Alrededor de 150 integrantes del Cártel de Sinaloa bloquearon la caseta de cobro Costa Rica y usaron a civiles como rehenes para secuestrar a un elemento de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) que participaba en la custodia de pipas con combustible para negociar la liberación de Ovidio Guzmán por el operativo en Culiacán.
"Usaron civiles para que no les abrieran fuego y se pudieran acercar y les explican que sólo quieren detenerlos para un intercambio", dijo en conferencia matutina del presidente Andrés Manuel López Obrador.
El 17 de octubre, una de las retenciones a personal militar por parte de presuntos delincuentes para lograr la liberación del hijo de Joaquín El Chapo Guzmán fue en la caseta de cobro Costa Rica, en donde detuvieron 21 carrotanques que eran custodiados por 24 elementos de tropa y dos oficiales con cuatro camionetas Cheyenne como parte del operativo para evitar el desabasto de combustible.
De acuerdo con el titular de la Sedena, Luis Cresencio Sandoval, se trataba de 150 criminales en 30 vehículos que usaron civiles como rehenes para que los militares no repelieran la agresión.
En este retén, secuestraron al oficial y a cuatro elementos más de tropa, se llevaron una camioneta Cheyenne, además de que les quitaron 11 armas y una estación de radio.
Aunque los elementos fueron liberados y las armas y el vehículo devueltos, la estación de radio quedó en manos del dependiente y la Sedena lo reporta como "pendiente de recuperar".
El general Sandoval explicó que la fotografía que circuló en redes sociales, en la que aparece un hombre vestido de militar y con los ojos vendados, y que algunos medios confundieron con Ovidio Guzmán, es el elemento que fue secuestrado.
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Indicó que incluso en la fotografía se ve que el uniforme tiene el distintivo de Plan DN-III, para evitar el desabasto de gasolinas ante el Plan Nacional contra el Robo de Combustible.
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