El 19 de octubre del 2008 el ex agente de la Policía Federal, Francisco Cañedo Zavaleta, iba en su auto buscando unos tacos en una carretera libre a Cuernavaca cuando vio unas camionetas detenidas en sentido contrario.
Parados afuera de la camioneta se hallaban Genaro García Luna, Arturo Beltrán Leyva, El Barbas, y Edgar Valdez Villarreal, La Barbie, quien tenía un arma larga. Bajando la velocidad, el agente, quien ese día se hallaba descansando, miró a los personajes y luego aceleró su auto al ver que las camionetas daban vuelta y lo seguían.
En la entrada del fraccionamiento Los Limoneros, detuvo su auto, se bajó y abrió el cajuela del motor simulando estar revisando algo. Ahí de nueva cuenta vio cómo las camionetas volvieron a pasar a su lado: En la Primera iba Beltrán Leyva como copiloto y La Barbie en el asiento detrás. En la segunda como copiloto iba Genaro García Luna.
Entregaron escrito a Layda Sansores
–Como se me quedaron viendo yo me asusté y me fui temblando.
–¿Le dijo a alguien lo que vio?- quiso saber la fiscal Saritha Komatiredy, quien lo interrogaba.
–Sí, primero a mi compañero Óscar Granados Salero y luego presentamos un escrito al Congreso de la Unión en México. Personalmente hablé y le di la carta a Layda Sansores– aseguró el testigo.
Sansores, en ese momento diputada plurinominal por Convergencia, le recomendó a Cañedo Zavaleta que le hablaran a alguien de la revista Proceso para que se publicara el escrito, cosa que al parecer hicieron.
Cañedo Zavaleta dijo que luego de haber presenciado y denunciado esos hechos, dentro de la corporación lo quisieron involucrar en diferentes delitos como narcotráfico, evasión de reos con grado en tentativa entre otros delitos, todos graves por los cuales pasó un tiempo en el Penal de Puente Grande en Jalisco hasta que fue absuelto de todos ellos.
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Este ex agente de la policía, quien renunció apenas en noviembre del 2022, dijo que entregó al investigador Enrique Santos una copia de la carta presentada 15 años antes al Congreso para ser tomada como prueba en el caso que involucra al ex Secretario de Seguridad Pública.
Explicó que al entregar la carta al Congreso, lo quiso hacer de manera anónima y que consiguió que su compañero Óscar Granados Salero la firmara también, aunque Francisco Cañedo Zavaleta consintió que se agregaran sus datos personales.
–¿Por qué quiso que su carta fuera anónima?- le cuestionó la fiscal.
–¡Objeción!– gritó desde la silla de la defensa el litigante Cesar de Castro.
El juez Cogan concedió poniendo fin así a la jornada de hoy. Se espera que el lunes muy temprano los defensores de García Luna apliquen el contrainterrogatorio a este nuevo testigo.
Previamente, el policía federal Francisco Cañedo relató una vez que vio a García Luna y a sus dos secretarias salir de sus oficinas y que los tres se les quedaron viendo muy raro. “Y es que García Luna y yo nos parecíamos mucho”, aceptó.
Asentó que a partir de entonces, sus compañeros comenzaron a llamarlo “Genarito”.
DMZ