la experta, considerando que muchas veces los cantantes podrían ser obligados por los mismos criminales a asistir a sus eventos, dedicarles letras o simplemente tomarse una foto.

Sin embargo, —consideró—, las sanciones contra los artistas que interpretan estas letras en eventos públicos deberían de ser más severas, más allá de multas económicas que poco les afectan a sus ganancias.

"Muchos piensan 'te lo pago, pero déjame cantar lo que se me dé la gana' (...) Yo creo que debería de haber una sanción mucho más severa, sobre todo considerando que esto puede tener implicaciones muy graves en las conductas sociales. Las sanciones deberían de ser mucho más severas, sobre todo considerando los casos de personas que se terminan uniendo al mundo del narcotráfico por voluntad propia".
Los corridos generan grandes ganancias a la industria musical | Especial

—¿Qué propone para acabar con la apología del delito en la industria musical?—

"Los gobiernos estatales deben de mantenerse firmes en la estrategia de prohibirlos en eventos públicos, aunque hoy en día los puedes encontrar en YouTube, en Spotify; los escuchas en los coches; están en todos lados, pero quien los quiera escuchar que lo haga en privado en su casa. Un gobernante no debería fomentar que este género musical (corridos bélicos) se escuche en espacios abiertos".

A pesar de su opinión, Benassini Félix es consciente de que al final del día los corridos son un género musical que en la actualidad es muy popular y tiene muchos seguidores que no por eso se harán narcotraficantes; el problema es la gente que eventualmente puede interesarse por ese camino.

"Hay mucha gente que le gusta y que lo disfruta: lo bailan y cantan como cualquier otro tipo de género musical. Entonces, es muy difícil para la industria terminar con este género que ha sido muy exitoso y que deja muchísimo dinero. No hay una solución a mediano plazo", concluyó la entrevistada.


RM

  • Rafael Mejía Fernández de Lara
  • Hoy editor de noticias, algún día presentador de TV. La vida me puso en la sección de policía, pero yo decidí entre ser el periodista bueno o malo. Fan de los deportes

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