Suspensión de propaganda política, cancelación de candidaturas, nulidad de elecciones, reducción del financiamiento a partidos políticos y cancelación de concesiones de radio o televisión son algunas de las sanciones que se pueden imponer a quien violente a una mujer que se desempeña en el ámbito político.
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Esto sucederá si en el periodo ordinario de sesiones que acaba de comenzar el Senado aprueba la minuta avalada por la Cámara de Diputados el pasado 5 de diciembre para reformar siete leyes y tipificar la violencia política en razón de género.
Al respecto, la consultora especializada en participación política y género y quien revisó de cerca la redacción de las reformas, Teresa Hevia Rocha, aseguró que, de aprobarse esta reforma, México sería un referente para toda la región porque hasta ahora solo Bolivia ha legislado en la materia.
Desde 2012 aquel país cuenta con la Ley contra el Acoso y la Violencia Política hacia las Mujeres en el Congreso Plurinacional de Bolivia, que a decir de la experta no ha sido eficaz porque no han logrado sentencias por acoso.
Algunas de las reformas sustanciales propuestas por las parlamentarias son establecer sanciones administrativas y penales; obligar a los partidos políticos a sancionar actos de violencia por medio de mecanismos y procedimientos internos; y facultar a las autoridades electorales a ordenar medidas de protección a mujeres políticas, a quienes se les debe garantizar la reparación del daño.
La consultora explicó que con estos cambios normativos quedará claro que la violencia política es una falta o una infracción, dependiendo de cada caso, y que hay mecanismos para actuar. La experiencia, dijo, es que actualmente las autoridades no pueden imponer sanciones o dar entrada a quejas, demandas o juicios por ser actos que no están regulados ni tipificados en las leyes.
Entre las sanciones que se propusieron en la Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales (LGIPE), en el artículo 456 se indica que las infracciones relacionadas con violencia política en razón de género, según la gravedad de la falta, podrá imponerse la reducción de hasta 50 por ciento de las ministraciones del financiamiento público a los partidos políticos, por un periodo determinado por la autoridad electoral.
Este artículo también señala que cuando la violencia se realice mediante la prerrogativa de radio y televisión, además de la suspensión del material denunciado, se deberá reparar el daño. En estos casos se compensará con tiempo aire a la persona afectada así como una disculpa pública.
En caso de que sean reiteradas las infracciones, indica la ley que está en análisis en las Comisiones Para la Igualdad de Género, y de Gobernación y Estudios Legislativos Segunda del Senado, se podrá impedir al partido político el registro de candidatura para el cargo de elección del que se trate.
En los casos de graves y reiteradas conductas violatorias de la Constitución y de la LGIPE se podrá ordenar la cancelación del registro del partido político; o bien, si éste postuló como candidata a una persona que fue sentenciada por haber ejercido violencia política en razón de género, se le sancionará con la cancelación del registro de la candidatura, así como la negativa de postular a otra persona a ese cargo y en esa elección.
La norma también indica que, en caso de reincidencia sistemática en conductas relacionadas con violencia política de género, la sala especializada del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación dará vista a la autoridad competente para que realice la cancelación de la concesión de radio o televisión, según sea el caso.
Esta es quizás la modificación que ha alertado a los senadores. Al respecto, Hevia Rocha aseguró que las modificaciones propuestas en materia de medios de comunicación pueden causar duda, pero de ser el caso, se pueden suprimir para que la reforma avance.
Recordó que en 2012 se presentaron las primeras propuestas para reconocer la violencia política, pero la intención de introducir este concepto en la ley no se ha concretado porque, aunque se aprueba en una Cámara, la otra la detiene. Es por ello que espera que esta vez sea diferente y haya consenso.