Ante los señalamientos constantes en redes sociales por el saludo que dio a María Consuelo Loera, mamá de Joaquín El Chapo Guzmán, el presidente Andrés Manuel López Obrador volvió a relatar cómo sucedieron los hechos y redujo el encuentro a la gestión de un trámite.
En la conferencia mañanera, reiteró que no tiene nada de qué avergonzarse, porque no ha formado ninguna relación de complicidad.
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“La saludé y me dio la carta y me dijo: es que no permiten a mis hijas visitar a su hermano en la cárcel, quiero pedirle a ver si nos ayuda. Y sí, lo que me decía en la carta era eso, la saludé y me subí y ya, ese es el gran vínculo, el gran escándalo.
“Bueno, la carta, fue tan privado y en secreto todo que se la entregué a la Secretaría de Relaciones Exteriores para que la hicieran llegar al embajador de Estados Unidos, y contestaron que sí le iban a dar la oportunidad a una de las hermanas de Guzmán Loera para que fuera a verlo, fue un trámite”, destacó.
López Obrador mencionó que el no forjar relaciones de complicidad con criminales le ha servido para resistir los ataques de los que están contra su gobierno, pues de lo contrario ya lo habrían destruido.
Además, aseguró que los más irritados con los voceros y achichincles son los que pertenecen a las cúpulas del poder.
“No se puede participar en un proceso de transformación sin autoridad moral, imagínense enfrentar una mafia como estos, los jefes de estos porque esos son voceros, los capos de capos del poder económico, que eran los dueños de México. A veces son más prudentes los de la cúpula, los de arriba, que los achichincles”, agregó.
El jefe del Ejecutivo federal recordó que el encuentro con la mamá del capo se dio en una gira por Sinaloa, después de supervisar una carretera.
LP