AMLO organiza votación a mano alzada para ‘aprobar’ el Tren Maya

Gira por Yucatán. Confía en que no habrá lluvia de amparos, como en Santa Lucía; ‘si es así mejor ni empezamos’.

En Temozón recibió reclamos de los pobladores. (Nelly Salas)
Francisco Mejía
Ciudad de México /

El presidente Andrés Manuel López Obrador sometió a votación el destino del Tren Maya y, a mano alzada, los pobladores de la región avalaron el proyecto federal.

De gira por Temozón, Yucatán, donde recibió reclamos de algunos pobladores por la obra, aseguró que habría consulta a las comunidades indígenas, porque, a diferencia de otros gobiernos, en el suyo “el pueblo es el que manda”.

Por tanto, en el mitin convocó a una votación a mano alzada: “A ver, así para medir el agua a los camotes… piensen, como hombres libres, no como borregos, como hombres y mujeres libres”.

Luego explicó a los presentes las ventajas de la obra y el riesgo de que los “conservadores” pretendan detenerla, y lanzó la consulta: “Que levante la mano quien piensa que no conviene el tren Maya…”. Nadie. “Que levante la mano quien piense que sí debe hacerse el Tren Maya…”, las manos se alzaron con un rotundo “siiiiiiiii…” y él les respondió, desde el presídium: “Eso es todo, no les voy a fallar: amor con amor se paga”.

Antes de la decisión, el mandatario había dejado claro su postura respecto a la obra: “Lo comento para que sepan mi planteamiento: yo estoy a favor de que se construya el tren, pero estoy actuando de manera precavida”.

Instruyó al titular del Instituto Nacional de Pueblos Indígenas, Adelfo Regino, para que “lo más pronto posible se hagan las consultas a todos los pueblos. Como decía Juárez: nada por la fuerza, todo por la razón y el derecho”.

Y advirtió: “Si la gente dice sí, vamos, y si dice no, no vamos; que el pueblo decida, no los grupos de intereses creados”.

Dijo que dichas consultas tendrán que ir de “pueblo en pueblo y así decidamos, antes de lanzar la licitación, y no iniciar algo que no vaya a concluir”.

Al iniciar su argumentación sobre el punto, dijo que por décadas el sur y sureste del país estuvieron excluidos del desarrollo. Éste solo llego a Cancún, Tulum y la Riviera Maya.

El presidente López Obrador prometió que con el Tren Maya habrá desarrollo y fuentes de empleo, además de que será “turístico y moderno”.

Sin embargo, dijo, “hay oposición, no mucha, es una oposición chueca, latosa”, y recordó las presiones en la obra del aeropuerto en Santa Lucía, “les ganamos jurídicamente y se quedaron molestos y enojados los conservadores”.

“No quiero que por mezquindades empiecen a llover amparos, se detenga la obra y no la terminemos en tres años, que quede a medias, si es así mejor no la inicio; no voy a dejarla inconclusa”.

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