A propuesta de la Comisión Económica para América Latina (Cepal), los 33 países de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) aprobaron en reunión cumbre los “Lineamientos y propuestas para un Plan de Autosuficiencia Sanitaria” en la región, con la meta de vacunar contra covid-19 a por lo menos 80 por ciento de su población mayor de 18 años antes de terminar 2021 o, a más tardar, en el primer trimestre de 2022.
La secretaria ejecutiva de la Cepal, Alicia Bárcena, admitió, sin embargo, que la recuperación económica de América Latina tras la peor crisis en cien años, generada por la pandemia de covid-19, llegaría hasta 2023.
En entrevista con MILENIO en modalidad telemática, remarcó la necesidad de que los países de la región estén preparados tanto para enfrentar la emergencia actual como futuras pandemias, garantizando a corto plazo el acceso igualitario a las vacunas.
“No podemos crear islas de inmunidad; o sea, si nosotros tenemos países que están por encima del 60, 45, 50 por ciento, pero por el otro lado tenemos a Haití con 0.2; Nicaragua, con 6 por ciento; Guatemala, con 17 por ciento; Honduras, con menos de 25 por ciento. Digamos, somos economías muy conectadas ya, o sea, este es un mundo globalizado que no va a permitir que haya unos lugares con vacunación y otro sin vacunación”, puntualizó.
—¿Cuál es el alcance de los lineamientos propuestos por la Cepal para enfrentar las contingencias sanitarias en la región?—
De lo que se trata es que la región se prepare tanto para abordar la emergencia actual como futuras pandemias; se trata de garantizar a corto plazo el acceso igualitario a las vacunas.
La principal motivación es el desigual acceso a la vacunación; entonces, lo primero es cómo logramos que todos los países de la región alcancen una vacunación de 80 por ciento de su población ojalá este año y, si no este año, al menos en el primer trimestre de 2022, y estamos hablando del 80 por ciento de la población mayor de 18 años. Este 80 por ciento sólo lo han alcanzado Chile, Uruguay y Ecuador; le siguen El Salvador, Panamá y República Dominicana con niveles de 70, 65 por ciento. México se encuentra en un porcentaje bastante importante de 42.8 por ciento.
Pero la diferencia es que en el caso de México hay vacunas ya y entonces lo que hay que fortalecer es el sistema de salud para que esas vacunas lleguen a la población.
Por otro lado, en relación al alcance que puede tener este plan, es cómo fortalecemos los acuerdos actuales de coproducción de vacunas. Ya existe por ejemplo el caso de México con Argentina, con AstraZeneca-Oxford; Sinovac, en Brasil, Colombia y Chile; Pfizer, en Brasil; Gamaleya, en Argentina; Cansino, en México, y Cuba que ha lanzado varias vacunas, una de ellas la Abdala, que es la más importante.
Esta pandemia nos mostró las limitaciones en el abastecimiento de vacunas, medicamentos, y las debilidades de los sistemas de salud y lo que se está proponiendo son siete líneas de acción muy concretas, de corto plazo las primeras tres y de mediano plazo las segundas, para poder abordar cosas que se requieren de inmediato como una mejor coordinación entre el sector salud, la economía, la industria, las finanzas y como lograr mejores esquemas de regulación.
—¿Qué beneficios inmediatos traería a América Latina la vacunación de 80 por ciento de su población?—
Bueno, muchísimos. No podemos crear islas de inmunidad, ¿verdad?, o sea, si nosotros tenemos países que están por encima del 60, 45, 50 por ciento, pero por el otro lado tenemos a Haití con 0.2; Nicaragua, con seis por ciento; Guatemala, con 17 por ciento; Honduras, que tiene menos del 25 por ciento. Entonces, digamos, somos economías muy conectadas ya, o sea, este es un mundo globalizado que no va a permitir que haya unos lugares con vacunación y otro sin vacunación.
La repercusión está en que hay una gran asimetría entre lo que está pasando en las economías. Lograr la vacunación del 80 por ciento es muy importante para volver a nivelar de alguna manera las economías.
—De acuerdo con los análisis de la Cepal, ¿hasta dónde impactó la crisis sanitaria a la economía de la región y cuánto tiempo puede tardar la recuperación, en función de la meta de vacunación?—
Efectivamente, tenemos un gran impacto económico; el año pasado la economía cayó 6.8 por ciento, la peor caída en los últimos cien años; en desempleo, tuvimos un retroceso de siete décadas, un aumento en la pobreza a 209 millones de personas y 78 millones en pobreza extrema; entonces, sí habido un impacto económico muy severo.
Usted me preguntaba cuánto tiempo nos vamos a demorar en podernos recuperar y nosotros lo que hemos visto es que, sinceramente, creemos que nos vamos a demorar por lo menos hasta el 2023, porque el año próximo, el 2022, vamos a volver a niveles de crecimiento que teníamos antes de la pandemia, incluso un poquito más altos, nosotros calculamos un 2.9 por ciento para este año, pero volvemos con problemas muy estructurales, con una capacidad fiscal mucho más restringida, con un aumento en el déficit y la deuda externa y todo eso hace que la recuperación se vuelva más difícil.
—¿Cuál será el costo que significará alcanzar la meta de 80 por ciento de la población vacunada en la región?—
Esa es una tarea que tenemos que hacer en conjunto con los países, porque ya hoy han invertido muchísimo en la compra de vacunas y no es falta de recursos lo que está impidiendo esto; se ha manejado con mucha secrecía, no sabemos cuáles son los precios que han dado las empresas a los países, aunque tenemos información de que cada dosis de Sinovac le costó a un país equis 15 dólares, y entonces ahí estamos ya en Cepal haciendo los cálculos para alcanzar este 80 por ciento, con la canasta de vacunas que tiene la región hoy día.
JLMR