Hace cuatro años, Arizona dejó atrás una historia republicana al votar mayoritariamente por los demócratas y contribuir al triunfo del presidente hoy Joe Biden. Este es el único estado de los llamados bisagras que se ubica en la franja fronteriza con México. Comparte 595 kilómetros divididos por un muro junto con problemas como la migración.
En 2020 Arizona ayudó al triunfo de Biden con apenas 11 mil votos. Un par de años después llegó a la gubernatura la demócrata Katie Hobbs luego de una tradición republicana en el Ejecutivo local y de posiciones políticas radicales contra la migración.
Junto con Wisconsin, Georgia, Míchigan, Carolina del Norte, Pensilvania y Nevada, que serán definitorios, Arizona aportará 11 votos electorales que pueden inclinar la balanza para definir quién llega a la Casa Blanca.
El controvertido condado de Maricopa, donde se encuentra la capital, Phoenix, y donde reside 60 por ciento de la población de Arizona, había sido uno de los más duros contra la migración.
Durante más de dos décadas el sheriff Joe Arpaio encabezó una política de persecución de migrantes. Hoy, 25 por ciento de los potenciales votantes del estado son latinos.
Sin embargo, activistas pro migrantes advierten que el gobierno de Hobbs tampoco ha hecho una gran diferencia para detener las campañas que los señalan como delincuentes.
Dora Rodríguez, directora de Salvavisión, afirma que ninguno de los dos partidos ha hecho algo a favor de los migrantes: “Harris no ha defendido nada. Para nosotros ha sido muy difícil porque hemos visto cómo el Partido Demócrata también se ha hecho bastante a la derecha”.
Políticas cuestionables antiaborto
Además de la migración, el rechazo reciente que se le ha dado al aborto en esta entidad se ha convertido en tema central de la campaña presidencial en la disputa entre Harris y Trump, que ya perdió Arizona en 2020 contra Joe Biden.
En abril pasado, la Corte Suprema de Arizona determinó que se puede aplicar en el estado una ley que data de 1864 y castiga el aborto con penas de entre dos y cinco años de prisión, excepto cuando la embarazada esté en riesgo de morir.
La legislación, que impide a las mujeres abortar incluso tras una violación o en caso de incesto, y que tampoco toma en consideración complicaciones en el embarazo, tuvo tantas críticas que el Senado estatal tuvo que derogarla y serán los ciudadanos de Arizona quienes decidan este día en las urnas su futuro.
De acuerdo con encuestas resumidas en FiveThirtyEight, Kamala tiene 46.7 por ciento de respaldo y el ex presidente tiene 48.4 por ciento.