El presidente Andrés Manuel López Obrador aseguró que “es anticristiano rechazar al forastero” y pidió a los ciudadanos dar siempre buen trato a los seres humanos “hayan nacido en cualquier parte del mundo”.
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Luego de las negociaciones con Estados Unidos para evitar la imposición de aranceles a los productos mexicanos que obligaron al gobierno a endurecer las medidas para frenar la migración de origen centroamericana, López Obrador pidió buscar la unidad de los pueblos, “no ser vecinos distantes, sino apostar a la amistad y a la cooperación al desarrollo”.
“No entraron en vigor los aranceles y las cosas volvieron a la calma. Si se hubiesen aplicado las medidas arancelarias, esta semana que está terminando hubiera sido muy difícil. Apenas se resolvió el problema se fortaleció el peso, que es de las monedas más fuertes del mundo, el peso mexicano.
"Esto también permite que haya confianza para que haya inversión extrajera”, dijo durante una gira por Cuauhtémoc, Chihuahua, para realizar la entrega de los Programas Integrales del Bienestar.
López Obrador dijo que la estrategia de desarrollo permitirá a su administración probar que si se ofrece apoyo a la gente en sus lugares de origen, se puede atender el fenómeno migratorio.
“Tenemos la oportunidad de probar de que si se apoya en sus lugares de origen y no se ven en la necesidad de emigrar, si tienen créditos, apoyos en sus pueblos, si hay apoyos, si hay bienestar se resuelve el problema ahora hay programas de desarrollo que se están aplicando en el sureste vamos a demostrar que sí se puede atender el desarrollo migratorio”, dijo.
En su segundo día de trabajo en Chihuahua, López Obrador llamó a “cerrar filas” con su gobierno y confiar en que se beneficiaran a los más pobres.
El Presidente aseguró que depuran los padrones de beneficiarios para garantizar que los recursos para el campo lleguen a pequeños ejidatarios y propietarios: primero a los que tienen 20 hectáreas, luego por lo que poseen 30 hectáreas y se analizará la posibilidad de ampliarse a mayores superficies para lograr en la nación una soberanía e independencia alimentaria.
En la explanada del Estadio Cuauhtémoc, el mandatario aseguró que México debe cosechar y consumir lo que genere el campo, maíz y frijol, inclusive producción de leche, que el gobierno federal comprará y distribuirá para los sectores más pobres en las tiendas Diconsa y Liconsa.
López Obrador ignoró las porras de Antorcha Campesina, que trataron de ser acalladas por sus seguidores. Se detuvo a escuchar y recibir peticiones de familiares del Comité Eureka que siguen en la espera de sus desaparecidos.
El Presidente se detuvo entre un grupo de mujeres rarámuris, comunidad indígena del norte de México, que cargaban pequeñas pancartas sobre la situación de pobreza y discriminación.
Luego, el grupo interpretó el Himno Nacional.
OVM