Un niño de 13 años secuestra a una persona y, tras ser detenido, es sentenciado a sólo ocho meses de prisión. Otro, de 14 años, es aprehendido con armas de fuego de uso exclusivo del Ejército y la Fuerza Aérea; se presumía que era un sicario pero, por su corta edad, va a la cárcel por siete meses únicamente.
Se trata de dos ejemplos, pero en los últimos años las autoridades de Ciudad de México han detectado decenas de casos similares, los cuales indican que el crimen organizado ha construido una base infantil y adolescente prácticamente inmune a largas sentencias de prisión gracias al marco legal vigente.
Al menos 218 menores han sido encarcelados por haberse convertido en sicarios, narcomenudistas y secuestradores en la capital durante los últimos cinco años, según cifras del Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de México.
Son jóvenes en conflicto con la ley por delitos de alto impacto que, ante su minoría de edad, pueden salir rápido de la cárcel sin importar la falta cometida.
De acuerdo con datos de la Dirección Estadística de la Presidencia del Tribunal obtenidos por MILENIO vía transparencia, entre 2017 y mayo de 2021 se dictaron 665 sentencias por diversas conductas tipificadas como delitos cometidos por menores de edad, la mayoría relacionados con actividades realizadas por el crimen organizado.
De las medidas privativas de la libertad, 67 por ciento se concentra en menores de 16 y 17 años; sin embargo, hay cinco niños de 13 años que cuentan con sentencias por delitos como secuestro, homicidio e incluso violación a otra menor.
En el caso de los delitos de alto impacto cometidos por niñas, niños y adolescentes, datos del Tribunal detallan que desde 2017 se han dictado 94 medidas por ilícitos contra la salud en su modalidad de narcomenudeo y portación de armas de fuego de uso exclusivo del Ejército, Armada y Fuerza Aérea, 61 por secuestro y 63 más por homicidio.
Otra de las ventajas de que gozan los menores es que las penas máximas se determinan conforme a la edad del infractor, lo que permite que puedan ser ingresados a los centros de internamiento en más de una ocasión y volver a incorporarse a las filas de la delincuencia organizada.
La Ley Nacional del Sistema Integral de Justicia Penal para Adolescentes determina que, atendiendo a la protección integral y el interés superior del adolescente, “el internamiento se utilizará sólo como medida extrema y por el tiempo más breve que proceda, por la comisión o participación en un hecho que la ley señale como delito”.
Los adolescentes entre 12 y 13 años no pueden tener una pena que exceda los 12 meses; los jóvenes de entre 14 y 15 podrán pasar hasta tres años en internamiento, mientras que para los de 16 a 18 años son máximo cinco años por delitos como homicidio, violación, secuestro, trata de personas y delincuencia organizada.
FS