¡Voto por voto, casilla por casilla! ¿te suena? Es la consigna que surgió luego de las elecciones del 2006 cuando el actual presidente Andrés Manuel López Obrador se enfrentó contra el ex presidente Felipe Calderón Hinojosa, quien en ese entonces resultó victorioso.
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En 2006, el actual presidente de la República estaba afiliado al Partido de la Revolución Democrática (PRD) y participaba en los comicios de aquel año con la coalición Por el Bien de Todos, la cual estaba conformada por el PRD, el PT y Convergencia. Mientras que Felipe Calderón estaba con el Partido Acción Nacional (PAN). Ambos eran los punteros en las encuestas electorales.
Así llegó el 2 de julio de 2006 y la población mexicana proporcionó su voto en las casillas. Según lo informado por el Instituto Federal Electoral (IFE), ahora Instituto Nacional Electoral (INE), los resultados le favorecieron a Calderón con 15 millones de votos, mientras que con una diferencia de 0.58% López Obrador quedó abajo con 14.7 millones de votos.
Ante este resultado, Andrés Manuel López Obrador acusó de un fraude electoral y exigió el recuento de votos. Así lanzó la frase que quedó en la memoria colectiva mexicana: voto por voto, casilla por casilla.
En este sentido, para seguir con la exigencia, el 16 de julio se organizó una marcha que salió del Ángel de la Independencia al Zócalo de la Ciudad de México para exigir que se llevara a cabo el conteo en cada casilla del país.
Al evento, según la Secretaría de Seguridad Pública capitalina, acudieron más de un millón de personas que querían que se realizara un nuevo conteo.
Para el 30 de julio, mientras se llevaba a cabo otra manifestación, Andrés Manuel López Obrador informó que ante la negativa de realizar el conteo por parte del presidente electo Felipe Calderón y del IFE, se debía llevar a cabo una asamblea permanente hasta que llegara la "legalidad electoral".
“Les propongo que nos quedemos aquí, en asamblea permanente hasta que resuelva el Tribunal. Les propongo que permanezcamos aquí, día y noche, hasta que se cuenten los votos y tengamos un presidente electo con la legalidad mínima que nos merecemos los mexicanos. Les aseguro que no será en vano nuestro esfuerzo y sacrificio ", señaló Obrador ante la multitud que salió a la marcha en su apoyo.
Discurso que desembocó que ese mismo día los seguidores del actual presidente instalaran el plantón en Paseo de la Reforma. Con duración de poco más de un mes (48 días) los manifestantes ejercieron presión para que hicieran un nuevo conteo.
Comercios aledaños al plantón reportaron que en 16 días se registraron pérdidas económicas de 3 mil millones de pesos.
Por lo que la Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio (Concanaco), la Confederación de Cámaras Industriales (Concamin), la Cámara Nacional de la Industria Restaurantera (Canirac) y la Comisión interconfederacional del Sector Turismo pidieron que se retiraran los manifestantes.
Sin embargo, fue hasta el 15 y 16 de septiembre de 2006 cuando López Obrador y sus seguidores levantaron el plantón, luego de que el Tribunal Electoral informara que Felipe Calderón era el ganador legítimo.
"Pagamos un precio altísimo porque nuestros adversarios utilizaron esto como una campaña terrible de desprestigio", declaró López Obrador seis años después del plantón en Reforma.
grb