El presidente Andrés Manuel López Obrador reveló la carta que le envió a Felipe Calderón, luego de las elecciones presidenciales de 2006, solicitando su apoyo para llevar a cabo un recuento de los votos con la promesa de no llamar a movilizaciones sin importar los resultados finales.
En su conferencia mañanera de Palacio Nacional, el mandatario criticó que el ex mandatario panista, junto con Vicente Fox, opinen sobre el proceso electoral en Venezuela, cuando en 2006 ninguno apoyó la idea del recuento de votos.
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López Obrador recordó que desde el primer día posterior a la elección, hizo esta petición, e incluso la gente que llegó de manera espontánea a su casa de campaña empezó a corear: “¡Voto por voto, casilla por casilla!”.
Señaló que también hizo este mismo planteamiento en una entrevista de radio, ofreciendo que si Calderón aceptaba el recuento de los votos, “me comprometía a no convocar a ninguna movilización, y aunque nunca dejaría de hablar del fraude electoral, aceptaría el resultado del recuento”.
¿Qué dice la carta?
El jefe del Ejecutivo federal indicó que la carta fue enviada a Calderón el 24 de julio de 2006, en la que se comprometía a aceptar los resultados del recuento.
“Como usted comprenderá, yo nunca podré decir que estas elecciones fueron equitativas, limpias y libres. No obstante, por mi responsabilidad como dirigente de un movimiento democrático, y frente a la demanda de millones de mexicanos de llevar a cabo un recuento voto por voto, casilla por casilla, le propongo lo siguiente:
Si usted se pronuncia a favor del recuento de todos los votos, y el Tribunal Federal del Poder Judicial de la Federación ordena esta diligencia, yo ofrezco el compromiso de aceptar los resultados si a usted le favorecen y no convocar a más movilizaciones. De la misma manera, usted tendría que aceptar el fallo emitido por el Tribunal si resulto triunfador en el recuento”, escribió.
Aunque en el documento López Obrador aceptaba que, de conformidad con la ley, le corresponde al Tribunal Electoral calificar la elección y tomar las decisiones sobre las impugnaciones y el recuento de los votos; “como es obvio, si usted acepta y hace público su acuerdo con esta propuesta, el Tribunal tendría todos los elementos políticos y legales para resolver la inconformidad generada por esta elección de la mejor forma posible”.
“En otras palabras: lo más conveniente para México es que ambos aceptemos el recuento de los votos y nos comprometamos a respetar el resultado”, planteó.
Además, ponía como ejemplos de precedentes el caso de Óscar Arias, en Costa Rica, quien habiendo obtenido el triunfo por pocos votos pidió que se revisaran todas las denuncias de su adversarios y que se contaran manualmente todas las boletas. Al final del recuento se confirmó el ganador y su triunfo fue legítimo e inobjetable.
“En caso de que usted no acepte esta propuesta asumirá su responsabilidad de cara a los mexicanos, si el tribunal no cuenta los sufragios y avala ‘su triunfo’ quedarán para siempre la sospecha o la certidumbre de que usted no ganó en las urnas y que hubo fraude en la elección. De ser así, usted será un presidente espurio y nuestro país no merece ser gobernado por alguien que no tiene autoridad moral ni política”, finalizó.
¿Qué le respondió Calderón?
Según el Presidente, Calderón no aceptó su proposición, aunque la diferencia porcentual era de 0.55, y argumentó que el recuento de votos no le correspondía, pues era una facultad que sólo poseía el Tribunal Electoral.
“Por ahí se fue, exactamente, que a él no le correspondía, que era el Tribunal, esa fue su respuesta. (...) El mismo día salió con el sonsonete de que ‘La ley es la ley’”, acotó.
En este sentido, refrendó su apoyo a la iniciativa del recuento de votos en Venezuela, y se dijo de acuerdo en que se revisen las actas, “que se cuenten los votos, pero que no haya desconocimiento a priori, que no metan las manos ni las narices quienes no actúan de verdad en realidad en forma democrática”, agregó.
LP