Con un gasto total de 39.2 millones de pesos, la Cámara de Diputados puso este jueves en funcionamiento su nueva aduana peatonal con escáner de rayos x, detectores de metal, así como sistemas de control de acceso y vídeo vigilancia.
La construcción del acceso representó una inversión de 30 millones de pesos y la supervisión de la obra 1.2 millones más, mientras su sistema contra incendio costó cinco millones; el mobiliario, 1.5 millones; la iluminación cromática, 600 mil; la señalética, 500 mil, y la reconstrucción de banquetas, 400 mil pesos.
Dicha aduana cuenta con un área de atención a visitantes, ocho módulos de registro con capacidad para 120 personas en condiciones de normalidad y 60 durante la contingencia sanitaria, además de teléfonos para comunicación a oficinas al igual que un kiosko para visitantes con prerregistro.
Para los visitantes que asistan a eventos y foros se cuenta con una sala de espera con capacidad para 70 personas sentadas, aunque reducida mientras dure la pandemia.
Las nuevas instalaciones disponen asimismo de rampas y servicios sanitarios para personas con discapacidad.
La Cámara de Diputados subrayó que durante la actual legislatura ha devuelto a la Tesorería de la Federación un total de 718.5 millones de pesos como resultado de sus medidas de austeridad, además de donar 125 millones a la UNAM para equipos de protección destinados a personal médico en la primera línea de combate al covid-19.
El órgano legislativo ha operado anualmente con mil 680 millones de pesos menos que la legislatura anterior y, aun así, “se ha logrado dar el mantenimiento mínimo necesario, así como la construcción de este nuevo acceso, gracias al ejercicio eficiente y responsable de los recursos públicos”.
Sostuvo que las necesidades del recinto estaban ya rebasadas, pues los visitantes se registraban y accedían por una puerta y pasillo de menos de dos metros de ancho.
El Palacio de San Lázaro recibe en promedio entre 2 mil y 2 mil 500 visitantes al día durante los periodos de sesiones ordinarias y en condiciones de normalidad, alcanzando en situaciones extraordinarias una afluencia de más de 3 mil visitantes.
“Con las instalaciones anteriores y la afluencia señalada se propiciaban condiciones de desorden y aglomeraciones en la vía pública y, por la infraestructura insuficiente y reducida, las filas para el acceso de visitantes eran muy largas y el tiempo de espera era, en ocasiones, superior a los 30 minutos”, señaló.
Por ello se hizo necesario contar con un espacio con condiciones de protección civil y seguridad mínimas, a fin de reducir los riesgos de atención a grandes contingentes.
JLMR