Rafael Caro Quintero es el último de los emblemáticos capos mexicanos de la droga, de aquella generación ochentera con la que empezó la historia del narcotráfico en México.
“En San José, Costa Rica, lo tomaron prisionero. Ya se extendió la noticia por todito el mundo entero”, dice uno de los corridos que se compusieron inspirados en su primera aprehensión, en 1985.
En torno a su figura no solamente se elaboraron canciones, sino que también se construyó una leyenda que quizás lo acompañe por varios años, por la fortuna amasada como resultado de sus negocios en el tráfico de drogas, pero que, en una entrevista con un periodista con quien compartió prisión en Puente Grande, el capo desmontó:
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Caro Quintero y su época de oro
Se dice que en la década de los 80, en el sexenio del presidente Miguel de la Madrid, cuando el país vivía en crisis económica, el llamado “Narco de Narcos” ofreció pagar la deuda externa que tenía México, que se estimaba en unos 80 mil millones de dólares de entonces, a cambio de que se le permitiera seguir dedicándose al narcotráfico sin obstáculos.
Pero a decir del periodista Jesús Lemus, que entrevistó a Caro en el penal y publicó esa charla en el libro Los Malditos: crónica negra desde Puente Grande, el narcotraficante se carcajeó cuando se le citó esa supuesta oferta.
“Esos son inventos de la gente, eso salió de una plática que sostuve, ya estando detenido, con un agente del Ministerio Público, que me preguntaba por mis propiedades y yo por salir del paso le dije que tenía hasta para pagar la deuda externa”, le dijo Caro Quintero a Lemus.
Remanente final del grupo de pioneros, completado por Miguel Ángel Félix Gallardo y Ernesto Fonseca Carrillo, que a finales de los años 70 fundaron el poderoso Cártel de Guadalajara, Caro Quintero es un hombre con 74 años de edad que, si alguna vez celebró haber librado la cárcel, fue en 2013 cuando fue liberado.
Ahora su destino estará escrito en las cortes de Estados Unidos, país que permanentemente lo reclamaba, a donde fue trasladado el jueves 27 de febrero, luego de que en 2022 fue reaprehendido en la sierra sinaloense.
Asesinato de Kiki Camarena
Sobre él pesa la histórica acusación de ser el responsable del asesinato del estadunidense Enrique Kiki Camarena, el agente de la Administración para el Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés), que logró infiltrarse en las filas del cártel y que, al ser descubierto, fue secuestrado por Félix Gallardo y ultimado en 1985.
Cabe mencionar que el cuerpo de Camarena fue encontrado el 5 de marzo de 1985, hace exactamente 40 años. Su muerte es un caso pendiente al que Estados Unidos nunca ha dado carpetazo.
Caro nació, como Gallardo, Fonseca y Joaquín El Chapo Guzmán, en la serranía de Badiraguato, Sinaloa, el 24 de octubre de 1952. Su biografía es conocida y perfila el arquetipo del narcotraficante mexicano: era agricultor y ganadero, no llegó a estudiar la secundaria y desde los 13 años, cuando murió su padre, fue el sustento de su familia.
El descubrimiento del rancho El Búfalo en 1984, propiedad de Caro, ubicado entre los municipios chihuahuenses de Jiménez y Camargo, en donde 450 soldados del Ejército mexicano descubrieron y destruyeron 8 mil toneladas de mariguana, fue lo que detonó el declive del Cártel de Guadalajara.
Después del ataque al rancho y las pérdidas que eso les ocasionó, el cártel ordenó el secuestro y asesinato de Kiki Camarena y provocó la huida de Caro Quintero hacia Centroamérica, acompañado de su pareja, Sara Cosío, hija del ex secretario de Educación de Jalisco, César Cosío, y sobrina de quien años después sería gobernador de Jalisco, Guillermo Cosío.
Una llamada telefónica de Sara, interceptada por la DEA, permitió dar con su paradero para ser aprehendido y llevado a Estados Unidos, pero fue extraditado a México, donde fue sentenciado en 1989 por los delitos de secuestro, homicidio calificado, siembra, cultivo, cosecha, transporte y tráfico de mariguana, suministro de cocaína y asociación delictuosa, a 40 años de prisión.
¿Por qué lo liberaron en 2013?
Caro sólo cumplió 28 años de esa pena y fue liberado el 9 de agosto del 2013 con el argumento de que "no debió ser enjuiciado en el fuero federal por el asesinato del agente de la DEA".
En 2022, en un operativo de la Marina, Caro Quintero, quien ya lideraba nuevamente un cártel, el de Caborca, fue reaprehendido en Choix, Sinaloa, y trasladado al penal del Altiplano, en Almoloya de Juárez.
Buscado y esperado por el gobierno estadunidense por la muerte de Kiki Camarena, el jueves 27 de febrero, el gobierno de Claudia Sheinbaum, entregó a Caro Quintero junto con una veintena más de capos modernos del narcotráfico, en un contexto en el que el presidente estadunidense Donald Trump reclama acciones concretas de México contra el tráfico de drogas, en especial el fentanilo, hacia su país.
El sinaloense responderá en el país del norte por la deuda pendiente del asesinato del agente de la DEA, pero también enfrentará al menos tres causas judiciales abiertas en Texas, Arizona y Nueva York por narcotráfico.
Aunque no se sabe en dónde será encarcelado, una opción es la prisión de máxima seguridad de ADX Florence, en Colorado, en donde su hermano, Miguel Ángel Caro Quintero, purgó una sentencia de 17 años, que se cumplió en 2019.
RM