Marcelina Bautista, líder de las trabajadoras domésticas, es una combatiente nata, por lo que el movimiento feminista que impulsan las jóvenes de nuestro país le hace hervir la sangre. “Nos sumamos a la lucha, porque estamos preocupadas por la violencia que estamos viviendo en México y porque todos tenemos que ocuparnos”, emplaza la mujer que ha luchado por décadas por los derechos de las empleadas del hogar.
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“Nosotras vivimos acoso y discriminación laboral, por eso nos sumamos al paro convocado por mujeres para el próximo 9 de marzo”, afirma la fundadora del Centro de Apoyo y Capacitación para Empleadas del Hogar (CACEH).
Llama a las mujeres feministas a que no les descuenten el día a sus empleadas, “que no haya represalias con ellas, porque la invitación es que todas las mujeres paremos”.
Bautista es hija de campesinos mixtecos, llegó a Ciudad de México, proveniente de Nochixtlán, Oaxaca, siendo una niña de 14 años, para trabajar como empleada doméstica.
“Queremos que se visibilice nuestro trabajo, paramos porque también queremos que las mujeres que luchan por otros tipos de violencia, también empiecen por su casa, que desde ahí democraticemos el trabajo del hogar y no solamente recaiga en las mujeres, sino en las familias y que los hombres también contribuyan al trabajo en el hogar. Si todos ocupamos la casa, todos tenemos que entrarle para que sea más armoniosa”, expresa la mujer, quien en sus 22 años como empleada del hogar sufrió “discriminación, abusos y violencia”, asegura combativa y empoderada.
En México alrededor de 2.4 millones de mujeres laboran como trabajadoras domésticas y enfrentan violencia como hostigamiento sexual. Además, según documentó la organización Impunidad Cero, enfrentan violencia laboral porque el 90 por ciento no tiene un contrato y la mayoría no goza de los derechos de los trabajadores: 46 por ciento de ellas trabaja más de las ocho horas establecidas en la ley y el 66 por ciento no tiene vacaciones.
“Hemos visto muchas trabajadoras que han vivido violación o tienen hijos de sus empleadores y no dicen nada o simplemente se le dice: la que no se cuidó eres tú, quién te va a creer”, dice Bautista convencida de que si no se visibiliza esta violencia, la próxima empleada que pase por esa casa se enfrentará a la misma situación.
—¿Cómo sería un día sin mujeres trabajadoras domésticas?— , se le preguntó a Bautista, quien el año pasado fue nombrada en la revista Forbes como una de las 100 Mujeres más poderosas de México.
— El trabajo en el hogar solo se ve cuando no se hace. Sería un caos, imagínate que no haya ropa limpia, que los niños no tengan uniformes para ir a la escuela, que no haya comida, desayuno. Un día sin nosotras creo que es bastante significativo, no solamente para hacer ver que el trabajo que realizaban las mujeres es fundamental dentro de las casas, sino para solidarizarnos con todas las mujeres que han vivido la violencia. Las mujeres están enojadas, es la forma en que han respondido, porque no se les ha escuchado. No ha habido políticas públicas que erradiquen la violencia, siempre hay alguien que acusa o denuncia esa violencia y solo no pasa nada.
Bautista coordina la campaña Por un trabajo digno, ponte los guantes por los derechos de las trabajadoras del hogar, y busca la ratificación e implementación del Convenio 189 de la OIT para mejorar las condiciones laborales de las trabajadoras del hogar en México.