En los últimos seis meses del año la inflación alimentaria se ubicó al doble de la inflación general, que oscila entre 8 y 9 por ciento, por lo que el costo de los productos de la canasta básicase ha mantenido al alza.
“Pedir fiado se hace para artículos esenciales como leche, pan, huevo, tortillas, aceite, sal, jitomate, cebolla y sal, cosas que las amas de casa requieren para hacer la comida. De 10 personas que recurren a esta medida a lo mucho dos no pagan porque al hacerlo se cierran una puerta de abasto”, detalló el líder de la Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (Anpec), Cuauhtémoc Rivera Rodríguez.
Locatarios piden lo esencial
Por la falta de recursos, añadió la gente está racionado su consumo, y han optando por comprar tortillas por medio kilo; huevos, pan, papa, frutas y verduras por pieza; leche por litro; aceite, frijol y azúcar por medios kilos, así como el arroz y carne por cuartos.
Siete de cada 10 pequeños comerciantes han registrado una baja de 15 por ciento en las ventas y 9 de 10 no han tenido mayores ganancias por el bajo poder adquisitivo de sus clientes.
“70 por ciento observa que no les alcanza para la canasta básica, ha notado que consumen menos y que sus clientes han disminuido”.
Aunque 8 de cada 10 negocios abren de lunes a domingo, solo 9 de cada 10 atienden hasta 30 clientes al día, además 8 de cada 10 manejan un ticket promedio de 100 pesos y todos facturan hasta 20 mil pesos al mes, aunque hay 3 de cada 10 que factura hasta 40 mil pesos.
A la fecha, resaltó, los productos con mayores incrementos son los cárnicos, casi al doble; el huevo “que no ha dado tregua con o sin gripe aviar”; las tortillas que antes del Covid-19 costaban 10 pesos y hoy están en 30 pesos en promedio; las frutas y verduras, cuyos precios han sido afectados principalmente por la sequía.
Las bebidas refrescantes, lo mismo que el pan de canasta y de caja; las botanas, los cigarros afectados por la prohibición de exhibición del gobierno; la dulcería y la comida enlatada.
Inseguridad
A la fecha los principales delitos en contra de su gremio, detalló, son el robo hormiga, la extorsión o cobro de piso y el asalto a mano armada. Lamentablemente 8 de 10 no denuncia los delitos porque desconfía de las autoridades o tienen temor de ser señalados o salir perjudicados.
“En los últimos 5 años, 8 de 10 negocios ha percibido que la inseguridad va en aumento y 5 de cada 10 ha padecido pérdidas económicas de mínimo 10%, ya sea por el robo de un celular, mercancía o dinero”.
Rivera Rodríguez sostuvo que 9 de 10 no cuenta con ningún esquema de prevención ni con cámaras de vigilancia, ni botones de pánico, y 3 de cada 10 están conscientes de que sus proveedores han sido objeto de los delincuentes.
Por último, resaltó que en algunas zonas del país los comerciantes han empezado a registrar el síndrome de Estocolmo al ver en los grupos delincuenciales a protectores, pues están dispuestos a pagar la extorsión para sentirse seguros.
“Este delito ha empezado a normalizarse prácticamente en todo el país”.
EMG