En el corazón de la memoria histórica estadunidense, el presidente Andrés Manuel López Obrador improvisó un mitin con decenas de migrantes mexicanos que viven en Estados Unidos.
La ceremonia protocolaria prevista de colocar una ofrenda floral, rendir honores y retirarse de los memoriales de Franklin Delano Roosevelt y Martin Luther King, quedó inmersa en una ola de porras obradoristas que buscaban saludar al tabasqueño que, fiel a sus costumbres, no desaprovechó la oportunidad de arengar por la cuarta transformación. En México y Estados Unidos, lo suyo, es la plaza pública.
"La enseñanza mayor que nos dejaron Martín Luther King es que sí se puede llevar a cabo una transformación para vivir mejor, para que haya justicia, para que no haya discriminación y racismo."Sí se puede una sociedad mejor para todos, ese es el sueño que tenemos como él lo dijo en su momento -tengo un sueño- nosotros tenemos que seguir manteniendo ese sueño, esa utopía, por nosotros y por los que vienen detrás de nosotros. Esa es la enseñanza mayor de Luther King", dijo en medio de una masa de simpatizantes que lo rodeó para escucharlo.
Cerca de las 16:00 horas (hora local), López Obrador llegó al memorial de Roosevelt a depositar una ofrenda floral. Medianamente se llevó a cabo el protocolo, pero al empezar a caminar hacia el memorial de Martin Luther King, las cosas cambiaron.
Los presentes se congregaron en torno a donde se depositó la ofrenda floral y poco importó la presencia de la familia de Luther King.
Aún con más de 30 grados en el ambiente y una humedad sofocante, el ánimo se mantuvo de principio a fin.
Los que estuvieron en problemas fueron los policías del Servicio Secreto, la policía local y hasta de la policía de los parques de Washington, al intentar en todo momento contener a los obradoristas.
"¡Lo queremos señor Presidente, usted es el mejor. Venimos de Utah, pero somos de Michoacán!", le gritaban a la distancia mientras la seguridad levantaba la voz para impedir que alguien se acercara a López Obrador.
JLMR