Vacante de guardia de seguridad y salario de $13 mil: así reclutaban en crematorio clandestino en Teuchitlán

“Jamás pensé hacer eso, pero no me quedó de otra más que aceptar, si no, me iban a matar”, señaló.

Sobreviviente de Rancho Izaguirre permaneció en el predio entre junio y septiembre. | Foto: Jorge González
Jalisco /

Un sobreviviente de este sitio reveló que en el rancho Izaguirre había un cuarto que le llamaban “la carnicería” donde se descuartizaba a los reclutas que no pasaban el adiestramiento para convertirse en sicarios de élite y después incineraban los restos.

“Jamás pensé hacer eso, pero no me quedó de otra más que aceptar, si no, me iban a matar”, señaló.

En entrevista con Alejandro Domínguez, explicó que las personas eran asesinadas por diferentes motivos como no obedecer o ser débiles y para no dejar rastro, los quemaban.

“Los llevábamos a un cuarto que le decían la carnicería, es un cuarto pequeño, está cama de cemento, ahí los subían y ahí los descomponían, o sea los cortaban... en piezas”, dijo.
Sobreviviente de Rancho Izaguirre en Jalisco. | Foto: Jorge González

—¿Los llegaron a incinerar porque se ha hablado de que ahí había hornos donde cremaban esos cuerpos? ¿Esto es real o lo llegó a ver?—

“Sí, claro que sí. Sí. Sí, yo estuve ahí. Por decir así, que los fileteaban, sí, para que se quemara más rápido el cuerpo”, agregó.

Explicó que había un sólo “horno” en el rancho en donde los reclutas sobrevivientes metían hasta cuatro cuerpos para incinerarlos y si se negaban a hacerlo los mataban también.

—¿Si se negaban qué pasaba?—

“Nos mataban... porque el lema ahí es de que si no hay cuerpo, no hay delito”, lamentó.

"Las prendas del rancho no son necesariamente de personas muertas"

El entrevistado contó que estuvo en el rancho Izaguirre alrededor de dos meses y medio. Cuando llegó, vio irse a unas 150 personas que ya habían aprobado y terminado el entrenamiento de sicarios de élite. 

Además, reveló que la ropa y los zapatos que se encuentran en ese lugar no son necesariamente de personas muertas porque al comenzar el entrenamiento tenían que comprar botas tácticas.

¿Cómo los reclutaron?

El sobreviviente contó que él entró junto con otras seis personas con la promesa de obtener un empleo como guardia de seguridad. 

Lo reclutaron en la terminal de autobuses de Tlaquepaque y se dio cuenta que algo andaba mal cuando vio a gente armada.

Explicó que mientras duró este entrenamiento, le pagaron 3 mil pesos semanales y al terminar lo mandaron a Zacatecas a trabajar como sicario en esa plaza, sitio de donde escapó porque quería volver a ver a su hijo.

“Ya estando ahí pues me tuve que escapar no había de otra. Sí con el miedo y más que nada porque quería volver a ver a mi hijo, está pequeño”, contó.

KL

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