Cinco mujeres, activistas de Greenpeace México, lograron subir al buque minero Hidden Gem, de la compañía canadiense The Metals Company –que se encuentra fondeado en la Bahía de Manzanillo, Colima–, para protestar en contra de la minería submarina que dicha empresa, pretende llevar a cabo en aguas internacionales, en un sitio entre México y Hawái. Por ello, durante dos horas colgaron una gran manta en la embarcación, con la consigna: “destructor del océano”.
“Hoy realizamos una actividad no violenta para exigir a las autoridades que pongan un alto a la minería submarina antes de que comience. Es muy importante este primer paso, en que los gobiernos pueden hacer una declaración concreta respecto a la minería en aguas profundas, ya que todavía no ha comenzado pero es una amenaza latente, la cual debemos de impedir a toda costa”, dijo Sofía Castellanos, coordinadora de la campaña de Océanos y minería en aguas profundas de Greenpeace.
“The Metals Company, que es la empresa que utiliza el barco Hidden Gem, al cual ingresamos hoy, es una de las empresas que está haciendo mucho esfuerzo por hacer que la minería en aguas profundas suceda muy pronto. Es destructor del océano como le estamos llamando al Hidden Gem, que es este barco que fue diseñado para destruir el océano y que solo van a afectar a la biodiversidad”, alertó la activista tras bajar del buque, en entrevista con MILENIO.
A bordo de dos lanchas rápidas, las activistas de la organización zarparon a las 07:00 horas desde el muelle las Hadas, y navegaron 1.5 millas naúticas (alrededor de dos kilómetros) hasta llegar al buque Hidden Gem, propiedad de la empresa Allseas, quién arrenda el buque a The Metals Company. Alrededor de las 07:30 horas llegaron a la escalera de servicio del buque, desde donde desplegaron sus mantas como protesta; aunque no lograron abordar el navío, ya que la tripulación se encontraba en cubierta, lo que impidió que subieran.
“La intención nuestra era desplegar una serie de mantas, mensajes para esta empresa y para el mundo, respecto a nuestra oposición a la minería en aguas profundas.
“La tripulación, no tuvimos mucho contacto con ellos, más bien estuvieron cerca de donde nosotros estuvimos, me acerqué a ellos para explicarles qué es lo que hacíamos ahí, cuál era nuestro objetivo y simplemente pudimos desplegar nuestros mensajes. No hubo ningún contratiempo con ellos y no hubo más comunicación, todo fue pacífico, no interferimos con sus actividades, ellos tampoco interfirieron con nosotros”, añadió Sofía Castellanos.
Con dicha protesta, Greenpeace denunció públicamente que el Hidden Gem pone en riesgo el océano y su presencia en Manzanillo pone de manifiesto las intenciones de la industria minera, en particular de la empresa canadiense The Metals Company, de iniciar actividades para extraer minerales en el Pacífico, en la Zona Clarion-Clipperton (ZCC), localizada entre México y Hawái.
Por su parte, la campañista Ruth Ramos destacó que, si bien el barco Hidden Gem no está realizando ninguna actividad de minería en Manzanillo, su proyecto de extraer minerales del fondo marino en la ZCC también representa un riesgo para México por su cercanía con el área natural protegida del Pacífico Mexicano Profundo y el Archipiélago Revillagigedo, que es denominado Patrimonio Natural de la Humanidad.
Destacó que la ZCC es conocida por su abundancia de nódulos polimetálicos, que son depósitos minerales ricos en cobre, níquel, manganeso y otros minerales de interés económico. Estos nódulos tardaron millones de años en formarse y se encuentran en el fondo marino, una zona muy poco explorada pero donde recientemente fueron descubiertas cinco mil especies marinas nuevas, las cuales ya se encuentran en peligro por los planes de esta industria.
“El plan que tienen es ir a la Zona Clarion-Cliperton, entre México y Hawaii, para llevar a cabo actividades para extraer minerales del fondo marino. De hecho, el año pasado, entre septiembre y noviembre, llevó a cabo actividades de pruebas con su maquinaria diseñada para destruir el océano, para poder arrasar con el fondo marino y extraer minerales; después de estas pruebas que realizaron, regresaron aquí a Manzanillo.
“Ahora están en espera de poder realizar estas actividades de manera comercial, hasta ahora la minería en aguas profundas no ha sido aprobada por la Autoridad Internacional de los Fondos Marinos y Greenpeace busca que esta actividad nunca inicie”, explicó.
La activista explicó que los impactos de la minera en aguas profundas incluyen contaminación lumínica y acústica, además de descargas de sedimentos que podrían aumentar la turbidez en la columna de agua y movilizar contaminantes, todo esto afectará la vida de muchas especies, incluyendo cetáceos.
Además, dijo que la presencia del Hidden Gem en México es relevante porque el gobierno recientemente participó en dos procesos internacionales encaminados a la regulación y protección de los océanos. El primero ocurrió en julio pasado, cuando la Autoridad Internacional de los Fondos Marinos (ISA) concluyó sin dar luz verde a la minería en aguas profundas.
El segundo ocurrió en marzo de este año, cuando la Organización de las Naciones Unidas finalmente aprobó el Tratado Global de los Océanos, un acuerdo que busca que para 2030 al menos un tercio del océano sea área protegida. El gobierno de México, a través de la Secretaría de Relaciones Exteriores, se adhirió a esta decisión.
En México la minería submarina está prohibida en el artículo 20 de la Ley Minera; por lo que Greenpeace busca que también esté prohibida en aguas internacionales, al señalar que los recursos minerales de los fondos marinos en la Zona Clarion Clipperton, donde The Metals Company planea extraer metales, se consideran patrimonio común de la humanidad, por lo que se debe asegurar la conservación y preservación de esos recursos naturales y recursos biológicos para las generaciones presentes y futuras.
“No oponerse a la industria de la minería en aguas profundas significa ser incongruente con ese compromiso para proteger el océano que México ha manifestado al firmar el Tratado Global de los Océanos. Para no poner en riesgo su credibilidad, México debe también oponerse a la minería en aguas profundas y apoyar una moratoria a esa industria. Greenpeace México deja claro con esta protesta su postura ante el mundo de no convertir a México en un país promotor de la minería submarina”.
LP