Lejos de la convocatoria esperada, con el rechazo del PRD y las autoridades electorales nacionales relegadas, con el surgimiento de otra corcholata presidencial y acusaciones de violencia política de género contra un diputado, arrancaron los foros del parlamento abierto para la reforma electoral.
Eran las 11:00 horas, el inicio del primer foro de discusión pero la dinámica ni siquiera estaba clara. Al mismo tiempo, corría la versión de que la oposición terminaría desairando los foros solicitados e impulsados por Morena. Quince minutos después, el priista Rubén Moreira llegó al salón de San Lázaro con pocas palabras que le alcanzaron para, en 14 segundos, apenas decir que sería un diálogo “amable, porque somos amables todos”.
Con la evidente presión partidistade su dirigente tricolor, Alejandro Moreno insistiendo en que la reforma electoral no pasará, Moreira dejó claro como cabeza de la Junta de Coordinación Política, que las y los legisladores tienen una responsabilidad que más allá de las visiones de sus partidos, no pueden omitir.
“Éste es el mejor lugar para el debate, aquí estamos representados todos: los que tienen más y menos votos, por lo tanto, aquí está representada la nación y lo que no podemos hacer es dejar de cumplir con nuestra responsabilidad legislativa que es dialogar, discutir y resolver. Algunos hemos manifestado nuestras posturas pero nuestras dirigencias deben entender y ayudar a que acá tenemos un diálogo profundo en muchos otros temas que le sirven a México”.
Así, con esas palabras en una inauguración exprés de no más de cinco minutos y sin la postura de ninguna otra fuerza política, inició el camino formal para definir el rumbo del sistema electoral mexicano.
“Hablen”, les dijo Moreira al coordinador de Morena, Ignacio Mier y al diputado del Partido del Trabajo, Gerardo Fernández Noroña tras despedirse serio, con un apretón de manos y señalándoles el espacio de conferencia de prensa…pero minutos después regresó por petición de la prensa mientras Noroña reía viendo su regreso.
Sobre la invitación al Instituto Nacional Electoral y al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, Moreira señaló que “no está descartado” pero se deslindó al señalar que “habría que ver qué partido los propone y si hay un tema en específico que ellos quieran dialogar”, sin hacer mayor defensa a la relevancia de que participen los principales implicados.
Después, tomó la palabra Ignacio Mier quien dejó claro que no habrá una invitación personalizada ni para consejeros y consejeras ni para magistraturas…para evitar “vanidades”. Lo que replicó Noroña quien sostuvo que no tendría problema en “recibir a Lorenzo Córdova y a su monaguillo Ciro Murayama, que ya se van, por cierto”.
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Y aunque el presidente Andrés Manuel López Obrador dejó intacto en su propuesta al TEPJF sin reducir facultades o magistraturas y se centró en los tribunales locales, los partidos que lo respaldan mantienen una lista de presuntos agravios: lineamientos de sobrerrepresentación que restó diputaciones al PT y las recientes sentencias para la integración de la Comisión Permanente.
Por lo que el diputado Noroña no dudó en lanzarse contra la Sala Superior: “yo sostengo que son peor que los del INE, con intervenciones majaderas. Y me parece que incluso esas cosas sí se debatieran en el parlamento abierto con miembros del Tribunal, con respeto pero con franqueza”.
Más allá de las críticas a los árbitros electorales, Noroña y Mier reconocieron pendientes indispensables por analizar en estos foros: las evidentes omisiones legislativas de los últimos años como la legislación de acciones afirmativas para grupos minoritarios que han llevado al INE a emitir sus propios lineamientos ante el incumplimiento de las y los diputados; e incluso, el análisis de las aspiraciones presidenciales adelantadas, lo que lejos de buscar prudencia, terminó en un nuevo destape de Noroña para la contienda presidencial.
“Yo voy a reuniones por todo el país y al igual que otros compañeros me reciben con '¡presidente, presidente!' Y yo les digo 'compañeros no me pongan celoso al compañero presidente, me gusta más: Obrador presidente, Noroña el siguiente”.
Mientras el petista sonreía anhelando la boleta presidencial, en el piso de arriba, un desangelado salón escuchaba posicionamientos que poco abonaban a una reforma electoral.
El tema: ayuntamientos y alcaldías. El verdadero debate: las mentiras de la oposición, la bajeza de los partidos del gobierno, la misoginia y la violencia de género de un diputado en pleno foro.
Primero, Benjamín Robles del PT y Jorge Triana del PAN se enfrascaron en una discusión sobre quién mentía más.
En una esquina, el petista acusó que las mentiras de la oposición se han caído una a una, pues aseguró “la iniciativa de López Obrador mantiene la autonomía del árbitro electoral”; en la otra esquina, el panista lamentaba que los partidos del gobierno tiraran al piso un debate técnico e insistía en la obsesión por desmantelar al INE.
Luego, Triana acusó que es la primera reforma electoral en la historia presentada por un titular del Ejecutivo. Lo que replicó la morenista Esther Martínez quien señaló que Ernesto Zedillo y Carlos Salinas también mandaron una propuesta para hacer ajustes.
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PT y Morena cuestionaron a la alcaldesa de Minatitlán sobre los sueldos que reciben los cabildos, ante la propuesta presidencial de reducirlos, lo que Carmen Medel Palma aceptó mencionando que sus 11 regidores y síndico ganan 109 mil pesos mensuales, más que un diputado federal, más que el presidente de la República.
Pero el debate al que pocos le ponían atención, despertó a los asistentes cuando la misoginia se plantó en la mesa de discusión. Sin que fuera tema de debate, el panista Jorge Triana preguntó a la consejera del Instituto Electoral de la Ciudad de México, Carolina del Ángel Cruz cómo enfrentaron la legislación local que modificó las áreas internas del órgano autónomo, lo que tuvo un desenlace que pocos esperaban.
“Estamos en un proceso de impugnaciones; perdón pero el Congreso de la Ciudad de México no sabe cómo funciona el Instituto Electoral así como yo no sé cómo funciona el congreso de la Ciudad de México, por eso cada funcionario y cada funcionaria pública está en su ámbito específico, creo que se invade la autonomía constitucional.
“No somos autoritarios y ¡no hacemos lo que queremos pues!, hay normas que nos rigen en materia de rendición de cuentasy en esas es en las que deberíamos de estarnos observando en el caso supuesto de que se considerara que se están haciendo mal las cosas pero no vulnerar la función constitucional autónoma desde reformas, sobre todo sin el diálogo previo y un análisis profundo de ello”.
Lo que generó la molestia de Benjamín Robles del PT quien acusó a la consejera de dejarse mal aconsejar por el panista, pero que recibió un alto de la consejera electoral capitalina:
“Entiendo que está muy naturalizado el ejercicio patriarcal del poder y de la función pública y de ello fuimos testigos aquí, entiendo que está naturalizado y por eso puedo asumir que no fue con la intención de degradar, pero yo no encuentro una forma diferente de ver el comentario del diputado si no es cuestionando mi autonomía como autoridad electoral o cuestionando mi capacidad como mujer, esperando que alguien me diga qué decir y qué hacer”.
Robles se disculpó y el debate no dio para más. A los foros les espera un mes de discusión, con la esperanza de que los 20 millones de pesos que podrían costar estos foros, sirvan de algo. Y a diferencia de otras iniciativas presidenciales no terminen intactas, en oídos sordos y sin cambiarles ni una coma.
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