Lo bueno, lo malo y lo feo de... la política migratoria de AMLO

AMLO, a un año del triunfo electoral

Desde octubre de 2018, miles de migrantes han llegado a México buscando cruzar a EU; Trump amagó con imponer aranceles, pero los gobiernos lograron un acuerdo. Aquí repasamos la política migratoria de López Obrador.

Las autoridades mexicanas realizan desde hace años operaciones para capturar migrantes cuando cruzan el territorio. AFP
Ricardo Lara
Ciudad de México /

La migración ha sido tema recurrente en lo que va del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador y ya le ha provocado algunos roces con el mandatario de Estados Unidos, Donald Trump, así como críticas de la oposición, por las medidas adoptadas para afrontar el flujo migratorio.

​El 13 de octubre del año pasado, más de 5 mil centroamericanos, según los organizadores, partieron de Honduras en caravana en busca del sueño americano en Estados Unidos.

A la primera caravana le siguieron más grupos de migrantes y desde entonces, el flujo de extranjeros que cruzan por México para buscar llegar a Estados Unidos no se ha detenido.

Si bien la problemática inició en gobierno anteriores, López Obrador ha tenido que afrontar la problemática y sus consecuencias, como ya las tuvo con la amenaza de Trump de imponer aranceles a productos mexicanos si no se detenía el flujo de extranjeros.

"Se estima que durante los primeros tres meses de este año han transitado por México cerca de 300 mil personas migrantes para ingresar de manera irregular a los Estados Unidos. Claro que sí hay un cambio en el flujo migratorio que está entrando a nuestro país permanentemente", dijo la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, en conferencia de prensa el 23 de abril.

Durante su campaña, López Obrador reconoció la problemática y dijo que sería atendida con apego a los derechos humanos; sin embargo, tras la amenaza de Trump de imponer aranceles, el gobierno mexicano decidió desplegar a la Guardia Nacional en la frontera sur del país para controlar el flujo.

Lo bueno... 

El gobierno de Andrés Manuel López Obrador ha mostrado interés en atender la problemática de fondo y con apego a los derechos humanos.

​Tras la amenaza de Donald Trump, el Presidente ofreció, en una carta, atender el tema de manera integral y en coordinación para impulsar el desarrollo de la zona para evitar la migración.

Además, el gobierno mexicano ofreció dar visas temporales a los centroamericanos para que puedan transitar por el país sin problemas.

Lo malo...

La estrategia de Andrés Manuel López Obrador de entregar documentos a los centroamericanos no ha resultado por la gran cantidad de solicitudes.

La lentitud ha provocado la desesperación de los migrantes, y ha desencadenado motines y enfrentamientos con autoridades en estaciones del Instituto Nacional de Migración, principalmente en Chiapas.

Además, la aglomeración de migrantes en estados fronterizos del norte ha generado que gobiernos estatales y municipales, principalmente en Tijuana, Baja California, acusen falta de apoyo del gobierno federal para atender a los extranjeros.

Lo feo...

La amenaza de Trump generó que el gobierno mexicano aceptara desplegar 2 mil 400 elementos de la Guardia Nacional en la frontera sur para contener a los migrantes.

La decisión fue cuestionada por organizaciones defensoras de derechos humanos, que señalan que la medida violenta las garantías de los migrantes.

Elementos de la Guardia Nacional ya han sido señalados por pedir documentos a los migrantes; también se difundieron imágenes de oficiales deteniendo a dos mujeres y a una niña que intentaban cruzar la frontera en Ciudad Juárez.

Además, el gobierno de López Obrador, a través del canciller Marcelo Ebrardacordó que si no se cumplen las expectativas de Trump para detener el flujo migratorio 45 días después de que se firmó el acuerdo (que fue el 7 de junio), se comenzaría a discutir que México se convierta en un tercer país seguro y, así, hospedar a los migrantes que solicitan asilo a Estados Unidos mientras se realiza su trámite.

Legisladores llamaron a comparecer al canciller luego de alanzar al acuerdo, donde fue cuestionado sobre la posibilidad de que México se convierta en un tercer país seguro.

Ebrard negó que México estaría obligado a ser un tercer país seguro si no se llegan a las expectativas de Trump, sin embargo, algunos legisladores como la diputada Laura Rojas, señalaron que el convenio pone al país a merced del mandatario de Estados Unidos y sus exigencias.


De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Migración, las deportaciones de extranjeros por el gobierno mexicano incrementaron 60 por ciento de diciembre a marzo, antes de la firma del acuerdo con Estados Unidos.

RLO

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