Desde 2018 las cosas se empezaron a complicar seriamente no sólo para Ángel del Villar, director general de la exitosa disquera Del Records basada en la ciudad de Los Ángeles, California, sino también para su director de Finanzas, Luca Scalisi.
Ambos fueron detenidos por el FBI a mediados de ese año, acusados de tener tratos con Jesús Pérez Alvear, operador y encargado de lavar dinero para el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).
Este hecho contrasta con los comentarios que se acumulan en los canales de YouTube de Del Records y Del Villar, que hoy ostentan 10 millones de seguidores.
"Gracias señorón. Gracias por tanto artista chingón, en especial el difuntito Ariel Camacho".
"Puro corrido tumbado, viejón, un saludo".
"Tengo mucha fe en poder caminar bien por años y no la pierdo. Gracias por animar".
"Tengo una enfermedad incurable y me motivas".
Estos comentarios en la red social más parecen ex votos donde las personas —en su mayoría mexicoamericanos— relatan sus condiciones difíciles de vida y cómo la música de Del Records los ayuda a superarlas.
De hecho, el director (CEO) de la discográfica, José Ángel del Villar, es para muchos de ellos una especie de guía espiritual que, cada semana, les deja un mensaje motivacional.
Incluso el 6 de febrero pasado el también productor de músicos que gustan de los narcocorridos, y quien fuera novio de la cantante Chiquis Rivera, publicó un video llamado La fe mueve montañas. En él, este hombre joven de barba lucía —como acostumbra— una gorra, una camiseta con uno de sus grupos favoritos y sus brazos tatuados.
Pero toda esa fama no lo ayudaría a evadir el tremendo lío judicial en el que las autoridades estadunidenses lo han metido y cuya fecha de arranque es el próximo 24 de octubre de 2023.
El año pasado, el Departamento de Justicia lo puso en su mira al acusarlo de estar presuntamente relacionado con la organización criminal Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG). Según las autoridades, él, Luca Scalisi y otra persona de su exitoso grupo empresarial mantuvieron nexos con Jesús Pérez Alvear (conocido como Chucho Pérez), un narcotraficante y lavador de dinero de Nemesio Oseguera El Mencho, fundador del CJNG.
Información obtenida por MILENIO –entre ella, interceptaciones de llamadas– revelan que, en efecto, Del Villar se enteró de las operaciones de su socio Chucho Pérez una vez que el Departamento del Tesoro lo puso en su lista negra. Sin embargo, las autoridades de Estados Unidos cuentan con información que señalaría que a Ángel y a los suyos poco les importó la restricción de no hacer negocios con gente que pudiera tener nexos con el cártel y continuaron con la relación que incluía organizar conjuntamente conciertos de música regional.
El concierto de Gerardo Ortiz
Hoy se revela que, tras una investigación que comenzó en el 2003, se prepara un juicio que incluirá la presencia de al menos ocho testigos, que no sólo entregaron conversaciones de WhatsApp, sino que también grabaron con cámara oculta conversaciones al interior de la disquera de Los Ángeles, epicentro de la música regional que tanto gusta a los paisanos mexicanos.
Entre los testigos, se encuentran un miembro de la agencia antinarcóticos, la DEA; un empleado de la disquera; un publicista; el dueño de una empresa de jets privados; un acusado de tráfico de drogas que habría presenciado los negocios con la disquera, y un artista grupero mexicano.
Justo por este artista, al que solo se le denomina “Individuo A”, es que las autoridades estadunidenses pedirán todo el peso de la ley contra los miembros de Del Records: a pesar de que estos ya tenían conocimiento de la situación de Chucho Pérez, organizaron un concierto el 27 de abril de 2018. Fue ahí cuando agentes de la DEA interceptaron al artista y lo pusieron al tanto de lo que estaba pasando.
Aunque no se revela el nombre del “Individuo A”, en una revisión de los conciertos de ese día el único programado era el de Gerardo Ortiz, un fenómeno de la música de banda. Otra búsqueda arrojó que, en ese año, Ortiz era uno de los artistas que tenía vínculos profesionales con Del Records.
La generosidad de Chucho Pérez
En el entramado de este asunto destaca una fecha: 6 de abril de 2018. Ese día, el Departamento del Tesoro incluyó en su lista negra a Jesús Chucho Pérez. Pero las autoridades habían investigado durante años al que se presentaba como promotor musical y tenía su sede en Guadalajara, Jalisco. El asociado del CJNG representaba incluso a artistas del tamaño de Julión Álvarez.
Pérez Alvear se volvió socio de negocios de Ángel del Villar y otros empleados de Del Records. Se encargaba de promover y organizar los conciertos de los artistas firmados por la empresa Del Entertainment, una rama de la disquera.
Según el Departamento de Justicia, Del Villar y los suyos estaban tan conscientes del problema en el que estaban metidos, que después de que el Departamento del Tesoro señaló a Chucho Pérez como un objetivo a perseguir, los empleados de Del Entertainment hicieron el borrador de lo que sería un comunicado respecto del señalamiento de la autoridad, pero nunca llegó a hacerse público.
La policía obtuvo ese borrador del comunicado de prensa gracias a una orden de allanamiento que se consiguió unos meses después y que sería considerada como una de las grandes pruebas en contra de los ejecutivos de la discográfica. Se descubrió que otro de los empleados de la empresa recomendó a Del Villar no tener acuerdos con una persona señalada por el gobierno estadunidense.
Pero el hecho fue que nadie en la empresa detuvo el famoso concierto del “Individuo A” y, por el contrario, continuaron los preparativos tal cual estaba previsto. Un ejecutivo de la empresa Gogo Jets, que renta aviones privados, recuerda que fue él quien les alquiló una aeronave para que el artista volara al lugar del escenario, la ciudad de Aguascalientes.
El pago de ese servicio se hizo con la propia tarjeta American Express de Ángel del Villar, a pesar de que ya tenía conciencia de que no debía hacer más negocios con Chucho Pérez. Tantos fueron los esfuerzos por no cancelar el concierto que, aunque el aeropuerto de Aguascalientes se encontraba cerrado, desde Del Records aseguraron que conocían gente en el gobierno local que les permitiría el aterrizaje.
Una interceptación de llamadas revela que el precio de ese vuelo excedía lo acordado, pero Del Villar salió al paso y dijo: “Chucho va a pagar”.
Y sí pagó. A través de una cuenta en México a nombre de Del Melodía Entertainment, Chucho Pérez transfirió dinero a Del Entertainment por lo menos 10 veces de agosto a septiembre del 2018 y que que fluctuaron entre los 150 mil, 200 mil, 250 mil, 300 mil y 500 mil pesos, a fin de organizar conciertos en Guanajuato y Chiapas, entre otros estados mexicanos.
Otra de las pruebas en contra de Del Villar fue aportada por un trabajador que también será testigo en el juicio. Aseguró que Luca Scalisi le contó que cuando Del Villar se enteró del problema de Chucho Pérez, había mandado a su financiero a México para intentar cobrarle un dinero que todavía les debía ese socio.
Scalisi, asegura el empleado, confesó que estaba preocupado por dejar entre ellos un rastro en papel, pues sabía que estaba bajo vigilancia de seguridad nacional.
Desoyeron advertencias
Una transcripción a la que tuvo acceso este diario revela que, a finales del 2022, la Fiscalía estadunidense mostró algunas de las cartas que usará contra la discográfica, la primera en la historia en ser llevada a juicio por guardar relaciones con un cártel del narcotráfico.
Explican que, a sabiendas y deliberadamente, violó el estatuto de continuar haciendo negocios con un traficante de narcóticos señalado por el Departamento del Tesoro, lo cual es un crimen. La acusación concreta es por conspirar para violar la Foreign Narcotics Kingpin Designation Act (algo así como Ley de Designación [o Identificación] de Líderes Extranjeros del Narcotráfico) al hacer negocios con un promotor de conciertos vinculado a un cártel mexicano.
Entre las pruebas que existen, se encuentran las comunicaciones internas de la empresa, que se conocen por la orden de allanamiento, y que revelan que en la discográfica siempre estuvieron conscientes de la situación.
“Oye, esta persona está designada (boletinada por las autoridades), y promociona a uno de tus artistas, ¿no?”, les advirtió un publicista.
Otro de los detalles que revelan es al artista, posiblemente Gerardo Ortiz, pues menos de dos semanas después de los señalamientos formales agentes de la DEA tocaron a su puerta en un hotel de Phoenix, Arizona.
“En la habitación se reunió con el artista (...) y le entregó una copia de la carta, le explicó lo que estaba sucediendo”, dice el informe. Esta carta también llegó hasta Del Villar y Scalisi. Es decir, todos estaban al tanto y continuaron con los negocios.
Existen más datos que revelan ese contubernio.
“Hay testimonios de informantes que pueden verificar esto pero, esencialmente, Pérez continuó promoviendo subrepticiamente conciertos en México para artistas de Del Entertainment y se pagó a través de intermediarios”.
Quien recibía el dinero físicamente de los conciertos era Chucho Pérez, y luego de tomar su parte, a través de sus intermediarios pagaría a las cuentas de Del Entertainment en México, por medio de la cuenta abierta a favor de otra subsidiaria, Del Melodía. Esto constituye, según el gobierno estadunidense, intentos de evasión o transacciones con Pérez, quien estaba boletinado por trabajar con el CJNG.
Otra grabación muestra que Luca Scalisi confesó a uno de los empleados que en los libros internos de la empresa Jesús Pérez no estaría registrado con su nombre real, sino a través de otras tres personas.
La Fiscalía confirmó que al menos ocho testigos darán cuenta del acto criminal de la disquera. Desde el agente del caso que entregó la carta; un empleado; el publicista; el dueño de los jets; otros de los acusados que actualmente está cooperando en otro caso; el artista anónimo que recibió la carta, hasta otro asociado de alto nivel de Pérez Alvear, acusado de tráfico de drogas y quien fue testigo de los negocios con Del Villar.
Se sumarán como pruebas videos y audios hechos por empleados de la compañía y de algunas otras personas que hablaron con los hoy acusados.
La defensa de Del Villar manifestó que son miles de páginas, declaraciones juradas, audios, mensajes de WhatsApp, correos electrónicos incautados de un servidor y computadoras que tendrán que revisar, lo cual llevará tiempo.
Asimismo, para la estrategia de defensa de Del Records se incluyen testigos en México que podrían ser relevantes.
“Tendríamos que ir allí, entrevistar a los testigos, trabajar en el proceso para poder obtener los documentos de viaje adecuados y para que los testigos comparezcan en el juicio ante el Tribunal y también trabajar en el proceso para obtener los registros en el banco”, arguyeron los abogados.
La defensa tendrá hasta el próximo 24 de octubre del 2023 a las 08:30 horas, cuando continúe el juicio en contra de los acusados y la disquera. Mientras tanto, Del Villar y el financiero Scalini se encuentran en libertad bajo fianza, en sus casas, luego de haber pagado 100 mil y 35 mil dólares, respectivamente.
En una declaración al medio estadunidense Deadline, Del Records decía oficialmente a mediados de 2022 que “Ángel del Villar es un ejecutivo musical hecho a sí mismo y ampliamente respetado que ha construido una exitosa compañía de entretenimiento que produce algunos de los temas de música regional mexicana más queridos en la industria. Luca Scalisi ha sido ejecutivo de las empresas DEL durante casi 10 años. La sugerencia de que estarían involucrados a sabiendas en cualquier cosa relacionada con narcóticos ilegales es absurda. Creemos que las acusaciones vienen de un antiguo socio descontento, y el señor Del Villar y el señor Scalisi esperan limpiar sus nombres”.
De no hacerlo, si se les declara culpables de violar la también llamada Ley Kingpin, ambos tendrían que enfrentar condenas de 30 años en prisión.
La Oficina de Control de Activos Extranjeros del Departamento del Tesoro estadunidense boletinó a Jesús Pérez y a su empresa residente Gallistica Diamante y Ticket Premiere como “narcotraficantes especialmente designados”. No han sido enjuiciadas al tener su sede en México, contrario a la californiana Del Records.
En una revisión que hizo este diario se encontró que, desde 2012 a la fecha, el documento del Departamento del Tesoro ha encontrado otras cinco empresas dedicadas a la música y organización de eventos, entre las que se encuentran Círculo Representaciones Internacionales, Marimba Entertainment y J Cam Editora Musical, con sede en Jalisco.
MILENIO envió dos peticiones a Del Records y a Ángel del Villar, pero hasta el cierre de edición no hubo respuesta a este reportaje.
EHR