Por el alto riesgo de derrumbes, la Ciudad de México prepara la reubicación de al menos 150 familias asentadas en la colonia La Pastora en la ladera occidental del Cerro del Chiquihuite, una zona geológicamente activa que podría provocar un derrumbe como el ocurrido en territorio mexiquense el pasado 10 de septiembre, en la colonia Lázaro Cárdenas de Tlalnepantla.
“Las condiciones naturales no las divide un límite jurisdiccional, eso que pasó en el Estado de México, pudo haber pasado dentro de la ciudad, éstas casas están en condiciones de alto riesgo, son una prioridad de atención”, sostuvo Rafael Obregón, director General del Sistema de Áreas Naturales Protegidas y Áreas de Valor Ambiental de la Secretaría de Medio Ambiente (Sedema) capitalina.
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Dentro del gobierno capitalino, el Sistema de Áreas Naturales Protegidas encabeza el mapeo de los sitios de alto riesgo en el Chiquihuite para consolidar un plan de reubicación de las familias más vulnerables.
“En el cerro del Chiquihuite tenemos alrededor de 15 hectáreas, una superficie importante sobre barrancas y es una condición de riesgo, es el dictamen que tenemos; las diversas familias que están ahí, tenemos que hacer un trabajo de reubicación porque sí representan un riesgo y queremos evitar fatalidades. Son alrededor de 150 familias que no es poca cosa, ese es un tema prioritario para el gobierno de la ciudad”, afirmó Obregón Viloria, en entrevista con MILENIO.
Al realizar un recorrido, Juan Aguirre, líder coordinador del Área Natural Protegida Sierra de Guadalupe en Ciudad de México, explicó que justo en la ladera donde ocurrió el derrumbe de Tlalnepantla se puede observar la división política entre el Estado de México y la capital, que además es una zona geológicamente activa, por ello, la de mayor riesgo para la población.
“Se puede ver claramente la zona del escarpe, es una zona geológicamente activa, es una falla. El Chiquihuite tiene dos sistemas geológicos activos que es esta falla que tiene en el lado oriente y otra que tiene en el lado poniente, y justamente el escarpe que se genera ahí es el plano de falla, y son zonas que ante un sismo o precipitaciones elevadas puede generar movimientos gravitacionales o de remoción en masa, básicamente derrumbes”, expresó.
En CdMx, Sierra de Guadalupe perdió 54 hectáreas en 12 años
La Sierra de Guadalupe es la última Área Natural Protegida al norte del Valle de México, absorbida por la mancha urbana, donde la ciudad y el Estado de México comparten territorio, y dentro, el cerro del Chiquihuite es uno de los cerros que conforman la sierra y el de mayor riesgo.
La Sierra de Guadalupe fue declarada Área Natural Protegida en mayo de 1990 con una superficie de 687 hectáreas en el entonces Distrito Federal, conformada por seis polígonos en los ejidos Cuautepec, San Pedro Zacatenco, San Lucas Patoni, San Miguel Chalma, Santa María Ticomán y Santa Isabel. Al pasar de los años, los asentamientos irregulares en la sierra se consolidaron como suelo urbano; en agosto de 2002 se decretó en la Gaceta Oficial del DF una modificación al polígono de protección, el Área Natural Protegida perdió en 12 años, 54 hectáreas.
Actualmente, el área protegida se extiende a lo largo de 5 mil 300 hectáreas, el 89 por ciento corresponde al Estado de México y sólo 11 por ciento está dentro de la capital. Son 633 hectáreas en la alcaldía Gustavo A. Madero, donde otros cerros también han sido ocupados, como el Guerrero, Zacatenco y el Tepeyac, así como el valle de Coatepec, que presionan fuertemente al área protegida con cerca de medio millón de habitantes.
“Estimamos que la mayor parte de las invasiones que ocurrieron de los años 50 al 90, acapararon la zona de monte, la zona de lomeríos de la Sierra de Guadalupe, aproximadamente el 30 por ciento de las zonas fueron invadidas y eran zonas de un alto valor ecológico”, señaló el geólogo Aguirre Torres.
Detalló que tan sólo en Cuautepec, “se está hablando de entre 200 y 500 mil habitantes, que ya incluye la población asentada en el Chiquihuite”; además, se estiman 150 mil habitantes en la parte del Tepeyac, que corresponde a los cerros de Gachupines, el Guerrero y Zacatenco.
Aunque ya no pueden retirar a quienes se instalaron antes del año 2002, ahora, la tarea de las autoridades es evitar que siga avanzando la mancha urbana.
Como parte del recorrido con el personal de la Sedema, en el cerro de Zacatenco, donde las autoridades del área protegida colocaron una barda ecológica que funciona como muro de contención para evitar que sigan creciendo el asentamiento irregular de San Juan Ixhuatepec, se estima que existen entre 350 y 500 viviendas, que si bien no cuentan con escrituras, tienen todos los servicios urbanos que se requieren para sostener la vida.
Ese asentamiento que colinda con la carretera México-Pachuca, se proyecta el cruce del Mexicable, pero temen que promueva el crecimiento de la mancha urbana en el área protegida.
“Empieza en el Estado de México y concluye en el Cetram de Indios Verdes, incluye 4 postes dentro del área natural protegida. A nivel regional, el proyecto significa mucho para la población del Estado de México que se traslada a la Ciudad de México. Puede dar pauta a la colocación de asentamientos irregulares, pero es algo que se ha platicado con la empresa”, dijo Juan Aguirre.
Por su parte, Rafael Obregón destacó que en la Sierra de Guadalupe se han rehabilitado cinco sitios, que incluso eran usados como basureros y que ahora son espacios públicos donde la comunidad puede convivir, además de practicar deporte y realizar actividades culturales.
“Es una zona que no es homogénea, que compartimos con el Estado de México, importante para la captación de agua de lluvia, tiene vegetación interesante, xerófila, que es de zona seca y bosque de encinos, una zona de transición, lo que le da características como ecosistemas únicos”, apuntó.
FS