El crujir de las botas sobre las ramas secas rompe el silencio del Bosque de Agua. Los militares avanzan entre la madera, atentos a cualquier indicio de actividad ilegal. De repente, el radio interrumpe la calma:
—Sí hay indicios de que hubo tala, continuamos con el reconocimiento, continuamos avanzando. Enterado, adopta un dispositivo de seguridad, retornamos a los vehículos para continuar con el movimiento a la siguiente área. Enterado. —Enterado por Alfa 1. —Pendientes.
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Triángulo de tala de árboles
Es el 80 Batallón de Infantería de la Ciudad de México, desplegado en un punto estratégico para combatir la tala ilegal en el Bosque de Agua, en los límites del Estado de México, Ciudad de México y Morelos, el triángulo de la tala ilegal y epicentro de un fenómeno delictivo que ha devastado este pulmón del Valle de México durante al menos dos décadas.
Las camionetas avanzan por el bosque, los soldados y guardias descienden para recorrer las brechas, perdiéndose entre las coníferas. El comandante del batallón, José Rafael Jiménez Bermúdez, explica:
—Visitamos un área donde tenemos información de que se lleva a cabo esta actividad y venimos a reconocer el lugar. Afortunadamente, encontramos resultados negativos, sin embargo, llevamos a cabo actividades de inhibición para que la ciudadanía se dé cuenta de que el Ejército mexicano y la Guardia Nacional están realizando actividades en contra de la tala clandestina.
La orden se da, se replica en los radios, y el avance de reconocimiento continúa en busca de talamontes. Avanzan lento los camuflados con ojos y oídos bien abiertos, pues muchas veces es el sonido de la sierra lo que les da la pauta para localizarlos.
El Bosque de Agua, ubicado en el Eje Neovolcánico Transversal, abarca cerca de 250 mil hectáreas y conecta 21 áreas naturales protegidas. Suministra agua a Cuernavaca, la Ciudad de México y Toluca, y se comparte entre 37 municipios y alcaldías en los estados de México, Morelos y la Ciudad de México.
La tala clandestina se ha convertido en un negocio altamente redituable. Los aserraderos ilegales localizados por autoridades federales y estatales en México, Morelos y Ciudad de México son prueba de ello.
Tan sólo entre 2023 y 2024 se llevaron a cabo 69 operativos, que permitieron desmantelar al menos 47 aserraderos ilegales y asegurar más de 2 mil metros cúbicos de productos forestales, de acuerdo con información del gobierno capitalino.
La ruta de la tala ilegal
Con un mercado que abarca desde la construcción hasta la ebanistería. Y el mercado es tan amplio, que hasta en redes sociales es posible comprar polines de pino, tablas de oyamel o cualquier producto de madera extraído de este bosque de coníferas.
En lo alto del cerro, se ubica un cruce estratégico, conecta los tres estados para el trasiego —de madera o cualquier otra mercancía—. Ahí, se encuentra la Base de Operaciones del Ejército mexicano y Guardia Nacional La Placa, remodelada en octubre pasado, que se convierte en uno de los puntos de revisión para quienes buscan pasar por este camino.
Y es que se tiene información que las personas que se dedican a la tala clandestina utilizan vehículos de 3.5 toneladas 4x4. Y esta es una ruta donde evacuan la madera que se tala de manera clandestina.
Desde este recóndito lugar, donde los uniformados viven con temperaturas que descienden hasta los 4°C, se muestran listos para enfrentar esta misión, por el tiempo que sea necesario. –A pesar del tipo de terreno y las condiciones climatológicas complicadas, el soldado mexicano y la Guardia Nacional siempre estarán ahí para brindar la paz y seguridad que requiere nuestra población, comenta el comandante.
RM