Así como el Capitolio en Washington sufrió ayer el asalto de una turba de seguidores del presidente estadunidense, Donald Trump, el Palacio de San Lázaro en la Ciudad de México ha sido históricamente asediado por manifestaciones, protestas e irrupciones, principalmente de la disidencia magisterial, organizaciones campesinas y sindicales.
Desde el violento ingreso de barzonistas a caballo en diciembre de 2002, hasta los más recientes bloqueos al recinto que obligaron a la Cámara de Diputados a discutir y votar el Presupuesto 2020 en una sede alterna, el Palacio Legislativo ha sido por años el destino de grupos inconformes provenientes de todo el país.
Asalto a caballo
Encabezados por una docena de hombres a caballo, entre ellos el hoy legislador y ex dirigente morenista, Alfonso Ramírez Cuéllar, decenas de manifestantes de El Barzón y la Unión Nacional de Trabajadores Agrícolas irrumpieron el 10 de diciembre de 2002 en el Palacio de San Lázaro. Reventando a su paso macetas y puertas de cristal, intentaron ingresar al salón de sesiones, donde se discutía el paquete económico para el año siguiente.
Ramírez Cuéllar y otros tres líderes del movimiento llegaron en sus cabalgaduras hasta una de las puertas giratorias de acceso al pleno, pero diputados del PRI y del PAN se atrincheraron y evitaron el ingreso de los manifestantes.
Ese mismo día, activistas de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) lanzaron un segundo embate y lograron ingresar de manera violenta a San Lázaro, ocupando los pasillos que conducen al salón de sesiones.
Campesinos y maestros mantuvieron por seis horas su protesta al interior del recinto, mientras cerca de 500 policías federales llegaban a San Lázaro, a petición de la Mesa Directiva.
Violencia magisterial
Armados con tubos, palos y piedras, alrededor de 150 maestros de la Sección 22 de Oaxaca protagonizaron la noche del 19 de agosto de 2013 una de las irrupciones más violentas a la Cámara de Diputados, en su intento de frenar la discusión en comisiones del dictamen de la reforma educativa impulsada por el entonces presidente Enrique Peña Nieto y los partidos políticos firmantes del Pacto por México.
Liderados por Rubén Núñez, entonces dirigente del magisterio oaxaqueño, los inconformes confrontaron al grupo de policías federales comisionado a la custodia del recinto, con un saldo cercano a veinte uniformados con fracturas de diversos grados.
Aunque el personal de resguardo de la Cámara de Diputados logró cerrar los accesos a los edificios del Palacio Legislativo, la irrupción dejó una decena de vehículos vandalizados y un automóvil quemado en el estacionamiento exterior, además de cristales rotos, macetas quebradas, rejas derribadas y escudos policiales rotos.
#1DMX
La protesta contra la envestidura de Enrique Peña Nieto como Presidente de la República ante el Congreso de la Unión el 1 de diciembre de 2012, identificado por activistas como #1DMX, quedó marcada por las manifestaciones violentas de grupos anarquistas desde las primeras horas alrededor del Palacio de San Lázaro y después, en diversos puntos del primer cuadro de la ciudad.
Con petardos y bombas molotov, los manifestantes atacaron a policías federales e intentaron romper el cerco de seguridad instalado en las inmediaciones del recinto parlamentario.
Incluso, un grupo de manifestantes tomó un camión recolector de basura y lo estrelló contra las vallas de acero instaladas por las fuerzas federales, quedando a poco de derribarla.
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El entonces jefe de gobierno de la Ciudad de México, Marcelo Ebrard, señaló como responsables de las manifestaciones violentas a las organizaciones anarquistas Bloque Negro México, Cruz Negra y Coordinadora Estudiantil Anarquista, aunque otros grupos como la Unión de la Juventud Revolucionaria de México, el Frente Popular Revolucionario, el Partido Comunista de México-Marxista Leninista y la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca movilizaron también contingentes aquél 1 de diciembre.
Palacio secuestrado
La Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) bloqueó en marzo de 2019 durante quince días el Palacio de San Lázaro para impedir la discusión y votación de la reforma constitucional en materia educativa, en una acción que las fracciones de oposición calificaron como un “secuestro” de la Cámara de Diputados.
Maestros, principalmente de Oaxaca, Michoacán y Chiapas, impidieron por varias horas la salida de cera de 400 personas que el 27 de marzo se encontraban al interior del recinto.
Aunque la disidencia magisterial entró en negociaciones con la mayoría parlamentaria de Morena, y hasta permitió la votación del dictamen en comisiones, al final frenó la discusión en el pleno y consiguió el aplazamiento hasta el siguiente periodo de sesiones.
En ese contexto, la bancada del PAN presentó una demanda de amparo para exigir el acceso al Palacio de San Lázaro e incluso pidió, sin éxito, la renuncia de Porfirio Muñoz Ledo a la presidencia de la Cámara de Diputados, por incumplir su obligación de preservar la inviolabilidad del recinto.
Sede alterna
Siete días después del plazo constitucional para ese efecto, la Cámara de Diputados aprobó el 22 de noviembre de 2019 el Presupuesto de Egresos para el siguiente año en una sede alterna en Santa Fe, ante la imposibilidad de ingresar al Palacio de San Lázaro, el cual se encontraba bloqueado desde once días antes por organizaciones campesinas.
Militantes de Antorcha Campesina, la Unión Nacional de Trabajadores Agrícolas y del Frente Auténtico del Campo tomaron los accesos a la Cámara de Diputados, con la consigna de impedir la aprobación del Presupuesto 2020 sin que les restituyeran los apoyos para el campo.
Impedidos de trabajar en el Palacio Legislativo, los líderes parlamentarios instalaron una mesa de negociación con los inconformes en un hotel cercano al recinto, hasta que el día 2,0 la mayoría parlamentaria de Morena decidió romper las conversaciones y aprobar el proyecto de egresos en una sede alterna, cuya ubicación se mantuvo en sigilo hasta el día siguiente.
Para ello, abrieron tres alternativas y los diputados fueron trasladados finalmente el día 21 por la mañana a Expo Santa Fe, convertida en una fortaleza bajo resguardo de la Policía Federal y con el apoyo de integrantes de la Secretaría de Seguridad de la Ciudad de México.
LP