A menos de 48 horas de que se inaugure el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA), a contra reloj, se alistan los últimos detalles para que el próximo 21 de marzo, la terminal área esté en todo su esplendor.
El sábado por la mañana, cientos de personas trabajaban a marchas forzadas para terminar de instalar los elevadores de los estacionamiento, colocar los plafones en los pilares de las zonas de asenso y descenso, reparar los baños temáticos, pintar el pavimentos de la explanada, rehabilitar cualquier imperfección en las dos pistas de aterrizaje y las zonas de embarque.
Los mostradores de las aerolíneas Volaris, Aeroméxico y Viva Aerobus están prácticamente terminados. Son de madera, un detalle que demuestra la calidad de los materiales empleados en su elaboración.
Lo mejor son los baños temáticos. El sábado, el único que operaba con normalidad era el baño con temática del cine mexicano. Al interior de dichos espacios, están las fotografías de Pedro Infante y Mario Moreno Cantinflas, pero también están los baños con imágenes de luchadores como El Santo.
El aeropuerto huele a nuevo. Si bien, no es espectacular como el de Frankfurt, Alemania, o el Charles de Gaulle, de París, pero es una terminal funcional; sobre todo, es la muestra de la capacidad que tienen las Fuerzas Armadas para construir obras monumentales en poco tiempo.
El AIFA brindará servicio a casi 20 millones de pasajeros en su primer año de operación, estiman las autoridades federales.
En dos años y medio, la base militar de Santa Lucia pasó a ser un aeropuerto civil. El aeródromo está edificado sobre mil 531 hectáreas.
Sus dos pistas de 4.5 kilómetro de longitud vienen a desahogar la saturación en del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM).
EHR