El presidente Andrés Manuel López Obrador contó que en 2017 fue retenido en “una oficina” en el aeropuerto de San Francisco, su última parada de una gira de trabajo por los Estados Unidos que hizo para criticar las políticas antimigrantes de Donald Trump.
En su conferencia mañanera contó que fue interrogado con ayuda de un traductor porque no habla inglés, en donde le preguntaron si en el mitin que iba a encabezar iba a hacer críticas al gobierno.
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“Ya sabían todo, a qué iba yo, pero ya era el último acto. Y estaba el traductor, y me dicen: ‘¿Y a qué viene?’ Le digo: 'A un mitin, fui invitado a la plaza'. ‘¿Y de qué va a hablar?’ 'Pues voy a hablar en contra de la política del presidente y del maltrato a los migrantes'. ‘¿Y va a criticar al presidente?’ 'Sí', le digo, 'poquito'. Y ya se ríen y ya pasé sin problema”, contó entre risas.
El cuartito al que fue trasladado López Obrador es el de secondary inspection (inspección secundaria) a cargo de la oficina de Aduanas y Protección Fronteriza del departamento de seguridad nacional, en donde se hace una revisión más detallada para permitir el ingreso a los extranjeros.
El CBP advierte que es esencial responder las preguntas de los agentes diciendo la verdad, pues, de lo contrario, se califica como un delito grave punible con hasta ocho años de prisión.
“La mentira más pequeña puede cambiar rápidamente tu vida, incluso si no has cometido ningún otro delito”.
En estas detenciones los implicados no pueden usar sus teléfonos y es responsabilidad de los agentes tratarlos con dignidad y respeto. Si se tienen dificultades para comunicarse en inglés, se tiene derecho a un intérprete.
Además, se le debe proporcionar alimentos, agua y medicamentos si se tiene alguna condición de salud. También se tiene acceso al baño, pero en compañía de un escolta del CBP.
Recordó que en ese tiempo ni siquiera era candidato a la Presidencia y aun así decidió ir a la unión americana a apoyar a los paisanos, y en esa gira visitó El Paso, Los Ángeles, Nueva York y Chicago y en ninguna tuvo problemas.
Y explicó que fue en San Francisco, una ciudad santuario, en donde fue cuestionado.
“De las ciudades de mayor libertad, con más respeto a los derechos humanos, con más respeto a todo, una ciudad muy igualitaria. Bueno, pues, ahí llego y ya me estaban esperando; ‘a la oficina’. Y como no hablo inglés, trajeron a un traductor, pero ya esto en la oficina”.
Con este ejemplo, López Obrador aseguró que en su gobierno no se va a reprimir a nadie.
“Eso quiero dejarlo con mucha claridad, que todo mundo se exprese, se manifieste, este es un santuario de libertades, este país. Nadie va a ser censurado, nadie reprimido, nadie absolutamente, y vamos a proteger a todos”.
LP