Ha ocurrido en Inglaterra y en los Estados Unidos, es más (si me deja, más cerca), en Monterrey, nunca en La Laguna a pesar de todos los crímenes que ocurrieron en los años en los que la violencia azotó esta región.
Ayer un niño de entre 11 y 12 años se suicidó después de matar a una docente y lesionar a seis personas más del Colegio Cervantes de Torreón. Hay muchas preguntas que nos hacemos que (probablemente) nunca van a tener respuesta, la primera y más importante ¿De dónde sacó el niño las armas para cometer tal crimen? Dialogué con Ricardo Bucio, el Secretario Ejecutivo del Sistema Nacional de Protección Integral a Niños, Niñas y Adolescentes, una dependencia del gobierno federal.
Secretario. Sabemos perfecto que la tragedia que ocurrió en el Colegio Cervantes de Torreón no es responsabilidad del gobierno, es un tema familiar, social, de una comunidad que cada vez va perdiendo adeptos en la composición de una estructura comunitaria... Qué nos puede comentar al respecto.
"Es un tema multifactorial y de corresponsabilidad, desde el gobierno municipal hasta el gobierno federal. Hemos dejado de hacer muchas cosas, exponiendo a los muchachos a distintas formas de violencia y este es el resultado".
Secretario me asusta un poco el hecho de que el gobierno se esté auto recriminando los hechos y no están señalando lo que hemos omitido en las familias, es decir, ponemos al gobierno a instalar detectores de metales o inspecciones en las mochilas, cuando lo que debemos inspeccionar es la mente de los nuestros.
"Coincido en que el tema no es la mochila, es la violencia social que ha crecido en nuestros niños; este niño tenía 11 años creció justamente en la época en la que México ha tenido una enorme exposición a la violencia, está en el entorno, en la cultura, está en la incapacidad que tenemos para responder a las necesidades de atención, de comprensión, de acompañamiento de los niños, las niñas y los adolescentes".
Un asunto que sí le atañe al gobierno federal es la reducción de los presupuestos a los programas sociales como el Seguro Popular, Prospera y demás, sabemos que lo acontecido en Torreón no es una asunto de clases sociales, sin embargo, el modelo podría replicarse en personas de escasos recursos que se sienten afectadas por la situación que atraviesa el país.
"Toda forma de pobreza y de carencias puede llevar a una influencia negativa, ahora que menciona Prospera (el programa social) es necesario recordar que cuando leemos los datos de la pobreza multidimensional que recabó el Coneval en 2018, nos percatamos de que el grupo que menos recursos recibió fue el de niños de cero a cinco años y el segundo de seis a 11, eso es indicativo de que el acceso a estos datos miden solamente seguridad, salud, vivienda y alimentación y penosamente nos percatamos de que estamos dejando de ver a este conjunto poblacional, que en la ley es el más prioritario y en el que tenemos mayor inversión pública".
Pasó en Monterrey, ahora en Torreón qué líneas de acción van a implementar para evitar otro hecho como el hoy registrado.
"Dimos cuenta de seis acciones, la primera de ellas es un proyecto que implementamos hace apenas algunos meses para modificar que el ojo no se centre en la mochila sino en la seguridad escolar en un sentido amplio, que va desde la Protección Civil hasta las habilidades socioemocionales y atención de los niños, el segundo punto es combatir en niveles de media superior como el Conalep o el Politécnico Nacional y así con planteles de la misma naturaleza para hacer programas específicos para cada uno de ellos (que representan entre tres y cuatro millones de adolescentes). Nos hemos percatado que prácticamente ningún órgano gubernamental atiende padecimientos mentales, ni presupuesto que los respalde".
En otros países ha ocurrido, en México (salvo algunas excepciones), nunca había pasado que un adolescente atentara contra sus compañeros escolares, Secretario, de dónde sacó el arma, es decir en Estados Unidos (por ejemplo) es fácil conseguir un pistola por las leyes que los rigen, pero ¿en México?
"Ambas de uso restringido por el Ejército, no sabemos, eso es algo que ya se está investigando y que nos ayudará a esclarecer esa situación, pero es posible presumir que haya habido un ingreso de este armamento ilegal a este país desde hace muchos años de Estados Unidos para que exista un arsenal de esta magnitud distribuido, no solamente en el crimen organizado, sino que se haya expandido entre la sociedad".
Le insisto secretario, me asusta un poco el tema de los datos duros que nos ofrece, que son perfectamente claros desde su trinchera, pero me gustaría conocer la opinión más humana y real de la situación, qué estamos haciendo mal los padres de familia para que ocurran situaciones como las de este viernes por la mañana.
Una en particular, que tiene qué ver con todas las personas de este país, es el hecho de normalizar el castigo corporal, a qué me refiero con esto, en México tenemos una defensa cultural acerca de que a los niños, para disciplinarlos, para que no caigan en situaciones de delincuencia o estar en el camino del bien hay que usar el castigo corporal: “la nalgada”, hay que utilizar el latigazo, el trato humillante, así se les llama a los gritos, a los insultos o al maltrato sicológico, entonces el mensaje es totalmente contradictorio, les decimos el amor requiere de la violencia, eso es lo que les estamos diciendo permanente a los niños y lo tenemos muy normalizado. Escucho a los adultos, cuando hablamos del tema decir: Es que a mí no me pasó nada, es que somos personas de bien porque mi mamá nos daba un chanclazo y yo creo que el primer efecto negativo de esta conducta es normalizarla.
Secretario ¿Usted en su infancia jamás vivió algún tipo de reprimenda por una travesura o algún hecho no correcto para su familia?
"De mi mamá jamás y yo creo que mi papá me dio algunos coscorrones".
A mí, secretario cuando cometía alguna travesura (recuerdo), me pusieron como “chancla vieja” ¿Sabe?
"Pero esas acciones en realidad no corrigen, pueden inhibir una conducta inadecuada pero no rigen la relación mental de la violencia".
Sin embargo estos hechos no ocurrían hace 20 o 30 años, Secretario.
"Son contextos distintos, hoy un niño no solamente tiene relación con esa clase de violencia, hoy un niño tiene interacción con noticias a través de las redes sociales, en cuanto un niño pone un pie en la calle puede sufrir maltratos y vejaciones, tenemos dos mil 200 asesinatos de niños entre enero y noviembre del año pasado, tenemos la presencia del crimen organizado y del crimen común y tenemos violencia explícita simplemente en internet. Mi mamá quedó huérfana en 1940 y cuenta que ella y sus hermanos todas las noches debían leer el Manual de Carreño como un mecanismo de socialización, hoy los niños simplemente socializan con el lenguaje de las redes".
Me queda claro que un menor de 11 o 12 años no tiene el raciocinio para cometer un crimen de esta magnitud ¿A quién responsabilizamos del acto?
"Hay una corresponsabilidad, ciertamente el ámbito familiar tiene una injerencia. El arma salió de algún lugar. Niños y niñas tienen tutores legales, pero son los cuidadores primarios y son los adultos que son referencia de cualquier menor de esa edad que estamos obligados a saber qué les está pasando en la vida, tenemos que estar atentos a las señales".
ledz