De 16 asesinatos de candidatos o precandidatos a una presidencia municipal en el país que se registraron durante el proceso electoral, en 12 casos el partido o coalición al que pertenecían la víctima perdió la elección, mientras que en sólo cuatro casos la organización política pudo imponerse a sus contrarios.
Por ejemplo, en El Mante, Tamaulipas, Noé Ramos Ferretiz, candidato del PAN y quien buscaba su reelección, fue asesinado a cuchilladas a mediados de abril. Su esposa, Sheyla Palacios, accedió a asumir la candidatura.
Sin embargo, con un 88% de las actas computadas, Martha Patricia Chio de la Garza, de los partidos Morena, PT y PVEM, aventajaba con el 53% de los votos.
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En Coyuca de Benítez, Guerrero, a finales de mayo fue asesinado a tiros durante su cierre de campaña el candidato del PRI, PAN y PRD, José Alfredo Cabrera. Su esposa, Wendolín Solís, asumió la candidatura, pero ya con el 92% de las actas computadas, la victoria luce asegurada para el candidato de Morena, Víctor Hugo Catalán, con 47% de los votos.
David Rey, del PRI, quien aspiraba a la candidatura por la alcaldía de Suchiate, Chiapas, fue asesinado a tiros cuando circulaba en su motocicleta cerca de la frontera con Guatemala. Su partido perdió ante Redes Sociales Progresistas.
Y en La Concordia, Chiapas, a mediados de mayo fue asesinada la candidata del Partido Popular Chiapaneco a la presidencia municipal, Lucero López, durante una masacre en la que también murieron otras cinco personas, entre ellas, su hermana.
Con el 84% de las actas computadas en el PREP, su suplente, Maite Monserrat López, se encuentra en segundo lugar, con sólo 1.5 puntos porcentuales de diferencia con el candidato de Redes Sociales Progresistas, Emmanuel Córdova.
En Colima, Sergio Hueso, aspirante de Movimiento Ciudadano a la presidencia municipal de Armería, fue asesinado a tiros dentro de su auto. El partido perdió ante la coalición de Morena, PT y PVEM.
En Maravatío, Michoacán, el crimen organizado asesinó a dos candidatos. Miguel Ángel Reyes, aspirante de Morena a la presidencia municipal, y al candidato opositor del PAN, Armando Pérez. El PAN ya no postuló a ninguna persona y perdió, mientras que el partido morenista logró imponerse al resto de los partidos.
En Atoyac, Guerrero, Alfredo González, candidato del PT a la presidencia municipal, fue asesinado a tiros dentro de su auto. El partido opositor en esa localidad, Morena, se llevó la candidatura.
En Chilapa de Álvarez, Guerrero, asesinaron al candidato de Morena, Tomás Morales, y la coalición del PRD con el PAN y PRI logró imponerse.
Mientras que en Atlixtac, Guerrero, el aspirante del PRD a la candidatura opositora, Marcelino Ruiz, también fue asesinado junto a su esposa, tras lo cual el PVEM se quedó con la presidencia municipal.
En San Juan Cancuc, Chiapas, el PRI logró obtener la presidencia municipal a pesar del asesinato de su precandidato, Diego Pérez, en un atentado en el que también resultó herida su familia.
En Pihuamo, Jalisco, Morena obtuvo la victoria ante el asesinato del priista Humberto Amezcua, abatido a tiros sobre una calle, y quien buscaba la reelección con la coalición opositora con el PRD y el PAN.
En Acatzingo, Puebla, Morena logró la victoria a pesar del asesinato de su candidato, Jaime González, asesinado a tiros en un negocio de su propiedad.
En Celaya, Guanajuato, Morena logró imponerse con un 45% a pesar del asesinato a tiros de su candidata, Gisela Gaytán, durante un evento político.
En Cuautla, Morelos, el asesinato del candidato suplente de la presidencia municipal también oscureció la victoria de la alianza entre Morena, Nueva Alianza y Encuentro Social.
Y en Mascota, Jalisco, Morena ha logrado la victoria en medio del asesinado del precandidato del Partido Verde, Jaime Vera, abatido a tiros en Zapopan.
RM