El policía municipal José Ángel de la Fuente Méndez, quien por un año tuvo alojada una bala que recibió al frustrar un asalto, está en busca de ayuda legal para que la Comisión Estatal de Derechos Humanos no le de “carpetazo” a la queja que interpuso ante ese organismo, por la falta de atención médica de la autoridad municipal, quien lo mantuvo trabajando por un año a pesar de tener el proyectil en su cuerpo.
La urgencia de contar con el acompañamiento legal se ha dado porque la Comisión de Derechos Humanos (CDH) del estado de Puebla le dio tres días para que haga lo procedente respecto a la contestación que dio la síndico municipal respecto a su estado de salud.
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“Recibí el llamado vía telefónica de personal de esa Comisión la mañana del miércoles y a partir de entonces tengo tres días hábiles que se cumplen este viernes”.
José Ángel consideró como injusta la versión que dio la Síndico municipal Paulina Enecoiz, quien informó que el estado de salud del policía estaba al 100%, cosa que no es verídica de acuerdo al afectado, pues afirma que cuenta con documentos que demuestran la herida que presentó le lesionó una costilla quedándose en su interior por un año, porque no recibía la orden del responsable del área para que se le hiciera la cirugía que necesitaba.
De acuerdo al uniformado, los hechos pasaron cuando frustró un asalto, donde un delincuente le disparó en cinco ocasiones, pero solo una bala le dio y quedó en su cuerpo. Asimismo, expuso que dio a conocer su caso ante el presidente municipal Pedro Tepole, quien no le resolvió.
Ángel estuvo presionando a las autoridades por varios meses sin tener respuesta, porque argumentaban que no había un cirujano que hiciera el tipo de operación que necesitaba, así que siguió laborando con el proyectil en su cuerpo, pero cuando las molestias aumentaron acudió ante la dirección del hospital municipal para exigir que lo atendieran.
“Les dije: me atienden porque no puedo seguir así y si ustedes no tienen dinero para pagar, yo pago, pero si les advierto, voy a poner una denuncia”, refirió.
Fue entonces cuando lo programaron para que le hicieran la cirugía, pero tras el procedimiento reportó secuelas, por lo que a diario toma un medicamento por el dolor; regularmente la medicina que le prescribió el médico tiene que comprarla y al mes el ayuntamiento cubre el importe.
Lamentó que las autoridades municipales no se preocupen por la salud de los policías que exponen su vida por la seguridad en el municipio, aunque consideró que su caso se atendió más rápido porque su compañero Ignacio, conocido en la corporación como “el petróleo”, "también tuvo que ser atendido por haber recibido un impacto de arma de fuego, 15 años después, esta persona falleció por cáncer."
En la policía municipal hay por lo menos 25 casos más que reportaron falta de atención médica o indemnizaciones por el deceso de elementos o casos que corresponden a policías que por salud o agresiones que sufrieron en servicio, no los han pensionado.
CHM