En Valle de Chalco, los muertos estrenan terreno. El ayuntamiento local adquirió un espacio de casi una hectárea, que podría recibir entre dos mil 500 a tres mil difuntos, tanto para los que mueren por covid-19 como los que fallecen por otro tipo de causas.
Según el encargado del Panteón Municipal de ésta alcaldía, José Juan Rivera, con ello se enfrenta la crisis que se vivía desde hace dos meses. En 60 días recibieron para su sepultura 410 cuerpos.
“Antes de ésta contingencia, sepultábamos alrededor de 50 a 70 muertos en un mes y hoy se incrementó a más de 200. En días pasados, hice el conteo de una semana: sepultamos a 80 de lunes a domingo en estos días más duros por la contingencia”, calculó.
En este momento, la saturación del panteón, anunciada desde el 2015, está saldada. Pese a que en los últimos días, “volvió a subir la llegada de más difuntos”, señaló. José Juan Rivera está encargado de este espacio desde el 2 de enero de 2019 y antes, como ayudante, estuvo de 2000 a 2009.
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Explica que el terreno, ubicado en la parte media del cementerio era de propiedad ejidal. Se compró y para el 29 de abril, iniciaron las sepulturas. El primer cuerpo que llegó fue el de Isaías Soriano, quien en vida fue diputado local y compitió por la presidencia municipal.
Adicional a la adquisición del predio, hubo contratación de “más gente para poder cubrir la demanda, ahora tenemos 10 ayudantes: cinco en nómina y cinco voluntarios”. Estos últimos, viven de las propinas.
“El lunes pasado hubo menos difuntos y pensé que ya se iba a tranquilizar, pero para el fin de semana otra vez se volvió a incrementar: estamos enterrando tres, cuatro, ahorita ya 8 y 10, ayer fueron 12”, concluye el encargado del panteón.
Entre las fosas nos encontramos a Alejandro Rivera, quien cava una tumba. Cómo voluntario en su trabajo no tiene sueldo alguno, vive de las propinas que le dejan los deudos. En este momento de covid-19 y los muertos que va dejando, Alejandro dice que le va bien.
Informa que en este momento, “rascan” hasta diez tumbas al día, cuando antes solo abrían tres a la semana.
En el recorrido, realizado por el equipo de MILENIO por el panteón municipal, fue evidente la inexistencia de controles en el ingreso de dolientes. El encargado de custodiar el ingreso, el oficial de la policía municipal, Sergio Melchi, corroboró ese paso libre.
“Entre 30, 40, 50, hasta 100 para un solo muerto… vienen a acompañarlo… sí está restringido, pero solamente que traen cubreboca y así, puede pasar la persona siempre y cuando venga con la persona que falleció”.
Desestimó riesgo alguno. “Pues el riesgo lo traen todos, desde que salen de su casa, están en su casa con la persona afectada, lógico que tenemos que estar pendiente que traigan su cubreboca y si no, pues se quedan afuera”, expresó.
bgpa