Quiénes son los santos no reconocidos por la iglesia católica que veneran los ‘narcos’

A lo largo de los años, múltiples personalidades que incursionaron en la delincuencia organizada han depositado su fe en cultos que surgieron a partir de leyendas o en combinación con el mismo catolicismo.

Los santos no reconocidos por la iglesia católica que veneran los ‘narcos’
Anel Tello
Ciudad de México /

Lejos de los estereotipos que durante décadas se han construido sobre lo que implica pertenecer a algún grupo de la delincuencia organizada, vivir entre balas y violencia le ha dejado a sus integrantes un único consuelo: su fe.

Hasta 2020, de acuerdo con datos del último Censo de Población y Vivienda realizado por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), poco más del 70% del total de las personas encuestadas dijeron ser católicas, una cifra que refleja la importancia que ha tenido la religión para las y los mexicanos.

Para aquellos que han elegido vivir fuera del margen de la ley sus creencias se han convertido en un importante consuelo para resarcir el daño que sus actividades delictivas dejan a su paso, además de que también encomiendan el éxito de sus negocios y su propia protección a distintas figuras divinas.

Si bien algunos santos como San Judas Tadeo o la Virgen de Guadalupe se han convertido en algunos de los más populares tanto en la sociedad en general como entre los miembros de organizaciones delictivas, con el paso de los años también se han consolidado en México cultos que, aunque no son reconocidos por la iglesia católica, sí han acumulado una importante cantidad de feligreses.

La Santa Muerte: ‘virgen’ de los olvidados

Desde la época prehispánicala muerte se ha consolidado como uno de los símbolos más fuertes para la cultura mexicana, sin embargo, esta figura también ha sido resignificada con el paso de los años, sobre todo a partir del siglo XX.

Según lo expuesto en el libro La Santa Muerte: Protectora de los hombres editado por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), el culto se creó a partir del símbolo, el cual actualmente es representado por un esqueleto humano, comúnmente vestido con llamativos atuendos o una simple túnica que sostiene en sus manos una guadaña y, en ocasiones, una balanza o un mundo.

La Santa Muerte es representada con una túnica, una guadaña y en ocasiones una balanza o un mundo (Foto: Ricardo Maldonado)

El culto a la muerte también posee una jerarquía específica determinada por la feligresía en la que Dios es quien le manda.

"La muerte está a las órdenes del creador; sin embargo, tuvo el poder de matar a Su Hijo. Popularmente se le atribuye mayor rango que a Jesucristo, aun cuando es Hijo del Creador, con todo la Muerte debe rendirle pleitesía. Se le ubica en el mismo nivel que a los ángeles, no obstante, se ha llevado a la Virgen a los Santos Mártires y, por supuesto, a hombres y mujeres", se explica en el libro editado por el INAH.

Como pieza de veneración, la Santa Muerte es respetada al producir consuelo para el sufrimiento de los desprotegidos. Son múltiples las historias que se han gestado alrededor de ella al ser un símbolo sagrado que conecta con el plano celeste y se eleva por encima de factores externos como las crisis económicas, sociales o familiares.

A través de los años, hombres y mujeres de todas las edades y clases socioeconómicas llevan a cabo acciones de identidad personal, local o comunitaria a través de las cuales crean devociones que manifiestan en diferentes formas de rituales dentro de espacios como hogares, dormitorios, altares callejeros, transportes públicos, negocios u oficinas.

Por la naturaleza del símbolo de la muerte, la connotación de su culto se ha relacionado a personas cuya vida está en constante riesgo o que se encuentran en situaciones vulnerables, características que suelen coincidir con miembros de la delincuencia organizada.

Aunque no solo "delincuentes" se han convertido en creyentes de la también llamada Niña Blanca, su culto ha quedado evidenciado en distintos espacios en los que han tenido presencia como por ejemplo el Centro de Readaptación Social de Piedras Negras, Coahuila.

Una serie de dibujos describen la cárcel de Piedras Negras cuando Los Zetas la convirtieron en un autogobierno. Especial

La prisión ubicada a escasos kilómetros de la frontera con Estados Unidos fungió como un centro de control para Los Zetas, quienes instalaron un autogobierno y continuaban coordinando sus actividades delictivas desde su interior.

En diversos espacios de aquella prisión fueron localizados altares a la Santa Muerte, pinturas y múltiples objetos alusivos a la fe que los internos tenían en la controversial figura.

Otro ejemplo del culto quedó expuesto con Reynaldo Zambada García, hermano menor de uno de los fundadores del Cártel de Sinaloa: El Mayo.

Tras salir de prisión, El Rey concedió una entrevista exclusiva al productor Pepe Garza en la que abordó diversas aristas de su trayectoria delictiva y vida personal. Con lentes oscuros y un sombrero, el hermano menor de Ismael Zambada García dejó entrever que de su cuello colgaba una imagen de la Santa Muerte. El ex líder criminal se refirió a la figura como “su novia”, reafirmó su fe e, incluso, se refirió a ella como un gran consuelo que lo ayudó durante el tiempo que pasó en prisión.

Múltiples estereotipos se han creado alrededor del culto de la Santa Muerte y, pese a que es asociada con factores negativos de la sociedad y las mismas religiones, lo cierto es que la creencia ha crecido de forma acelerada en los últimos años, traspasando fronteras territoriales y estigmas.

Jesús 'El Rey' Zambada García llamaba a la Santa Muerte "su novia". (AFP)
Jesús Malverde: Bendito entre los bandidos

Cuando la Revolución Mexicana estalló en México, al norte del país comenzó a circular una peculiar leyenda que poco a poco cobró gran relevancia hasta convertirse en un culto. Se trató de la historia de un ladrón que, al pleno estilo de Robin Hood, asaltaba a los ricos para compartir el motín con campesinos pobres que padecían los estragos de la pobreza que dejó el régimen de Porfirio Díaz.

De acuerdo con el artículo Bendito tú entre todos los bandidos: el culto transfronterizo a Jesús Malverde, editado por el Colegio de México, aquel peculiar personaje comenzó a cobrar relevancia en el estado de Sinaloa y, mientras se convertía en un dolor de cabeza para las autoridades, también se ganaba el cariño de todos aquellos a quienes ayudaba.

La leyenda apunta a que en 1909 el gobernador Francisco Cañedo ofreció una jugosa recompensa para quien lograra capturar a Jesús Malverde. Su aprehensión se llevó a cabo un 3 de mayo y por sus crímenes fue condenado a muerte.

El también llamado Robin Hood mexicano murió ahorcado y su cuerpo quedó expuesto durante días ante el pueblo como advertencia de lo que le pasaría a quien buscara seguir sus pasos.

Pese la crudeza de la escena, se cuenta que un humilde campesino se acercó a pedirle que lo ayudara a recuperar su ganado y, a cambio, le daría una sepultura digna a su cuerpo. En cuestión de días, las vacas del hombre regresaron y él cumplió su promesa, por lo que dicho episodio es considerado como el primer gran milagro de Jesús Malverde.

De boca en boca, se comenzó a correr el rumor de que el Robin Hood mexicano continuaba ayudando a los más vulnerables más allá de la muerte, por lo que fue nombrado como “santo”. Pese a que la iglesia católica nunca lo ha reconocido como una figura oficial, en Culiacán se edificó una capilla en su honor a la cual centenares de creyentes acuden a expresar sus plegarias o a dar gracias.

Jesús Malverde tiene su capilla en Sinaloa | Archivo

El culto de Jesús Malverde ha sido también adoptado por miembros de la delincuencia organizada y uno de los casos más reconocidos fue precisamente el de Joaquín 'El Chapo' Guzmán.

Distintos medios de comunicación locales narraron un episodio en el que supuestamente, entre veladoras y múltiples objetos religiosos ubicados en la capilla de Jesús Malverde en Culiacán se encontró una nota que llevaba escrita el siguiente mensaje:

“Gracias, patrón. Humildemente hoy te pido sólo Juárez y Tijuana. Por lo demás, infinitas gracias. Firmado por: JGL, El Chapo”.

Aunque se desconoce la autenticidad de la nota que destacó entre las plegarias de los feligreses, el culto a Jesús Malverde se le volvió a atribuir a 'El Chapo' Guzmán luego de que en una de las audiencias del juicio que enfrentó en Estados Unidos apareciera una diminuta figura del “santo” sobre un armario que se encontró en la entrada de la sala donde fue sentenciado a cadena perpetua.

Diversos reportes periodísticos sostuvieron que nadie supo cómo fue que la peculiar estatuilla de no más de seis centímetros llegó hasta ese sitio, no obstante, el episodio generó gran controversia entre la opinión pública propiciando así que, una vez más, Jesús Malverde sea también conocido como “El Santo de los Narcotraficantes”.

Si bien la devoción que miembros de la delincuencia organizada han demostrado tener a santos -reconocidos y no por la iglesia católica- ha generado una gran estigmatización alrededor de los cultos, cada vez con más frecuencia varias divinidades acumulan feligreses en los que depositan no solo los penares que más los aquejan sino también su gratitud y esperanza.

ATJ



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