Internos en reclusorio Norte 'viven' Viacrucis de Jesús

Los reos escenificaron la pasión y muerte de Jesús, con quien se identificaron y consideraron que participar en la representación es parte de un cambio y liberación personal.

Edgar Jonathan Jiménez Ortiz personificó a Jesús; está sentenciado a 7 años por robo agravado. (Héctor Tellez)
Claudio Mújica purga una pena de 20 años de prisión y personificó a Satán. (Héctor Tellez)
Un interno interpreta a Judas en el reclusorio Norte. (Héctor Tellez)
Los internos que representaron la Pasión de Cristo se enfrentaron un público difícil. (Héctor Tellez)
Una de las tres caídas de Jesús en el reclusorio Norte. (Héctor Tellez)
Jesús es crucificado en el reclusorio Norte. (Héctor Tellez)
Ignacio Alzaga
Ciudad de México /

Jesús de Nazaret juró, desde el reclusorio, que no volverá a robar. Satanás agradeció a Dios que le "abriera las puertas del infierno", porque su vida ha cambiado desde el momento en que lo encarcelaron. Y el centurión romano azotó, sin misericordia, a El Mesías, descargando la impotencia acumulada luego de ser acusado de un homicidio que, aseguró, no cometió.

Son las promesas y testimonios terrenales de personas privadas de la libertad que se identificaron con Jesucristo, su sufrimiento y la estigmatización que vivió hace más de 2 mil años. Escenificaron, junto con sus compañeros internos, la pasión y muerte de Jesús, en el Reclusorio Preventivo Norte.

En este Viacrucis cada interno lleva su propia cruz....como sus personajes. Jesús, Judas, Barrabás, el mismo demonio, hicieron votos para no volver a delinquir...purgar su condena y cambiar de forma de vida al salir de prisión. Pedro y el comandante romano confiaron en demostrar su inocencia.

Participar en esta representación, dijeron, es parte de un cambio y liberación personal.

Un interno interpreta a Judas en el reclusorio Norte. (Héctor Tellez)

A Judas lo dejaron solo, pero no por traidor; no lo visitó ningún familiar en esta puesta en escena en el auditorio Rosario Castellanos, porque se fueron a ver a su hermano, que tuvo un papel en la Pasión de Cristo en Iztapalapa.

Edgar Jonathan Jiménez Ortiz tiene 25 años. Fue sentenciado a siete años, cuatro meses de cárcel por robo agravado y personificó a Jesús; robó una cadena de oro y a dos meses de cumplir su condena, que le fue reducida, está arrepentido: “Ya no volveré a robar, ya no volveré a quitar nada a la sociedad, voy a ser parte de ellos”.

Lo capturaron en flagrancia. "Me agarraron, en diez minutos ocurrió la detención, sólo le pido a Dios que me quite malos pensamientos y que esto que hice, representarlo, es para que me ilumine y yo esté bien con la sociedad, ayudar a la gente que lo necesita y no quitarles nada".

Claudio Mújica purga una pena de 20 años de prisión y personificó a Satán. (Héctor Tellez)

Claudio Mújica recibió una pena de más de 20 años por un delito que prefirió no contar. Su papel fue Satán, vistió de negro, cara cadavérica; infundió temor, no fue necesario que usara traje rojo, cuernos y cola.

Comentó que todavía hay maldad en él, pero agradece que Dios lo haya puesto en prisión, porque así ha tratado de enmendar el camino. "Me tocó representar lo malo para sacar lo bueno; al diablo, a Satanás, creo que el Señor me abrió las puertas del infierno para no quedarme ahí dentro, sino para salir de ello, de este infierno que tengo internamente".

Una de las tres caídas de Jesús en el reclusorio Norte. (Héctor Tellez)

Robusto, de más de 1.80 metros de estatura, Juan Francisco Barrera de la Cruz, enfrenta una condena de 27 años por un asesinato que, aseguró, no haber cometido. “Me identifico con Jesús porque, al igual que yo, fue sentenciado injustamente”.

Le tocó abofetear dos veces con fuerza a Jesús, a quien no le quedó otra que poner la otra mejilla. "Por eso es la chingada impunidad, porque uno se deja", expresó un interno que veía la obra desde la butaca del auditorio. "¡Cállate cabrón, ten respeto, aunque te calientes!"

Jesús Vega Flores, interpretó a Pedro. Se le acusó de tentativa de homicidio, sin embargo, también manifestó que no es culpable y que con la ayuda de Dios, también de sus abogados, no pasará 15 años en la cárcel.

Hazael Ruiz, subsecretario del Sistema Penitenciario de Ciudad de México, explicó que cada año en Semana Santa, con el apoyo de la Comisión de Pastoral Penitenciaria de la Arquidiócesis Primada de México, se preparan las personas privadas de su libertad para este acto, que en muchos casos representa una ayuda espiritual y favorece su proceso de reinserción.

Jesús es crucificado en el reclusorio Norte. (Héctor Tellez)

Los internos que participaron en la puesta en escena de varios actos, en los que Jesús convive con sus 12 discípulos, fue traicionado por Judas, capturado y martirizado por romanos, exculpado y entregado por Poncio Pilatos, hasta su procesión y crucifixión se apegaron al libreto.

Pero aseguraron que no fue fácil, porque enfrentaron muchos sentimientos; en el auditorio tuvieron a un público rudo, la mayoría respetuoso, y algunos insolentes.

Cuando tocó el turno a Judas, gritaron: “ahí está la chiva, el borrego”, término utilizado para un delator.

En el momento en que Barrabás fue absuelto, pegó un salto del escenario y corrió sobre el pasillo gritando entusiasmado: “¡Soy libre, soy libre”! Un interno atajó: “Sí, pero nomás de aquí a la puerta wey!”.


VJCM

LAS MÁS VISTAS