Luego de un 2022 “muy complicado” por los incendios y la crisis hídrica, para el 2023 el programa de bonos de carbono, la reforestación en el Parque Nacional Cumbres, la Cueva de la Boca y el análisis de las escorrentías de la Huasteca, serán algunos de los temas prioritarios para Pronatura Noreste, AC, señaló su directora Rosario Álvarez Gutiérrez.
A decir de la especialista, el programa de bonos de carbono en zonas de pastizales es muy innovador y aseguró que mantener en buena calidad el pasto es igual a mantener viva una de las actividades productivas más importantes que tiene la región.
“El programa de bonos de carbono está utilizando tecnologías de punta, con imágenes de satélite e inteligencia artificial, y a través de ciertos algoritmos puede convertir la imagen a calcular el carbono almacenado en la raíz de los pastos, parece ciencia ficción, pero así funciona.
“Nosotros tenemos acuerdos de conservación como en casi 300 mil hectáreas de pastizal, es decir, que hemos acordado con el ejido o con el propietario de que él va a ser un buen uso de su ganado, del manejo del pasto”, indicó.
En todas esas zonas, explicó, se tomaron imágenes del 2017 y del 2021 y en muchas de las propiedades se manejó bien el ganado, lo que significa que hay una buena cantidad de carbono almacenado.
Y esa cantidad, detalló, se pone en un paquete y ese paquete es el que se está poniendo a la venta, donde Pronatura Noreste funge como un conector entre el mercado internacional y los propietarios.
“Podremos debatir mucho la parte ética de los bonos de carbono, pero es una realidad que la industria contaminante busca estas actividades para poder completar sus compromisos de reducción de emisiones.
“Este paquete grande de alrededor de nueve millones de toneladas de carbono por año es lo que se está poniendo en venta, esperamos que a inicios del 2023 empiecen a fluir recursos, que vienen directamente a los propietarios de estos sitios que ya se han manejado de forma adecuada para poder hacer mejoras en sus propiedades”, precisó la experta en temas ambientales.
Sin pasto y sin suelo, remató Rosario Álvarez Gutiérrez, directora de Pronatura, el escenario es un proceso de desertificación que derivaría en un problema de seguridad alimentaria muy severo para la región.