Ante el cierre de fronteras internacionales, refieren expertos, y acuciados por la desmovilización propiciada por la pandemia del coronavirus covid-19, el crimen organizado se está aventurando a buscar fórmulas que requieran menos infraestructura y riesgo para mover drogas sintéticas, especialmente hacia el mercado estadunidense.
De ahí que, en el último mes y medio se haya registrado una inusual cascada de decomisos y detenciones de personas que transportaban cristal o fentanilo. Sinaloa y Tamaulipas encabezan la lista de casos. En la primera entidad, por ejemplo, se presentaron 26 reportes, la mayoría en el aeropuerto internacional de Culiacán, y un saldo de 18 detenidos.
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En Tamaulipas, mientras tanto, hubo 15 decomisos y 13 detenidos. La mayoría ocurrió en los puentes fronterizos entre México y Estados Unidos, principal destino de las drogas sintéticas que transitan por nuestro país. También se registraron casos en Baja California Sur, Chihuahua, Coahuila, Estado de México, Guerrero y Oaxaca. En total, hubo 59 reportes y 71 detenidos.
Fabián Medina, jefe de la oficina del canciller Marcelo Ebrard, escribió en MILENIO: “Diversos expertos han comenzado a reportar cómo el tráfico de drogas se esconde ahora en insumos médicos y en la venta al menudeo mediante entregas a domicilio, por internet o redes sociales” . Y en efecto, el tráfico “hormiga” parece ser la respuesta del crimen organizado para mover la droga, ante la circunstancia de inmovilidad provocada por la pandemia.
El 6 de junio, por ejemplo, fue interceptado en el aeropuerto de Culiacán, un paquete con destino a Oakland, California, que contenía una computadora para automóvil con alrededor de 100 gramos de polvo de fentanilo. En la misma terminal aérea, el 2 de junio, dos mujeres transportaban 3 mil pastillas de fentanilo entre sus ropas. El 27 de mayo, el chofer de un tráiler intentó meter un kilo de metanfetamina (cristal) por el puente Juárez-Lincoln de Nuevo Laredo, Tamaulipas, a Laredo, Texas.
Ricardo Márquez Blas, ex titular de la Unidad de Información para la Seguridad Pública en la SSP durante el sexenio pasado, dijo a Milenio, que “la dinámica de ambas drogas ha estado cambiando".
"Tradicionalmente el fentanilo llegaba a Estados Unidos directamente desde China, a través de servicios de mensajería. Pero otra manera indirecta, era a través de México. Cada vez es más la cantidad de fentanilo que llega a los puertos mexicanos, particularmente Lázaro Cárdenas, Michoacán, o Manzanillo, Colima (controlados por el cártel Jalisco Nueva Generación).
"De ahí emprende el camino al mercado estadunidense y como el fentanilo es una droga muy, pero muy potente, no ocupa los volúmenes que necesitan la mariguana o la cocaína. Unos cuántos gramos de fentanilo se cotizan muy alto. Pequeñas dosis pueden desagregarse en un sinnúmero de pastillas, porque su contenido es muy potente. Lo mismo sucede con el cristal".
Además, señala el experto, “los grandes cárteles -el CJNG y el de Sinaloa- ya están combinando la importación de fentanilo terminado, con la importación de los precursores del fentanilo para manufacturarlo aquí, y también para manufacturar las pequeñas dosis en formato de pequeñas pastillas, para su exportación a Estados Unidos”.
“Y es lo que vamos a ver cada vez más: el aseguramiento y decomiso de estas drogas, que tienen como destino el mercado norteamericano. El consumo se ha caído relativamente por el tema de la pandemia y también por el cierre de las fronteras. Pero el cierre de las fronteras tiene un impacto relativo sobre estas drogas, particularmente sobre el fentanilo, porque no ocupan mucho espacio; con pequeñas dosis hacen un gran negocio los narcotraficantes”.
Es el caso de Armando “G”, detenido el 22 de mayo en San Pedro de las Colonias, Coahuila, cuando manejaba un tractocamión, donde llevaba ocultas 6 mil tabletas de fentanilo. Dicho así, suena escandaloso, en realidad eran 660 gramos. Casi el triple de la misma droga, 19 mil 437 pastillas, intentó pasar en su equipaje Ofelia “A”, detenida en el Aeropuerto Internacional de Culiacán, el 5 de junio. Poco más de kilo y medio de fentanilo, que ya en el mercado para el consumidor directo, puede significar varios miles de dólares.
Respecto al cristal, los reportes hablan de mayores volúmenes, pero todos susceptibles de llevarse en un vehículo particular, en un camión de pasajeros o en automotores de carga. Como Sandra “C”, detenida mientras circulaba por la carretera Mazatlán-Culiacán, en Sinaloa.
Tras una revisión, se descubrieron 3 kilos y medio de cristal. Más osados resultaron dos hombres que trataron de pasar un cargamento de la droga a Estados Unidos, desde Tamaulipas.
El primero, de 44 años, viajaba el 15 de mayo en un autobús de pasajeros; al llegar al Puente Juárez-Lincoln que conecta a Nuevo Laredo con Laredo, Texas, tras una revisión hallaron en su equipaje 57.6 kilogramos de metanfetamina. El segundo, un hombre de 67 años, quiso cruzar el Puente Internacional Veteranos, de Matamoros a Brownsville, con 66.4 kilos de cristal en su vieja camioneta.