Héctor Beltrán Leyva era líder de un cártel, pero se hacía pasar como empresario. Antes de su detención en 2014, también era uno de los hombres más buscados en México y Estados Unidos, pero para no llamar la atención dejó los lujos a un lado.
Hoy, El H, líder del cártel de los Beltrán Leyva, murió a sus 56 años tras sufrir un paro cardiaco en el Centro Médico López Mateos de Toluca, Estado de México.
El H había quedado al frente del cártel tras la muerte de su hermano Arturo, durante un enfrentamiento con marinos en Cuernavaca, Morelos, en 2009.
Su hermano Alfredo fue el primero de los líderes de la organización en ser arrestado el 20 de enero de 2008. Arturo asumió el liderazgo, pero murió en un enfrentamiento con la Marina en diciembre de 2009. Mientras Carlos, otro de los hermanos, fue capturado en Sinaloa en 2010.
Héctor nació el 15 de febrero de 1965 en Badiraguato, Sinaloa. También le apodaban El Ingeniero y El Comandante.
El H vivía en Querétaro y se manejaba con un bajo perfil, haciéndose pasar como un empresario “acomodado” dedicado a la venta de bienes inmuebles y obras de arte.
El cártel bajo el mando de Héctor, considerado uno de los más violentos, tenía como principal actividad el trasiego de cocaína desde Centro y Sudamérica, hasta los Estados Unidos y Europa; aunque se tienen datos de que una posible alianza con otros grupos lo habría llevado a la producción y comercio de drogas sintéticas.
“Este importante líder criminal continuó sus actividades a través de una red de operadores que hicieron alianzas con otros grupos (como Los Zetas y el cártel de Juárez) para continuar con labores de trasiego de estupefacientes a lo largo del país”, señaló en 2014 el entonces director de la Agencia de Investigación Criminal, Tomás Zerón de Lucio.
Los reportes de inteligencia militar permitieron ubicar su domicilio en el estado de Querétaro, donde mantenía las operaciones alejadas de su residencia, para no alterar su modo de vida, discreto y de bajo perfil, evitando llamar la atención de vecinos y amistades, o de las autoridades locales.
“Dejó a un lado los vehículos de gran lujo, optando por una identidad, que le permitía pasar por un empresario acomodado, dedicado al comercio de bienes inmuebles y obras de arte, justificando así su nivel de vida”, declaró el titular de la AIC.
Héctor está relacionado con al menos 29 averiguaciones previas, tanto del fuero común como del orden federal, contando con tres órdenes de aprehensión solicitadas por la PGR a jueces federales.
Estados Unidos ofrecía una recompensa de cinco millones de dólares por su arresto; en nuestro país, la PGR ofrecía hasta 30 millones de pesos, por datos que llevaran a su captura.
Zerón aseguró que con la captura de El H, la organización perdió influencia en una decena de entidades del país, donde, además de sus actividades delictivas, operaba ya un amplia red de corrupción y lavado de dinero.
Después de la fuga de Joaquín El Chapo Guzmán del penal de máxima seguridad de Puente Grande, Jalisco, el 19 de enero de 2001, los hermanos Beltrán Leyva y el líder del cártel de Juárez, Vicente Carrillo Fuentes, se reunieron para reestructurar el tráfico de drogas en el país, y se hicieron llamar La Federación.
Sin embargo, en 2008 la alianza llegó a su fin tras la detención de Alfredo Beltrán Leyva, El Mochomo, quien fue traicionado por El Chapo Guzmán, iniciando una guerra entre ellos.
Arturo Beltrán, identificado como uno de los narcos más violentos, formó alianzas con Los Zetas para expulsar al cártel de Sinaloa de otros estados, hasta que fue abatido por la Marina.
Tras su muerte, El H asumió el control, pero comenzó a perseguir a sus principales operadores, como Edgar Valdez Villarreal, La Barbie, a quienes culpó entregar a El Barbas a la Marina; los ex operadores fundadores sus propias organizaciones, las cuales han ido escindiéndose por la caída de sus principales líderes.
El 1 de octubre de 2014, la PGR y la Secretaría de la Defensa Nacional capturaron a El H en San Miguel Allende, Guanajuato.
jbh