El fraude en 2006. La complicidad en 2012. El INE no se toca en 2022... Tuvieron que pasar casi dos décadas para que Andrés Manuel López Obrador se siente a la mesa con las autoridades electorales del país.
Sin una crisis de por medio y con el organismo recién renovado, el primer presidente de izquierda recibirá en Palacio Nacional a los consejeros del Instituto Nacional Electoral.
Los consejeros electorales han encarnado a lo largo de la carrera política de López Obrador a uno de sus principales rivales. Señalados tanto de candidato y ahora de presidente de ser cómplices de sus adversarios, la mafia del poder de antes, los conservadores de ahora.
Pero el escenario es distinto que los 17 años anteriores. Ahora, la reunión se llevará a cabo en los históricos salones de Palacio Nacional, con el respaldo de todo el poder del estado y también con una consejera presidenta sino aliada, cercana a la 4T.
"Todo esto para intercambiar puntos de vista con el propósito que el INE actúe con imparcialidad, que se garantice la democracia, que las elecciones sean limpias, sean libres, que no haya fraude electoral, que podamos iniciar una etapa nueva", dijo la semana pasada el presidente.
El fraude
En el 2006, López Obrador sostuvo y lo sigue manteniendo, que sufrió un fraude electoral que se fraguó desde la presidencia de Vicente Fox apoyado por el sindicato de maestros y con la complicidad del entonces Instituto Federal Electoral que presidía Luis Carlos Ugalde.
A este último personaje, férreo crítico de la 4T en la actualidad, lo ha señalado de contratar para contratar los votos de la elección al cuñado de Felipe Calderón, también competidor en ese proceso por la presidencia.
"¿Quién contrató a Hildebrando, cuñado de Calderón, para contar los votos? Ugalde. ¿Quién va ayer a defender la democracia, entre comillas, al Senado? Ugalde", dijo en diciembre del año pasado.
La derrota de López Obrador en el 2006 fue de apenas 0.56 por ciento de diferencia.
Uno de los principales argumentos del tabasqueño, es que en una reunión en Guanajuato, según su versión, desde esa entidad se aportaron 300 mil votos irregulares para que triunfara Calderón.
Ha alegado además, que existieron prácticas ilegales como el embarazo de urnas, la falta de presencia de representantes en las casillas y hasta falta de equidad en la presencia de los candidatos en los medios de comunicación.
Los monederos
En 2012, la derrota del tabasqueño en la contienda presidencial fue de cerca de siete puntos porcentuales frente al priista Enrique Peña Nieto.
El argumento de la derrota para López Obrador fue el gasto excesivo en la campaña del mexiquense y la compra de votos con un presupuesto millonario irregular que nunca se quiso investigar por las autoridades electorales.
"No existe una vocación democrática en las autoridades; la integración del Consejo General del IFE es partidista, sesgada, no son ciudadanos; están ahí porque los recomendó el PRI o el PAN", acusó en ese año.
Una de las pruebas que presentó López Obrador en ese entonces fue la entrega de supuestos monederos de Soriana que el PRI repartió para la compra de votos y el IFE no actuó en consecuencia "estamos hablando de millones de votos comprados… Se trata de la compra masiva a través de estas tarjetas".
"Es muy grave lo que sucedió, yo les puedo decir que es una vergüenza nacional, entonces tienen ellos que asumir su responsabilidad, los consejeros del IFE y los magistrados del Tribunal Electoral", agregó.
El INE no se toca
Las reformas a los organismos electorales que buscó impulsar el presidente, concluyeron en un fuerte encontronazo con los consejeros del INE, en particular con Lorenzo Córdova y Ciro Murayama.
Pero la historia viene de un poco más atrás. Desde que ganó la presidencia, propuso que ningún funcionario puede tener un salario mayor al del presidente, se rompió la relación con el INE dado que sus consejeros consiguieron un amparo para no acatar esta medida.
"El INE desde hace mucho tiempo está tomado por los conservadores, por el bloque conservador. Nosotros ganamos a pesar de ellos".
Las propuestas de reforma provocaron una marcha multitudinaria en la que se acuñó la frase "el INE no se toca", la cual también fue aprovechada por el presidente para atacar al organismo y al entonces consejero Lorenzo Córdova.
"Él es un servidor público, desde mi punto de vista, sin principios, sin ideales, un farsante".
VMS