El Cártel Jalisco Nueva Generación y el de Sinaloa se encuentran desde hace cinco años en una disputa territorial en el estado de Chiapas para administrar las rutas de tráfico de drogas, armas y la trata de personas.
Sin embargo, en medio de la lucha del poder y el control del territorio, las niñas, niños y adolescentes, son los más vulnerables a resentir la ola de violencia que generan los civiles armados, la cual a su vez, como consecuencia, provocan el incremento de los índices de homicidios, feminicidios y desapariciones forzadas en el estado de Chiapas.
Quienes más han resentido esta situación son los menores que habitan en las comunidades de los municipios de La Trinitaria, Frontera Comalapa, Chicomuselo, Siltepec, Amatenango de la Frontera, Mazapa de Madero, Motozintla y El Porvenir, que por su ubicación geográfica colindan con Guatemala.
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El reclutamiento de infancias y adolescencias por el crimen organizado representa una problemática en aumento en Chiapas, donde son utilizados para participar en actividades criminales, las cuales cambian dependiendo de cada región, así como las tareas y formas de involucrarse, afirmó Óscar González responsable de comunicación de la Asociación Civil Melel Xojobal.
“Hay situaciones de mucho riesgo para las niñas y niños, hay enganchamiento criminal y definitivamente la violencia que es visible, la violencia armada, la violencia que genera conflictos es la que está a la orden del día, pero detrás de ella se encuentran muchos nudos de violencia y estamos tratando de hilas estas alternativas contra ellas”, expuso.
El activista lamentó que Chiapas atraviese situaciones de violencias criminales, debido a que los adolescentes de 12 a 14 años que habitan en zonas donde operan grupos delictivos, resultan ser la población con mayor riesgo de ser reclutada, además de ingresar a nuevos consumos de drogas y alcohol.
En este sentido, fray Gonzalo Bernabé Ituarte Verduzco, director del Centro de Derechos Humanos Fray Francisco de Vitoria, O.P. A.C., aseguró que la violencia generada por el crimen organizado y por los problemas sociales en Chiapas, afecta gravemente a las infancias, provocando el desplazamiento forzado.
En entrevista para MILENIO, explicó que en la actualidad se están viviendo contextos diferentes, donde se ha comenzado a normalizar la violencia, sin embargo, esta situación que preocupa a las organizaciones de la sociedad civil tuvo sus inicios desde hace más de 23 años, donde las infancias se enfrentaron a un cambio al momento de tener que migrar de sus comunidades a las ciudades.
En este contexto y ante la ola de violencia que se mantiene activa principalmente en la zona fronteriza, las infancias presentan un futuro roto a causa de los hechos delictivos que cada vez más va en incremento, lo que provoca el rompimiento del tejido social; por ello dijo que urge comenzar a imaginar una sociedad más incluyente y conocedora de nuestra realidad.
“Hemos evolucionado a lo largo de los años respondiendo las nuevas condiciones, nuestros niños ya son urbanos, ya conocen este mundo, son parte de él, pero la violencia sigue siendo algo que se teje y se multiplica”, puntualizó.
Cabe destacar que la violencia del crimen organizado también se ha expandido hasta la región Norte del estado, donde el jueves pasado hombres encapuchados incendiaron dos vehículos en el municipio de Reforma, pero que además por sus límites con Tabasco, forma parte de uno de los mil puntos de trasiego de armas, drogas y migrantes.
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HCM