La Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader) atendió el llamado de los líderes de organizaciones públicas y privadas del mundo, por lo que anunció que ya desarrolla acciones para evitar que los trabajos de combate y mitigación del coronavirus pongan en riesgo la seguridad alimentaria.
En ese sentido, el titular de la dependencia, Víctor Villalobos Arámbula, señaló que México está preparado para mantener la producción y el abasto de alimentos básicos, así el empleo en el medio rural durante y después de la pandemia.
Como ejemplo, dijo, que la Sader, el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) y el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP) ofrecen asesoría técnica para la preparación de terrenos, siembra, fertilización, manejo agroecológico de plagas, entre otras actividades de agricultura sustentable, a más de 300 mil productores de maíz, trigo y cultivos para los beneficiarios del programa MasAgro.
Destacó que la dependencia en coordinación con el CIMMYT y el sector privado colaboran en la creación de esquemas de compra local responsable para abastecer a la industria agroalimentaria nacional de granos básicos cultivados con prácticas sustentables.
Recordó que el pasado 9 de abril, 60 representantes de organismos internacionales como la Organización Mundial de los Agricultores, la Confederación Internacional de Sindicatos de Comercio y la Fundación de la Organización de las Naciones Unidas, empresarios, académicos e investigadores hicieron un llamado a los gobiernos de todo el mundo para garantizar la seguridad alimentaria y evitar que se produzca una crisis alimentaria y humanitaria.
Subrayó que entre las demandas de los firmantes se incluía: mantener la oferta de alimentos; multiplicar el apoyo para los más vulnerables, e invertir en sistemas alimentarios sostenibles y resilientes.
El funcionario, recalcó que el sistema global de producción de alimentos es fundamental para la recuperación del mundo, para crear millones de nuevos empleos rurales, reducir el hambre, incrementar la seguridad alimentaria y manejar adecuadamente el suelo, agua, los bosques y océanos.
“México atiende, efectivamente, la recomendación del llamado a convocar a los sectores privado y social para expandir los programas de alimentación y de protección para la población más vulnerable vinculándolos a los alimentos que promueven la salud humana y la producción sostenible”, externó.