En NL, casos de menores víctimas de delitos sexuales van al alza

El psicólogo Guillermo Rocha González aseguró que las consultas de este tipo han incrementado en los últimos tres años.

Generalmente la víctima de delito sexual genera ideas de sentirse culpable (Especial)
César Cubero
Monterrey /

En los últimos tres o cuatro años las consultas de menores de edad víctimas de algún tipo de delito sexual han ido a la alza en la Unidad de Servicios Psicológicos (USP) de la Facultad de Psicología (Fapsi) de la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL), aseguró Guillermo Rocha González.

De acuerdo con el coordinador del departamento de atención a urgencias psicológicas de la Fapsi, a las víctimas de violación, acoso, hostigamiento o algún tipo de abuso sexual, se les generan afectaciones graves en su seguridad, confianza, en su sentido de culpa, de baja autoestima y autodevaluación, que pueden llevarlo al punto de riesgo de suicidio.

"Principalmente en el tema de niños, los últimos tres o cuatro años sí se ha aumentado considerablemente las consultas, sí hemos visto que va a la alza cada vez más en los más pequeños", comentó.

En el área de la seguridad, explicó, la posibilidad de sentirse seguro por sí mismo, o sentirse seguro con otras personas se ve afectada, lo cual repercutirá en su vida dado que será alguien con reacción de ansiedad, angustia, y con pensamientos catastróficos de que siempre va a pasar algo malo.

Con respecto a la confianza, el tema de poder confiar en otras personas se ve muy dañado, en especial porque el agresor es alguien cercano o de confianza, o que tenía que haber sido confiable.

"Y esto influye en que se lastima la posibilidad de hacer amistades, de tener relaciones de pareja adecuadas, de confiar en las autoridades, en las personas, en los maestros", comentó.

Otro es el tema de la culpa, derivado de que generalmente la víctima de delito sexual genera ideas de sentirse culpable, porque no pudo impedir o evitar lo que pasó y se ubica como si hubiera sido responsable.

"Y además, se consideran como alguien tachado o estigmatizado, que ya nadie le va a querer, entonces de ahí viene esta autodevaluación, baja autoestima.

"Y en muchos escenarios, estas víctimas a la larga pueden generar trastornos de alimentación, autolesiones, cortarse o lastimarse de alguna manera, y hasta el punto del riesgo de suicidio", precisó.

Según Rocha González, dado que culturalmente está normalizado que a la mujer se le puede agredir, para un hombre es muy complicado aceptar el concepto de haber sido agredido sexualmente, es por eso que el hombre se lo guarda, y no lo comunica.

A decir del especialista, hay diversas señales que pueden ser vistas en las personas que están siendo agredidas sexualmente y que no lo están denunciando.

"Hay cambios significativos en el tema del sueño, dejar de dormir y estar en un estado de alerta constante, o tratar de dormir todo el tiempo para desconectarse, hay cambios en la alimentación, dificultad para socializar, pueden mostrarse ansiosos, deprimidos incluso irritables la mayor parte del tiempo, y físicamente hay un abandono", puntualizó

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